Queta Nava Gómez. La Ciudad de los Cuarzos
Cuando leemos y todo lo que late se detiene, estamos en presencia de literatura porque las palabras logran atraparnos en la intrincada media noche donde pueden suceder historias que nos devuelven el sentido de la vida. Pueden ser historia de aventuras; historias ficcionalizadas que nos trasladan a otras lateralidades de la existencia, pero que son historias de lo humano.
Se dice que las obras literarias deben ser originales, pero lo original es una cualidad que puede ser atribuible al estilo, a la agilidad con que se manejan las frases, a la trama, a la construcción de personas, al relato mismo. Debemos preguntarnos qué significa en la actualidad lo original en la literatura.
La Ciudad de los Cuarzos de Queta Nava Gómez es un libro que debemos leer. Es un libro que es un gusto leer. Se puede leer como una serie de cuentos de ciencia ficción, que, en conjunto, forman una novela; novela que narra una manera de enfrentar los problemas humanos. Queta Nava-Gómez sigue la tradición de escribir episodios con historias cerradas que contribuyen a la narrativa amplia de la novela. Los personajes y las situaciones se trasladan de un capítulo a otro en una secuela de relatos interconectados.
Porque la Ciudad de los Cuarzos está estructurada a base de cuentos que se conectan a través de la aventura y las experiencias internas de los personajes, recurso narrativo que diversos escritores han utilizado.
El mundo ficcionalizado por Queta Nava Gómez es un mundo donde el agua ha desaparecido, pero existe una solución, encontrar la piedra Aqua futuri, escondida en algún lugar. A partir de esa premisa, el libro se convierte en una historia de aventuras a la usanza de Emilio Salgari o Las Mil y una Noches donde puede ocurrir lo insólito. El libro combina ciencia ficción, ecología, política, amor, ambición, esperanza, en un lugar fuera de lugar. Se ambienta en algún futuro de la tierra donde animales y plantas han desparecido. Encontrar la piedra Aqua futuri parece ser la solución para volver al planeta que alguna vez fue.
Planeta que queda en el recuerdo de unos cuantos, encerrada en esferas del conocimiento a modo de una gran biblioteca del pasado.
Como dice la autora en la nota de introducción, el personaje principal es la ciudad, como si estuviésemos en alguna megalópolis con vida propia donde las personas solo muestran algún aspecto de ella. Aquí lo que encontramos no es la condición social la que marca el destino de las personas, ni la escolaridad, sino que son las piedras, las gemas, las que van conduciendo las vidas de quien las posee. Con las gemas se forman las ciudades, la apariencia de bosques, los animales que viven en algún recuerdo. Las gemas anuncian el destino y también pueden conducir a la muerte, pues los poseedores de las gemas más ambicionadas, aquellas que encierran el tesoro del agua o pistas para conseguirla, siempre están en peligro de perecer.
Aunque, aparentemente, la novela sigue a Aldebarán, quien es heredero de las esferas de conocimiento que le entregó su padre a fin de que encuentre la piedra Aqua futuri y cese el sufrimiento del planeta, realmente la aventura pasa de personaje en personaje hasta llegar a finalizar la búsqueda. Queta Nava Gómez, explora en cada uno de los episodios temas de complejidad permanente como las decisiones personales, el destino, la búsqueda interior, el desamor, la obsesión, la desafección por la vida.
Quizá se pueda decir que esta novela trata sobre el destino. Un destino fraguado en las gemas que no puede ser eludido, como profecías de Oráculos, que inevitablemente se tenían que cumplir. Por eso, aunque es un libro de aventuras, algo que los personajes hacen, es una obra profundamente introspectiva porque asistimos a las reflexiones íntimas de Lyra, Sagiita, Libra y las de otras y otros más, para decidir su destino.
Los personajes viven en la superficie de la tierra, en la Ciudad de los Cuarzos, en el Desierto de Calcedonia o en el Castillo de las Espumas, pero buscan dentro del propio yo, en ese lugar dejado a la libertad, la posibilidad de disponer de sí mismo. Es ahí, en el conocimiento emotivo de ese instante de lo íntimo donde se atisba la esencia de la realidad humana.
En cada relato, los personajes algo tienen que ver con la búsqueda de la piedra; también con los acontecimientos humanos. Como en un universo total, al final de cuentas, personajes y situaciones, convergen.
En el libro desfilan figuras clásicas de la literatura como la sirena, los ambiciosos, la curandera, los sabios, la enamorada, el asesino, la melancólica. Está también Medea, los amores prohibidos, el amor a la estatua o Pigmaleón.
Leamos el siguiente párrafo:
“A ella se le apresa en un salón traslúcido, ubicado en el redondel del cuarzo hialino. Cada suspiro le resta fuerza. Rodeada de piedras soporíferas, llora y se lamenta. Grus está encerrado en un palacio del círculo citrino. En su deseo por escapar y ayudar a Piscis, golpea paredes y puertas hasta luxarse las muñecas. Solo son visitados por curanderos y magos”
La búsqueda de piedra Aqua futuri es una metáfora para reflexionar sobre los errores de las acciones de los seres humanos sobre el planeta, sin que se trate de posturas moralistas o didácticas. Se puede leer como un libro de cuentos cortos que nos sumergen en lo inevitable, lo trágico y lo poético.
También se puede leer como un libro de preguntas sobre la humanidad, la herencia del conocimiento, los límites de las acciones humanas.
Queta Nava Gómez ofrece una visión profunda de la humanidad. De esa humanidad del futuro que inevitablemente alude a un pasado. No es, entonces una búsqueda de personajes, sino un hallazgo el trasfondo de la escritora. Porque toda obra literaria está condenada a la originalidad, una originalidad que intenta el viaje hacia los orígenes mismos de la literatura donde ya estaba la sirena, el destino, Galatea, Romeo y Julieta, el desamor.
Quiero destacar el uso de minerales en la novela. No se trata, como se podría pensar, de minerales inventados, sino de piedras que realmente existen. Así la Boulangerita que ocasiona la tristeza es un mineral descubierto en 1837 en Francia. El Berilo, que hace surgir un enamoramiento fatal, está mencionado en la Biblia y era conocida por los griegos.
El cuarzo, por cierto, es el mineral más común en la corteza terrestre. Por la novela desfilan el zafiro azul, la sílice, el berilo, aquamarinas, esmeraldas, amatistas, fluorita, mármol, ágatas, venturinas, ópalos, jade, berilo, cuarzo azul, cuarzo verde, ahumado, transparente, etc.
También los nombres de los personajes aluden a constelaciones como Eridanus y Saggita del primer relato. Aldebarán (estrella que sigue a las Pléyades en su recorrido) y Lacerta, del segundo relato. Casiopeia alude a una constelación catalogada por Ptolomeo en el siglo II, etc.
Los nombres del zodiaco tienen especial importancia: Libra, la curandera, Piscis, la creadora de mares, Aries, el recolector de piedras, Aquarios, quien tendrá un papel protagónico.
Lo que sí son ficcionalizados, son las propiedades de los minerales. Es un uso literario de lo que sí existe en la tierra, traspuesto a la narrativa desde ese lugar que lo mira la escritora.
Gracias, Queta Nava Gómez, por escribir este libro donde con una destreza de hazañas y aventuras nos muestras la permanencia de la condición humana. Gracias por escribir sobre una ciudad que esperemos no exista nunca.
Palabras en la presentación del libro La Ciudad de los Cuarzos, el 9 de septiembre.
Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 14 de septiembre de 2024.
Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx
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