martes, 10 de noviembre de 2020

¿Administración masculina de la paridad?

Cuando las mujeres ocupan puestos de liderazgo,

 crean sociedades más igualitarias, 

más representativas, más justas, 

más diversas y más transformadoras.

 

ONU-Mujeres

 

La aprobación del Instituto Nacional Electoral (INE) de los lineamientos de paridad en las elecciones de las gubernaturas que estarán en contienda en 2021 ha ocasionado malestares al interior de los partidos políticos, por decir lo menos. El INE resolvió que, atendiendo al principio de gradualidad, los partidos políticos deberán postular a siete mujeres de las 15 gubernaturas que estarán en juego.

 

La paridad en todo se estableció en junio de 2019 en la Constitución General de la República para reconocer el derecho de las mujeres de participar en todos los ámbitos del poder. En los casos de nombramientos unipersonales como son las gubernaturas de los Estados, el INE tomó el criterio de paridad respecto de los partidos políticos a nivel federal; por ello, al ser partidos nacionales, los obliga a postular siete candidaturas de mujeres, la fracción más cercana a la mitad de 15, número impar. 

 

Desde que se establecieron las cuotas de género en la legislación electoral, la clase dirigente al interior de los partidos políticos ha utilizado diversas estrategias para convertirse en los administradores de las cuotas. Desde la designación de mujeres cercanas a los dirigentes políticos; el nombramiento de mujeres en distritos perdedores; la preferencia por mujeres “dóciles”; el nombramiento de mujeres “ad hoc”, para que una vez obtenida la elección, dejaran el lugar a hombres; hasta el surrealismo de declararse “mujeres” para entrar en la cuota perteneciente al género femenino. Ante estas, y otras argucias, las mujeres organizadas han actuado de tal manera de evitar la simulación en las candidaturas de mujeres. Ello se ha obtenido a través de judicializar los lineamientos de cuotas y ahora, de paridad, así como hacer avanzar la legislación y crear una cultura política de igualdad sustantiva.

 

¿Por qué los hombres de los partidos políticos se incomodan ante los lineamientos del INE? Porque la designación de las candidaturas al interior de los partidos políticos se realiza dentro de las negociaciones que los varones realizan para sí mismos. La larga historia de compartir el poder entre ellos, como su monopolio, les ha dado la expertir para negociar como cómplices a partir de reglas no escritas en base a pactos donde ganan como colectivo de varones. Más de uno ha “preparado” los territorios para que las encuestas les favorezcan: han repartido despensas, gestionado obras públicas desde su cargo de diputados o senadores, etc. Entonces, el hecho de que se postule a mujeres, se interpreta como un desplazamiento, tirar a la basura lo realizado ya que se alteran las reglas del juego. 

La paridad los agrede porque señala la impostura de usar el poder para su beneficio como colectivo de varones. El poder significa reconocimiento, disponer de recursos y personas, acumular prestigio, participar en la designación de proyectos, obras, etc. Eso es parte de lo que no están dispuestos a compartir. 

 

El modelo de decisiones al interior de los partidos asume las características de la toma de decisiones varoniles: 1) las decisiones las toman sólo los hombres; 2) las relaciones que privan entre ellos son de negociación que les permite obtener beneficios individuales tipo “amarre de compromisos”; y 3) el triunfo será para el colectivo de varones ante las mujeres, quienes son excluidas. Al interior de los partidos, legitiman la toma de decisiones entre ellos como la forma en que se deben tomar las decisiones en los diversos ámbitos.

 

Por ello, la inevitable presencia de las mujeres en la democracia y al interior de los partidos, irrumpe las formas de toma de acuerdos por parte de los hombres, ya que plantea nuevas articulaciones entre mujeres y hombres fuera de los pactos masculinos basados en los varones como los dueños de la política. Es más, rompen las decisiones tomadas desde la dominación y supremacía de los varones.

 

Los hombres no saben tomar decisiones políticas con las mujeres, puesto que la larga historia de la dominación impide considerarlas sujetos de igualdad. De ahí que las dirigencias de los partidos políticos pretendan administrar la paridad desde la dominación masculina. Es cierto que las disposiciones constitucionales, la legislación de igualdad y los lineamientos del INE están ahí como marcos de actuación, pero todo ello toma sentido, se acuerpa, en las tomas de decisiones que mujeres y hombres concretos deben tomar. 

 

Las mujeres hemos avanzado paso a paso para estar en el poder: defendemos lo que logramos y continuamos; con ello, abrimos la democracia a las mujeres en tanto sujetos excluidos y reconocemos la exclusión de otros sujetos. 

 

La paridad política rompe el monopolio de las decisiones de poder de los hombres sobre la política y sobre las mujeres. Tenemos que argumentar jurídica y socialmente la legitimidad de la paridad en las gubernaturas ante las resistencias de la clase política masculina que, atrincherada en la misoginia, intenta hacer nugatorios nuestros derechos.

 

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, noviembre 10 de 2020.

 

1 comentario:

  1. Saludo Lourdes.
    Interesante tu documento. Mucho de esto existe aunque hay mujeres cuyo liderazgo se sale de este esquema y son ellas en las que gravitan las deciciones y acuerdo.
    Saludos

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