Vences la terquedad del polvo
en súbita
victoria
pero el polvo
no pasa.
Como el sueño,
se instala en la quietud,
ingresa en la sombra.
Cuando descansas
prolonga su vigilia.
Somos polvo con vocación de sueño.
LP. Sacudidor
Hemos dicho
adiós a una provincia en calma, a un mundo que se fue y no será jamás. En el
tiempo nuestro no sólo los balazos pueden atravesar las ventanas de los
automóviles, los interiores de las casas, las banquetas, sino que también se
posesionan de los días que vivimos.
Más lejos
de nosotros, los sismos arrasan países, pueblos. Otros desastres empobrecen a
la mayoría de personas, desolan el mundo. Puede ser que todo esto haya estado
presente en todos los tiempos, sin embargo, la cercanía en tiempo real nos hace
partícipes de los sucesos.
La raíz de
la poesía es la vida. La vida difuminada en múltiples vidas individuales,
vividas de nuevo cada vez que un ser humano asoma al mundo y conservada en el
recuerdo, en el pensamiento. Esta vida concretizada en el recuerdo tiene
posibilidad de convertirse en experiencia vital cuando se reflexiona sobre la
vida. Si la vida humana es igual para todos, ¿por qué quien escribe la saca de
lo común para convertirla en lo extraordinario? ¿de qué manera la poesía se
convierte en la armadura con la que superamos la caducidad de lo meramente
empírico?, la convertimos en el ansia de algo verdaderamente perdurable de un
mundo invisible.
¿Por qué escribir
poesía? Porque el texto poético nos acerca a un mundo interior desde otro lugar,
porque nos hace ver diversas aristas del mismo mundo en que vivimos. Porque la
poesía acerca el mundo al mundo, abre la posibilidad de otras dimensiones
dentro de la cotidianidad de la vida.
En
el corazón de la noche he visto lo
viviente
afianzado
sin llamas.
Amantes
sin más resplandor que sus propios latidos
navegan
en ondas de neón
Hemos
sentido las alas oscuras del tiempo que pasa,
el
aullido de lobos ansiosos.
Y los
amantes perduran en su pasar.
en ese
texto la noche es más noche porque la poesía devela un mundo que ya estaba ahí
pero es el poeta el que tiene el don de hacerlo aparecer. Nosotros, los
habitantes de la vida pasamos por la noche sin advertir “el lenguaje de neón” de la geografía nocturna. Las calles son
calles, las cantinas arrojan borrachos en un ciclo ininterrumpido.
La noche
deja de ser una división del tiempo para convertirse en el ámbito de personajes
espirituales. Deja de ser el momento del sueño biológico para encarnar los
sueños de la vigilia de los hombres y mujeres.
¿Dónde
están los poemas antes de nacer? ¿Flotan sobre nosotros hasta encontrar una
mano que las escriba o es el autor/a quien las hace renacer de su propia vida?
Puede pensarse que la poesía se encuentra en todas partes si se tiene capacidad
de verla, de sentirla, de tocarla, pero ¿quién tiene acceso a ella? Quien
poetiza sintoniza la poesía del mundo y por eso produce poesía. Desde este
punto de vista, hacer poesía es la actitud de vida de poetas.
¿Usted
trabaja de poeta? Se le podría preguntar a quien fuera. Nos dirá que no, que
tiene un trabajo común y corriente como usted o como yo. Tal vez tenga esposo,
amante, amigos, va al mercado, maneja un coche, etc., sin embargo, en esa
cotidianidad, un día extiende la antena de poeta y he aquí que atrapa uno o dos
que andan flotando por encima de las tejas de su casa. Por la noche, mira y ve caminante
bajo la luna escondiéndose de las balas de ciudades sitiadas.
Quien
escribe poesía recupera las historias del tiempo, de la soledad y de los
cuerpos. A su modo, también retrata el tiempo que le toca vivir aunque
pareciera alejarse de los sucesos cotidianos. Sólo una vida libre de ancladura
temporal pasaría por encima de los acontecimientos diarios, pero esa vida sería
imposible, nos enmudecería.
Actualmente
se ofrece dinero por maleantes porque el Estado es incapaz de asegurar una vida
segura. Un millón de pesos se ofrece por la denuncia de delincuentes. Un millón
de pesos debería de ofrecerse por cada poeta, por cada persona capaz de
hermosear al mundo. Yo lo ofrezco aquí por la poesía, por hermosear y decirnos el
mundo desde otro lugar.
Socióloga, investigadora de la Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco_1@yahoo.com
Publicado en Nayarit Opina, el
26 de febrero de 2018