domingo, 17 de abril de 2022

Jala, el tiempo sagrado de la Judea


Estas son lágrimas tristes 
nacidas de almas llorosas,
unamos nuestros gemidos
a una madre dolorosa.

 Madre mía tenéis razón,
de verter amargo llanto,
pues ha muerto tu hijo santo,
amor de tu corazón. 

Judea de Jala, 2022

Se abre el tiempo sagrado de la Judea de Jala. Arriba y abajo, al centro, en el cenit y en el nadir, la gran mole del mundo, el volcán Ceboruco, presencia cómo las criaturas humanas lloran al Cristo azotado por los judíos. Aquí vinieron los hijos migrantes, las hijas ausentes; las familias volvieron a reencontrarse en la llegada del Señor de Acatique; en la peregrinación de los Tres cristos del Jueves Santo.

Algunas personas arrojan sábanas cuando pasa descalzo el Cautivo sobre las piedras del mediodía del Viernes. La Dolorosa viene detrás presintiendo ese hijo salido de su vientre para morir y no morir. El Escuadrón da vueltas en el pueblo sofocado del calor de la primavera; los caballos relinchan en el grito de que los ejecutadores, perdonen un Momento más.

Bebemos tejuino. El dulzor amargo viaja directo al corazón, en este viaje de Luz y Vida donde lo que muere tiene que morir convirtiéndonos en criaturas nuevas.

El fervor popular se apropia de las calles empedradas del pueblo. En silencio, presenciamos las dudas de Judas al traicionar al maestro; la ligereza de Pedro cuando lo niega; la desazón de Pilatos, quien no quiere condenar a un inocente; la angustia de Magdalena. Todos son seres dudosos, temerosos, frágiles. Quizá por eso, los espectadores vivimos con ellos sus zozobras, sus desesperaciones, sus llantos.

Los diálogos son largos en la Judea de Jala, pero nos hemos preparado durante dos años para venir a presenciar este sufrimiento donde nos reconocemos. Cada uno transmite desde su Facebook, cada quien manda fotos a sus familiares y amigos. El diablo, vuelve a tentar a Jesús con sus palabras de oro y de lujuria. La corriente de la venganza de Dios se detiene porque un inocente se reconcilia con el Padre y abre el umbral para el perdón universal.

En la fiesta pagana, las bandas de la Meseta hacen bailar a jinete y a caballo; a muchacha y muchacho; a botes de cerveza y elotes cocidos. Todo entra en las increíbles muestras de pecado/vida a nuestro paso. Mientras, dentro del templo católico, las luces han sido apagadas para dejar, frente al altar, la luz de algunas velas que perturban el encomiable silencio, el magnetismo de la cruz vacía.

El altar, cubierto de ramas del cerro, alberga al Monte de los Olivos. Nos hincamos en la devoción aprendida.

Lloremos mares y selvas,
nubes y aires del cielo,
llorar todas las criaturas,
lloremos sin precavernos,

Llora, pues, Jerusalén,
llorar todos los mortales,
la muerte del inocente
que se le dio entre crueldades.
 
Ya se llegó ese día,
en que salgáis como torrentes
pues ya falleció aquel mesías
 y aquí lo tenéis presente.

Muere Jesús y el duelo del Cireno cubre de melancolía a quienes estamos bajo la luna blanca asomada a nuestros apesadumbrados pechos.

Seguimos la peregrinación del Santo Entierro en la fiebre incitante que nos protege del sueño y del hambre. En este Viacrucis de media noche, las estaciones son representaciones a escala humana donde niñas y niños, jóvenes y adultos del pueblo, son crucificados, subidos a la cruz, llorados y adorados. Las mujeres, sufrientes, cantan el duelo magnificado por el aparato de sonido.

Al frente de la peregrinación del Santo Entierro, el Pitero anuncia la última caminata con que se cierra la Judea. El tañido habla de lo inmortal, de la vida misma disfrutada como Momento y como Eternidad. Atrás, devoto de la danza de la creación universal, la máscara del bachiller, baila el final de la Judea borrando los pasos de Jesús con una cruz bailada. Ciego pasa el bachiller; ciego baila el bachiller y ciego, el espíritu queda purgado.

El viento nos sobrecoge. Caminamos a través de la noche a nuestro refugio.

En la madrugada, campesinos viejos se apresuran a sembrar maíz de húmedo; ha llegado el tiempo de que la semilla/Cristo muera en el surco para, en tres meses, abrazar al niño/elote tierno.

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 19 de abril de 2022.
Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo:   lpacheco@uan.edu.mx
 

1 comentario:

  1. Excelente relato sobre la Judea de Jala, enhorabuena, hasta el próximo año si los tiempos lo permiten...👍👏👏👏

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