No querer traer sin caos
portátiles vocablos.
Alejandra Pizarnik
Tiene razón Claudia Sheinbaum cuando dice que llegamos todas. Porque las todas somos las que llegamos a la universidad como excepción; a la titularidad de los poderes públicos como anomalía; las que salieron del orden tradicional para exigir derechos; las que marcaron un horizonte diferente; las que caminaron en marchas reivindicatorias; las que firmaron desplegados; las que construyeron categorías para pensarnos de otra manera; las que escribieron libros, organizaron comunidades.
Las todas enviaron a sus hijas a la escuela, aunque ellas no supieran leer; se opusieron al autoritarismo en sus vidas para construir formas diversas de pensarse en el mundo; fundaron sindicatos; activaron el divorcio como derecho de las mujeres; fundaron escuelas, transmitieron saberes; pugnaron por los derechos político electorales; fueron al encuentro de las otras.
Otras todas escriben poesía sobre sí, sobre su cuerpo; narran nuestras historias; hablan con voz propia; salen de sus comunidades dejando huella para las que siguen; organizan colectivas donde se reconocen y acompañan; cantan para fascinar nuestros sueños; ganan maratones; presentan demandas; meten goles; se niegan a tener hijos; deciden vivir otras conyugalidades o ninguna; su maternidad no es sacrificial.
Las todas ya habíamos llegado a lugares diferentes de los tradicionales.
Se rebelaron ante poderes injustos donde se aprisionaba a las mujeres, por lo que abrieron cerrojos desde la cocina, la academia, las calles, los caballetes, los mercados, la ciencia, el teatro, el parlamento, la arena de boxeo, las letras, los partidos políticos. Hicieron la revolución cultural de las mujeres.
Hicimos la revolución cultural de las mujeres desde la convicción de que todo nos pertenece; ganamos posiciones en los múltiples espacios donde se expande la vida.
La llegada de una mujer a la Presidencia de la República es un triunfo de las todas; de la larga y empinada lid de las mujeres sufragistas, de las que defendieron los derechos políticos para las mujeres; de quienes nos involucramos en el avance de las cuotas de género y argumentamos por hacer efectiva la paridad en todo.
Las todas que llegamos somos quienes pugnamos por una democracia real y sustantiva donde los actos de gobierno sean acordados por mujeres y hombres de forma paritaria en todos los espacios de decisión. Que las mujeres no solo sean beneficiarias del desarrollo, sino sus protagonistas y la agenda feminista se convierta en agenda del poder público, porque es una agenda civilizatoria humana.
Las todas instamos por justicia a las madres de hijas e hijos desaparecidos. Pugnamos por un nuevo sistema de alertas de género que desarticule las estructuras violentas donde mujeres y niñas son socializadas.
Las todas afrontamos el autoritarismo donde se ejerza. ¡Que ningún violentador sea funcionario público, ni asambleísta, ni presidente municipal!
Las todas propiciamos consensos horizontales para avanzar en la no discriminación de ninguna, de nadie.
Las todas hablamos, cantamos y bailamos para persuadir nuestras alas y transformar las condiciones de desigual e injusticia.
Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 6 de junio de 2024.
Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx
En efecto, llegamos las que hemos luchado desde hace décadas, aunque parezca que somos invisibles, hemos luchado desde nuestras trincheras, en las aulas, en la familia, en la comunidad, no estamos en ningún partido político, solo en el partido de la igualdad, de la justicia para todas las que nunca tuvieron justicia. No nos falles presidenta.
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