martes, 16 de abril de 2024

Feminicidio: el deseo mortal

El día que la mataron

Rosita estaba de suerte

de tres tiros que le dieron

nomás uno era de muerte

 

Corrido de Rosita Alvírez

 

No, no se trata de amor; los feminicidios son la forma extrema de violencia contra las mujeres. En ello entra en juego el deseo masculino llevado a su máxima expresión porque ese deseo exige el goce del cuerpo de esa mujer con o sin su consentimiento.

 

El feminicidio es el deseo masculino mortal porque se dirige a una mujer considerada en tanto cuerpo, de la cual no es necesario tener su voluntad. Cuando, en una relación de pareja, se pide el consentimiento de la otra, se está en la posibilidad de aceptar descifrar su deseo, pero la ley del deseo mortal no admite comprensiones, solo compele al forzamiento como ley para gozar.

 

Estamos en presencia de la ley de Sade: gozar el cuerpo de la otra como imperativo categórico. No importa que ese goce lleve a la destrucción. Si se enuncia como derecho, se tendrá, entonces, el derecho al goce sin límites, sin barreras: gozar sin tener en cuenta a la otra persona de la relación.

 

En gran parte de los feminicidios, el perpetrador es el esposo, novio o pareja de la víctima. ¿Qué ocurre, entonces? Se supone que ella otorgó un consentimiento para ser la novia, esposa o pareja, pero ese consentimiento se convirtió en un cheque en blanco, en permiso ilimitado para hacer cualquier cosa en el cuerpo de ella. Se trata de una estafa del consentimiento porque se emitió en un sentido, ser la esposa, novia o pareja y se tomó en otro: ser exclusiva para el otro.

 

Por eso se trata de consentimientos atrapados en una espiral que se sabe dónde inicia, pero no en los vericuetos de por dónde se desarrolla y en donde termina. De pronto, la esposa se da cuenta de que el esposo responde de manera violenta, que los requerimientos van subiendo de tono y ella permite que el deseo de él se cumpla en el cuerpo de ella. Generalmente, se puede confundir con su propio deseo, pero poco a poco va existiendo una distinción entre lo que ella quiere y lo que él hace.

 

Del deseo del cuerpo se pasa a dominar toda la vida de la novia, de la esposa, de la pareja. Algunas buscan refugio en la casa de su madre, con alguna amiga, con la hermana, pero es inútil, el victimario ya decidió la suerte de la víctima y la seguirá a cualquier lugar donde se refugie.

 

¡Qué ser tan extraño este al que le di mi consentimiento amoroso y ahora no lo reconozco en su deseo de muerte!

 

Puede ser que ella interponga demandas para mantenerlo alejado. Sabemos de casos donde se tenían una o dos demandas de violencia y él llegó con su carga de muerte hasta el lugar donde le habían dado refugio. La mata a ella, al hijo de ella, a la madre de ella; incendia la casa, la arroja a la basura, la destroza, la vuelve ceniza.

 

Es el clímax de su deseo: la destrucción de la otra, su desaparición física.

 

Cuando yo era niña se cantaba una canción “Virgencita de Talpa”, la cual en una de sus partes decía:

 

Yo te vengo a pedir

Virgencita de Talpa

que me vuelva a querer

que no sea ingrata.

...

 

Tú que todo lo puedes

Haz que regrese

que vuelva a ser como antes

y que me bese.

 

Y si no me la traes

vale más que se muera

ya que su alma no es mía

que sea de Dios.

 

La extinción se pedía a la Virgen que todo lo puede. El derecho al goce sin límites que se incubó en su imaginario de dominante desenfrenado, se convierte en el permiso de la ley para matar.

 

Por eso, los feminicidios se incuban en el deseo de poseer a la otra y de exterminarla, ya sea por intermedio de la Virgen o por su propia mano. No, no es amor.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 16 de abril de 2024.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

lunes, 8 de abril de 2024

En Novillero, el día del eclipse

Fotografía de Ismael Partida


El astro, 

mordido ya por la sombra invasora,

semejaba un barco de fuego

flotando en un revuelto

océano de nubes.

 

Amado Nervo, agosto de 1905

 

Unos temblorosos pájaros volaban al norte, pero no avanzaban. El viento de esta mañana era tan fuerte que los mantenía en el mismo lugar e, incluso, los empujaba hacia atrás. Era extraño ver esas aves marinas suspendidas en el espacio.

 

Era la playa Novillero en el Pacífico norte de Nayarit, con sus vientos de mar abierto, con su frescor de fin de primavera quien daba testimonio de quienes veníamos a anclar el recuerdo del eclipse en nuestros corazones.

 

En el camino, algunos árboles de mangos portaban una prenda roja, conjuro contra la “eclisada” que pudiera provocar la pérdida de la cosecha.

 

Arriba, en el cielo, sobre el mar, la sombra de la luna iniciaba las mordidas al sol. quienes llegamos a esta orilla del océano, presenciamos la ruta del disco negro sobre un sol, aparentemente, inmóvil. Unos minutos bastaron para que la luna suplantara al sol con su sombra. Vimos el atardecer en la media mañana, la pálida luz daba paso a la corona del sol como su nueva cara.

 

Quienes habían llegado de los ranchos cercanos o de lugares más remotos, volteaban al cielo portando diversas protecciones. Otros más, veían el continuum de luz a través de artefactos de cartón elaborados por ellos mismos. Había quien instaló telescopios en diversos puntos para aprovechar el cielo despejado.

 

Otros más utilizaron los hoteles de Tecuala y Acaponeta para dormir la noche del siete de abril para, muy temprano, continuar a Mazatlán. Nosotras decidimos quedarnos aquí en esta playa de más de 80 kilómetros de extensión, donde al mar no le importan nuestras miradas ni nuestras pisadas. Por la playa, mojando los pies descalzos, esta cercanía con el universo se asentaba más en el alma.

 

En la plena obscuridad del minuto y medio que nos tocó en esta parte del mar Pacífico, los niños descubrieron las estrellas; fue la algarabía. También lo fue ver la corona solar, esa atmósfera exterior del sol que se extiende a su alrededor y nos hace ver la ilusión de una luna rodeada de luminosidad.

 

Señoras en sillas de ruedas, bebés en carriolas, jóvenes en casas de campaña, familias completas; todas entonaban una canción sin palabras para celebrar lo maravilloso desplegado ante nuestros ojos. Un rayo se escapó de la sombra para volver a relucir en la vuelta de las olas; para, con su luminosidad, darnos abrigo a los seres de la tierra, del cielo y de los océanos.

 

Nos abrazamos abuelas con nietas, con hijas, con hermanas, con sobrinas porque no se sabe de emociones frías cuando toda la luminosidad del universo nos sorprende. Soportamos la parte de la noche/luna para ser parte del amanecer, para llenar la obscuridad con el deleite de la luz.

 

Es cierto, al sol se le conoce por los rayos; al mar por las aventuras y a los seres humanos por los recuerdos.

 

Aquí, extendimos nuestros ojos para recoger el Universo en este recuerdo del 8 de abril de 2024.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 10 de abril de 2024.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

 

martes, 2 de abril de 2024

Elecciones bajo fuego

Mirad por los fueros de la justicia; 

no dejéis que la iniquidad se consume,

y si es verdad que sois aborrecedores

de toda insolencia, sed justos.

 

Las suplicantes. Esquilo

 

El asesinato de Luis Donaldo Colosio el 23 de marzo de 1994 marcó un quiebre en el sistema político mexicano porque desde ese magnicidio se tiene la idea de que la política es una actividad de alto riesgo personal y familiar.

 

Si en aquella época se pensó que se trataba de un asesinato de estado, 30 años después, la violencia política exterminadora ha tomado una fuerza inusitada. Efectivamente, en las elecciones de 2024, han sido ultimados 22 candidatos y candidatas a puestos de elección popular, en donde sobresalen quienes aspiran a presidencias municipales.

 

¿Por qué las presidencias municipales? Una respuesta puede ser porque las presidencias municipales tienen el control de la policía local, clave para la realización de distintas actividades que tienen que ver con el control territorial. Para el avance político de las mujeres, la violencia contra las candidatas a presidentas municipales se exacerba porque no solo se elimina a las que han decidido contender por una candidatura después de vencer múltiples obstáculos, sino porque se convierte en un contraejemplo a fin de que las mujeres no busquen candidaturas.

 

Es cierto que la violencia política exterminadora ataca por igual a hombres que a mujeres, pero el efecto devastador en las mujeres se multiplica por su efecto en otras posibles candidatas en este proceso y en los que vienen.  

 

Los tiempos de las campañas electorales están previstas en el calendario electoral, de ahí que las diversas autoridades tuvieron tiempo para tomar las medidas necesarias a fin de proteger la integridad de candidatxs. Por ello, sorprende la falta de previsiones, de arreglos necesarios para evitar los asesinatos. Las explicaciones, búsquedas de culpables, etc., se quedan en palabras de excusa, en argumentos vacíos ante la falta de acción de quien debió realizar los operativos necesarios para que las elecciones se llevaran a cabo en paz; en la única dinámica de dialogar con votantes, comparar programas de acción, buscar las mejores propuestas, convencer.

 

¿Quién es responsable de la seguridad de candidatxs? La intrincada relación entre las instituciones electorales: el INE federal, los OPLES locales, las juntas estatales, los tribunales electorales, los gobiernos de los estados, las fiscalías. ¿A dónde acudir para pedir protección? Es cierto que la Secretaría de Gobernación ha recibido solicitudes de protección de candidatxs en la presente contienda, pero también lo es, que se carece de un plan expedito para ofrecerles las garantías suficientes de protección.

 

Las 22 víctimas de violencia política exterminadora lo ejemplifican.

 

En la organización de la seguridad de candidatxs, se dejó al gobierno federal la seguridad de quien contiende a la Presidencia de la República, a las gubernaturas y al Congreso de la Unión. Mientras que son los gobiernos estatales y municipales quienes deben garantizar la seguridad de quienes aspiran a un puesto local. El mecanismo aprobado inicia por instancia de parte: quien se sienta agraviado debe solicitar la protección al INE, quien lo comunicará a la Secretaría de Seguridad, quien, a su vez, se coordinará con la Sedena y la Guardia Nacional, a fin de que se otorgue la protección.

 

Como se comprenderá, se trata de un mecanismo que se echa a andar solo si hay quien lo solicita. Debemos imaginar que la tramitología puede seguir su curso en los tiempos administrativos previstos, en tanto que las balas se disparan a mayor velocidad que en la que se sella un documento.

 

Estos 22 asesinatos son la marca de que morir bajo la violencia política exterminadora es algo diferente a simplemente morir. Participar en política puede llevarte a la muerte, a la muerte física, porque vivimos en el tiempo de las fuerzas desbocadas.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 4 de abril de 2024.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

martes, 19 de marzo de 2024

Cuando escuchamos a las mujeres candidatas ¿qué escuchamos?

Conque, vamos, marcha a tu habitación 

y ocúpate de las labores que te son propias,

 el telar y la rueca.

 

La Odisea. Telémaco a Penélope

 

Nuestros oídos son sexistas. Con esta afirmación quiero mencionar la forma como escuchamos a las mujeres candidatas. En principio, debemos preguntarnos ¿las escuchamos? ¿quién realmente las escucha? ¿quién cree lo que escucha? Porque las mujeres candidatas están atravesadas por dos condiciones: 1) son mujeres y 2) son mujeres de la política.

 

En la primera condición debemos tomar en cuenta que en la sociedad occidental la voz de las mujeres es considerada como falsa, ya que incluye mentira, engaño. Sus armas son la seducción y el artilugio. Esto se origina desde diversos mitos, uno de los cuales es el de Adán y Eva, en el cual, Eva tiende una trampa a Adán para desobedecer el designio de Dios. Por cierto, Adán es quien habla con Dios puesto que tiene una voz legitimada para hacerlo.

 

La voz de las mujeres ha sido deslegitimada debido a que se considera que se trata de una voz infantil, una voz que nunca madura ya que no alcanza los niveles de gravedad de la voz de los hombres. Se ha considerado que es una voz no racional, puesto que está llena de emociones, indecisiones e incertidumbres. Ella habla desde un lugar de lo obscuro.

 

En la Odisea, uno de los primeros textos narrativos de Occidente, el hijo de Ulises y de Penélope, Telémaco, toma el lugar del padre en el cuidado de los asuntos de la casa, por lo que manda callar a su madre: la envía a sus habitaciones a que se dedique a las labores propias de las mujeres. Con ello, indica la supresión de la voz de las mujeres en el espacio de lo público, puesto que las voces de lo público corresponden a los varones.

 

Las mujeres tampoco han tenido una voz legitimada para la ciencia, quizá por ello, la mayor parte de los documentales científicos son narrados por voces masculinas. Las voces de las mujeres son voces que tienden al cuidado y la servidumbre: el lugar que se les ha asignado. De ahí que las voces de Alexa, de Siri, de google maps, sean de mujeres.

 

Las mujeres pueden hablar en la escena pública en cuanto víctimas, aboguen por sus hijos o por sus maridos; por el agua potable o por guarderías, Pero siempre desde ese lugar de la maternidad abnegada que se les asigna. No como ciudadanas en el asunto de todos. Pueden pedir, implorar, no exigir. (Eso lo han experimentado las madres buscadoras).

 

Recordemos también a la ninfa Eco, enamorada de Narciso. Ante la imposibilidad de que éste le correspondiera por amarse, solo, a sí mismo, fue castigada a repetir las palabras de aquel, sin que tuviera una voz propia.

 

En la segunda condición, las mujeres candidatas son mujeres de la política. Ello las ubica en un nivel de desacreditación, puesto que la política es ese lugar donde si se quiere estar se tienen que aceptar pactos no siempre éticos. Hoy la política está desacreditada; se le considera un lugar de acuerdos secretos, de corrupción, de ilegalidad.

 

Entonces, ¿cómo escuchamos a las mujeres candidatas? Las escuchamos desde la cultura sexista en que todas y todos hemos sido educados. Hemos aprendido a través de creencias, leyendas, historias, filosofías, canciones, que las mujeres han falseado, han traicionado, han engañado, han abandonado. Desde luego, se trata de construcciones patriarcales para desacreditar la palabra y los haceres de las mujeres.

 

Por eso digo que nuestros oídos son sexistas: escuchamos a las mujeres candidatas desde esos lugares de la desacreditación, del vituperio de la que actúa en público, de la que intenta construir una voz legítima que no alcanza nunca y queda atrapada como eco de las palabras masculinas.

 

Pero ahí están, hablando sus palabras. Abriendo camino a otras formas de decir.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 20 de marzo de 2024.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

jueves, 14 de marzo de 2024

El silencio del funcionariado del Estado ante el proceso electoral

El verdadero destructor de las libertades 

del pueblo es aquel que le reparte regalos,

donaciones y beneficios

 

Plutarco

 

La normatividad actual impide publicitar las acciones del Estado durante 90 días durante el periodo electoral. Esta obligación para el funcionariado de los tres órdenes de gobierno se encuentra establecida en los artículos 134 y 41 (Base III, Apartado C) de la Constitución Política mexicana. El sentido de esta disposición se refiere a que la publicitación de acciones del Estado puede constituir propaganda a favor del partido político que gobierna o del funcionario/a quien la realiza.

 

El impedimento abarca la inclusión de nombre, imágenes, voces o símbolos que puedan asociarse a algún servidor público en particular, lo cual se puede convertir en promoción personalizada. La restricción, a su vez, obliga a aplicar con imparcialidad los recursos públicos.

 

El impedimento a que el funcionariado emita comunicados durante el periodo electoral, ¿está en contra del derecho a la libertad de expresión? De ninguna manera, porque la libertad de expresión es un principio constitucional que establece la libertad de un individuo o de los colectivos para expresar sus opiniones o ideas sin temor a represalias, censuras o sanción. De hecho y de derecho, la libertad de expresión forma parte del conjunto de derechos necesarios para la práctica de la democracia. Sin embargo, en el caso del funcionariado, la expresión de mensajes relacionados con su quehacer público puede llevar a realizar promoción personalizada a favor de una persona, y también, a que pueda ser leída como el logro de un partido político.

 

La excepción son los asuntos relacionados con la salud, la educación y desde luego, a los casos de emergencia.

 

Se trata de responsabilidades del funcionariado, no de excepción al derecho a la libertad de expresión, como lo ha aclarado el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación a través de la magistrada presidenta Mónica Soto.

 

¿Influye la veda electoral para el funcionariado en la emisión del voto de la ciudadanía?  No lo sabemos con exactitud, pero lo que sí sabemos es que tanto las leyes como las decisiones del INE y el TEPJF tratan de establecer nuevos escenarios para la práctica de la democracia, donde los que gobiernan, no tengan más ventajas que quienes compiten desde otras posturas políticas.   

 

Recuerdo que, en Nayarit, entidad donde vivo, en el sexenio 2005-2011, se entregaban despensas a la población en cajas de cartón donde estaba impresa la fotografía del gobernador en turno, así como su lema de campaña, la cual la siguió usando durante el sexenio. Ante estos abusos del poder, es la normatividad quien puede establecer límites a este tipo de gobernantes.

 

¿Por qué se asocia la entrega de despensas, becas, realización de obras a la magnanimidad del gobernante y no a acciones de gobierno? Porque los gobernantes quieren hacer creer que se debe a su generosidad, ese otorgamiento.

Para gran parte de la población es difícil disociar la entrega de beneficios de la persona que los otorga, ya que vivimos en un ambiente donde poco reflexionamos sobre el hecho de que se trata de recursos públicos, -impuestos que usted y yo pagamos-, los que usa el gobernante como dinero propio. Ningún gobernador, presidente municipal, senador, diputado o regidor vende sus propiedades para solventar los asuntos públicos, por el contrario, aumentan su patrimonio durante el cargo que ostentan.  

 

Aquí quiero mencionar la diferencia con los gobernantes tradicionales de los grupos wixaritaria y nayery de la sierra del Nayar. Cuando se elige a los gobernantes tradicionales, generalmente se escoge a aquel que pueda solventar los gastos relacionados con el cargo: las fiestas de la costumbre, las gestiones ante el gobierno mestizo, etc. De tal manera que son los integrantes del gobierno tradicional quienes hacen uso de su propio patrimonio para llevar a cabo los asuntos de la comunidad, dado que no reciben dinero para ello ni sueldo. Ello ocasiona que al término del año de la gestión que dura el mandato, los integrantes del gobierno tradicional (gobernador primero, gobernador segundo, topiles, marakame, etc.) estén más empobrecidos y endeudados respecto de como entraron. Son mandatos de servicio.

 

Por el contrario, en el gobierno mestizo sabemos que, al término de su mandato, los funcionarios tendrán una fortuna diferente a la que tenían cuando entraron al cargo. De ahí que generalmente estamos eligiendo a quienes nos saquearán elección tras elección ya que no se ha podido poner un freno a este tipo de despojo a pesar a las leyes de transparencia.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 14 de marzo de 2024.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

 

jueves, 7 de marzo de 2024

El mundo se enriquece con el talento de “nosotras”

Me llevó mucho tiempo desarrollar una voz 

y ahora que la tengo,

 no me voy a quedar callada

 

Madeleine Albright

 

Una cierta cantidad de mujeres ocupa puestos de decisión al interior de las universidades, en los distintos órdenes de gobierno, en la empresa privada y en las organizaciones de la sociedad civil. Seguras de sí mismas, toman decisiones; lideran grupos de trabajo, conducen proyectos.

 

Es necesario reconocer el enriquecimiento de las organizaciones al contar con gestoras, planeadoras y ejecutoras ya que las mujeres en los puestos de decisión desarrollan capacidades que ya habían adquirido en otros ámbitos, pero que son amplificados en los cargos en cuestión. Las líderes utilizan diversos ingredientes para ejercer sus puestos como la conciliación, la creación de consensos, el liderazgo dirigido a logros, las decisiones prácticas, la seguridad de organizar grupos y conducirlos.

 

Las mujeres han resignificado el liderazgo porque han inventado nuevas formas de conducir, en gran parte, alejadas de liderazgos verticales-tradicionales para consensar en lugar de ordenar. Los liderazgos de las mujeres han tenido que convencer sobre la legitimidad de que sean las mujeres quienes ocupen cargos de dirección. Desde este punto de vista, abren el mundo de lo cerrado, de lo no posible, de lo no imaginado. Por ello, han abierto camino para las mujeres de las siguientes generaciones, pero, sobre todo, han resquebrajado el sentido común del mando masculino para dar cabida a la legitimidad del liderazgo de mujeres al crear el imaginario de las mujeres líderes y su práctica real.

 

En una entrevista, una rectora de América Latina, relataba que la conciliación y la creación de consensos horizontales eran la base de su liderazgo. Sin embargo, ante quienes se resistían a trabajar bajo el mando de una mujer, no le quedaba otra opción que ser ejecutiva: enviar órdenes por escrito y sancionar si no se ejecutaban, de acuerdo a la normatividad.

 

Las mujeres líderes crean capacidades para otras mujeres porque abren el abanico de participación de quienes se hubieran quedado en puestos de la tradición. Desarrollan capacidades de éxito para su generación y para la siguiente. Las mujeres líderes miran al mundo desde un piso político propio, marcado por la desigualdad, es cierto; pero una desigualdad consciente y con miras a eliminar.  Además, las mujeres en el poder, forman equipos de trabajo con otras mujeres.

 

Las mujeres todavía estamos subrepresentadas en diversos ámbitos. En el mundo de los negocios, solo el 38% de los puestos de alta dirección son ocupados por mujeres, de acuerdo a “Mujeres en los negocios” (Grant Thornton, 2023).

 

En las universidades públicas autónomas, existen siete rectoras de un total de 32: Dra. Margarita Teresa de Jesús García Gasca, en la Universidad Autónoma de Querétaro; Dra. Sandra Martha Laffon Leal, en la Universidad Autónoma del Carmen; Dra. María Lilia Cedillo Ramírez, en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; Dra. Norma Liliana Galván Meza, en la Universidad Autónoma de Nayarit; Dra. Sandra Yesenia Pinzón Castro, en la Universidad Autónoma de Aguascalientes; Dra. María Rita Plancarte Martínez, en la Universidad de Sonora;  Dra. Yarabí Avila González en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo; Dra. Natalia Florentini Cañedo en la Universidad Autónoma de Quintana Roo; Dra. Claudia Susana Gómez López en la Universidad de Guanajuato.


Las mujeres líderes rompen el estereotipo de que las mujeres solo están destinadas a la creación de la vida humana, la obediencia y los cuidados. Por el contrario, toman decisiones en diversos ámbitos para construir democracias más complejas, más incluyentes y con ello, contribuyen a otra forma de entender la humanidad desde las mujeres. Sin duda, esto marca un cambio civilizatorio puesto que, en la ideología tradicional, las mujeres estaban conceptualizadas como esclavas, sirvientas, siervas, esposas abnegadas, madres sumisas: mujeres sin capacidad de decisión, dependientes de otros, sin proyecto de vida diferente a la conyugalidad y la maternidad como destino.

 

Por ello, el mundo se enriquece con los liderazgos de “nosotras”, este colectivo cuya visibilidad vemos en las marchas del 8 de marzo a lo largo del mundo; que persiste en cada acción que las mujeres toman en los ámbitos de decisión de lo público, ese espacio que no es natural, sino que es el espacio de lo histórico/social donde nos reconocemos como la clase social de las mujeres.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 7 de marzo de 2024.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

martes, 27 de febrero de 2024

Las marchas feministas abren la rebelión de "nosotras"

En México, el feminismo incomoda más 

que los feminicidios

 

Pancarta en marcha del 8 de marzo

 

El sujeto social y político del feminismo somos las mujeres. Eso ha quedado claro a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI. Las marchas feministas alrededor del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer y del 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, han sido momentos donde las mujeres nos reconocemos en una sola voz con múltiples demandas.

 

Las marchas toman las calles para nombrar las relaciones de dominación que atraviesan a las mujeres en la sociedad patriarcal. Han roto el silencio en que se tenía a las mujeres; ese griterío establece las premisas fundamentales de la lucha de las mujeres: visibiliza las brechas de género y, sobre todo, construye un nosotras que antes no existía.

 

Las marchas también muestran el enojo ante las complicidades de los hombres para mantener el sistema de privilegios; no obstante, las denuncias sobre ello, los avances de los derechos humanos y las exigencias de justicia.

 

Las marchas construyen un sujeto colectivo desde pequeñas localidades hasta las metrópolis globalizadas. El griterío de las mujeres atraviesa el mundo a través de las redes sociales, de las plazas pintadas de violeta, de las pancartas con que cada una lleva una consigna.

 

Es cierto, las marchas nos han puesto de pie ante un sistema que nos definía como separadas unas de las otras, enfrentadas, enemigas, rivales. A través de la acción colectiva hemos sido capaces de elaborar agendas feministas, de exigirlas, de llevarlas a cabo. A través del reconocimiento de nosotras como el nuevo sujeto político de las sociedades democráticas, hemos avanzado para cambiar las condiciones en que estamos.

 

Las marchas abren el momento histórico del reconocimiento. Ahí estamos las feministas que empezamos en el siglo pasado y las jóvenes que reclaman derecho, igualdad, vidas libres de violencia, acceso a la justicia y dejar de ser vistas como cuerpos apropiables. Ahí están las académicas, las cineastas, las trabajadoras, las políticas, las artistas: todas en medio de la exigencia de otra forma de vivir, de participar en la vida pública, pero también, de relacionarnos y de construir maternidades y conyugalidades no sacrificiales.

 

Las protestas feministas se instalan en el no; en el alto a lo que existe para que pueda dar lugar a nuevas formas de relaciones. Aunque son marchas que dicen lo que no queremos las mujeres, realmente son formas de afirmar la vida de otras maneras: imaginar otros mundos y caminar hacia ellos.

 

 Las marchas abren el momento de la rebelión, pero no tendrían efecto si se agotan en sí mismas. A partir de las protestas masivas se han abierto líneas de escritura, de documentación sobre injusticias y desigualdades, tanto del yo individual como del nosotras colectivo. El yo de las mujeres individuales y colectivas está en la literatura y en la historia, la antropología, el cine. Está en la voz de las mujeres científicas.

 

Aquí aparecen las mujeres como sujetas en contextos específicos, con historias precisas. No se trata solo de enunciar demandas generales o globales en las marchas; se trata de ponerle cara, nombre y apellido a las diversas situaciones de violencia e injusticia en que se vive; determinar las brechas de género; enunciar los déficits de políticas de igualdad; revelar las dificultades para acceder a la justicia.

 

Un ejemplo de ello es la revelación de la generalidad del acoso como una verdad silenciada referida a la estructura de las relaciones de poder. Porque el acoso contra las mujeres ha sido una actitud permitida, solapada y celebrada entre los hombres en las universidades, en la cultura, en el cine, en las empresas, en el deporte, en la política, en las iglesias.

 

La revelación del acoso como una práctica de hombres depredadores ha hecho caer el hálito de prestigio de los hombres con poder porque son conductas develadas como abuso sexual. La supuesta cortesía del caballero que permitía seducir a las jóvenes, se ha revelado como violación.

 

Ha sido necesaria la insurrección de las mujeres a través de las marchas, del movimiento colectivo para vislumbrar otro lugar para las mujeres; el reconocimiento de su voz como legítima; de sus deseos como existentes y válidos. Para que empecemos a documentar el lugar de subordinación, opresión y falta de poder en que estamos y, sobre todo, encontrar un lenguaje propio en el cual enunciemos los mundos que queremos.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 28 de febrero de 2024.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx