La conversión de los
indígenas
pretendió borrar el pasado
religioso
de los pueblos originarios
y, consecuentemente,
apropiarse de su conciencia,
de su memoria,
de sus valores, de su
relación con la tierra,
de su dignidad; una
conquista de las mentes
Enrique Semo
La conquista de México estuvo lejos de ser una
conquista de almas, se trató de ganar territorios y recursos para el
capitalismo que en ese momento se abría paso sin nombre en los territorios
descubiertos. Me imagino la dificultad que tuvieron tanto los españoles como
los amerindios para dar una explicación a lo que estaba ocurriendo ¿Quién era
el otro? ¿Qué eran los otros? Los españoles venían de la reconquista de sus
territorios de los cuales expulsaron a judíos y musulmanes y los amerindios
venían de una lógica de dominio a partir de subyugar a pueblos bajo el dominio
de Tenochtitlán.
Sin la conciencia de ser España, sin la
conciencia de ser amerindios, más bien, fragmentos de ambos. Pero en la batalla
se fueron abriendo paso las conciencias. Los conquistadores tuvieron muy
pronto, muy claro que eran los recursos lo fundamental de las tierras
conquistadas. No vieron a las personas porque los amerindios no eran personas,
sólo lo eran los conquistadores y no todos. Se abrieron paso con todos los mecanismos
de la crueldad que pueden los seres humanos desplegar cuando lo otro lo
consideran inferior. Primero, inferiorizan; después, exterminan.
Lo paradójico es el hecho de que en la
Conquista participaron pocos españoles y una gran cantidad de pueblos indígenas
que se aliaron con los españoles para derrocar a México-Tenochtitlán. Sólo se
puede explicar la victoria de la conquista española sobre amplios territorios
si se toma en cuenta que en esa expedición participaron pueblos que habían sido
vasallos de los Tenochcas y que, vieron una oportunidad para derrocar a ese
enemigo.
¿Nos asombra la crueldad que tuvieron los
españoles sobre los pueblos amerindios? La historia puede ser contada a partir
de las crueldades de quien llega sobre quienes son conquistado con tal de
arrebatarles las riquezas que tienen. ¿Y Atila? ¿y Aquiles? ¿y la Inquisición?
¿y los portugueses en el Amazonas? ¿y los ingleses en Africa? ¿y los holandeses,
franceses, los belgas? ¿y los Nazis? ¿y Vietnam? ¿e Hiroschima?¿y el exterminio
de chinos en México? ¿y el dos de octubre? ¿y Ayotzinapa?
¿Es una más cruel que la otra? Más bien debemos
preguntarnos los límites de la capacidad humana del exterminio de los otros
cuando de lo que se trata es de justificar el arrebato. ¿Vinieron españoles sin
cultura, expresidiarios y por eso la barbarie? Los nazis tenían una alta
cultura, lo que no evitó la crueldad. No nos engañemos, es la propia miseria
humana lo que aterra.
Ha sido la codicia lo que ha atravesado la
historia. Quizá pudiéramos decir que la historia puede ser explicada a partir
de la codicia humana, esa alrededor de la cual se articula el orgullo, el
nacionalismo, la identidad, la patria, lo mío, el yo.
El sentido de la historia es la codicia.
Dioses, leyes, conocimiento se vinculan para
inferiorizar a los otros/otras y en nombre de dioses, de justicia y de ciencia,
se les arrebata la vida con crueldad, se asaltan sus bienes, se les somete, se
les mete a redes de trata de personas, se les aniquila. Se les arroja a los
basureros de la historia porque en la Historia sólo caben los Codiciosos que
narran sus propias hazañas.
Socióloga, Universidad Autónoma
de Nayarit, lpacheco_1@yahoo.com
Publicado en Nayarit Opina, abril 2 de 2019