La generación de la
Escuela de Derecho de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) de la que egresé
(1971-1976) se llama “Lic. Javier Germán Rodríguez Jiménez” porque en ello reconocimos a un maestro que no nos
enseñó derecho, sino que nos enseñó el sentido de la justicia.
El Licenciado Germán
dirigía el Servicio Social de la Escuela a través del cual entendimos el
aspecto social del derecho: abogar por quienes no tenían recursos para pedir
justicia o para hacer un trámite simple.
Como Rector de la
UAN, destacan dos acciones centrales: por una parte, estableció las bases para
que la Universidad se condujera dentro de un marco institucional y legal. Para
ello, puso orden en las leyes y normas que regulaban la vida universitaria.
Todavía recuerdo, que como buen abogado, enviaba las convocatorias para sesión
del Consejo Universitario con ocho días de anticipación (con todo y anexos de
lo que se discutiría). Cada consejal debía firmar de recibido.
Después de la
autonomía (diciembre de 1975), la UNI-NAY se transformó en la UAN, pero seguía
operando con la misma Ley Orgánica con que había sido creada como Universidad
de Estado en 1969, a la cual sólo se le había suprimido la función del
Gobernador de nombrar Rector y presidir el Consejo Universitario. Por ello, el
Licenciado Germán promovió la primera Ley Orgánica de la Universidad Autónoma
(1985) a partir de la cual creó todo el aparato normativo consecuente,
prácticamente diez años después de la autonomía.
También organizó el
pago a través de nóminas. Antes de eso, cada director de escuela nos entregaba
el dinero en efectivo en un sobre, no siempre el día de la quincena.
En el aspecto
político supo establecer contenciones a las fuerzas que trastocaban la vida
universitaria. La FECUN (Federación de Catedráticos de la UNI-NAY), dio lugar a
la FECUAN, después de la autonomía, lo que a su vez, dio paso al Sindicato de
Personal Académico en 1976. En cuanto a los trabajadores administrativos, su
organización inició como grupo de empleados, al desaparecer el Instituto de
Ciencias y Letras del Estado de Nayarit en 1969 y pasar a formar parte de la Universidad
del Estado. Sin embargo, fue después de la autonomía cuando dejaron de ser
empleados del Gobierno del Estado. En 1977, se formó el Sindicato de Empleados y Trabajadores (SETUAN), aún cuando
anteriormente hubo diversos intentos de agrupación. Cabe decir, que el Licenciado
Germán Rodríguez firmó los primeros contratos colectivos de ambos sindicatos,
cuando ya estaba claro el carácter de que a quienes trabajaban en las
universidades, no eran ctedráticos ni empleados, sino que les pertenecía el
estatus de trabajadores.
En relación a los
estudiantes, la FEUN era una organización de la Preparatoria de Tepic y de la
Escuela de Derecho, desde su origen vinculada al PRI, considerada la escuela de
cuadros de este partido. Sus dirigentes adquirían su fuerza del exterior, más
que del interior en un modelo donde el Estado, después del 68, controlaba las
fuerzas políticas que se movían en todos lados. La FEUAN era una organización
estudiantil, pero no la única. Existían organizaciones de otras tendencias en
las escuelas nacientes: Economía y Agricultura que portaban otras concepciones
sobre la representación estudiantil. Ni la FEUAN ni las otras organizaciones tenían
fuerza política determinante, ni tampoco concesiones. Serían otros rectores
quienes le otorgarían a la FEUAN el monopolio de representar a las autoridades
frente a los estudiantes, en un claro trastocamiento del sentido de
representación estudiantil.
Al Patronato
administrador del 10% destinado a la Universidad, lo convenció no solo con
proyectos, sino también con acciones. Supo deslindarse de gobernadores, no caer
en la pedantería del poder ni en la fastuosidad.
El Licenciado Germán
transformó a la Universidad cuando fue su época, cuando fue Rector. Despúes,
ninguna palabra de vituperio contra los actores de la UAN. No tocó a la UAN ni
con el pétalo de una crítica.
La otra acción transformadora
de la Universidad fue organizar una ruta académica para la institución. El Proyecto de Superación Académica. Un camino
para la universidad de excelencia en el interior del país, establecido en
1984 cuando ya había puesto orden en el caos dejado por el periodo 1977-1981, proyectó
un nuevo futuro para la universidad a partir de la profesionalización de la
docencia y la investigación científica. Recordemos que hubo huelgas y paros
permanentes, asesinatos de trabajadores, amenaza a las autoridades, balaceo de
edificios, etc.; un triunvirato en la rectoría (Petronilo Díaz Ponce, Jorge
Alegría y David Trejo González), intervención de ANUIES, de la SEP, de
gobernadores.
Una vez que el
Licenciado Germán estableció las condiciones mínimas para trabajar, se establecieron
programas de capacitación específicos para que el profesorado normalista o
técnico medio tuvieran una licenciatura universitaria. Para organizar la
investigación científica no tuvo ningún reparo en contratar a quienes
llegábamos de estudiar posgrados para que nos incorporáramos a las nuevas
tareas de la Universidad. Contraria a la actitud de otros rectores, entendió
que salir a estudiar a otro lugar del país o del extranjero y regresar, le
traería beneficios a la institución y a la Entidad.
No peleó con los
tiempos, los entendió. Auspició una universidad como una institución de leyes, estrucuras,
compromisos sociales. Y eso, establecer las bases desde las raíces, apostar por
la legalidad de las instituciones donde hombres y mujeres podamos avanzar hacia
otra dimensión de lo humano, es lo que deja huella.
Por ello, le
agradezco al Licenciado Germán, haber sido funcionaria en su periodo rectoral
en una época donde no se usaba reconocer el talento de las mujeres. Su claridad para nombrar las cosas, su
sentido de la justicia permeó a una generación a la que pertenecemos quienes
todavía estamos aquí herederos de sus clases, de sus pasos, de sus palabras.
Enviado a Nayarit Opina, Tepic, Nayarit febrero 20 de 2019.