miércoles, 13 de diciembre de 2017

La Ley de Seguridad Interior y las Universidades Autónomas

Nos erguiremos hacia el sol
en una sola voluntad y seremos peligrosos.

Khalil Gibran. El loco

El artículo 31 de la Ley de Seguridad Interior aprobada por la Cámara de Diputados y que deberá discutir la Cámara de Senadores, señala en el artículo 31 que “En materia de Seguridad Interior, las autoridades federales y los órganos autónomos deberán proporcionar la información que les requieran las autoridades que intervengan en los términos de la presente Ley”.

Ahora bien, ello obliga a las universidades públicas autónomas puesto que se consideran órganos constitucionales autónomos como parte del sistema jurídico mexicano. Específicamente el artículo 3º de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental establece como órganos constitucionales autónomos al Instituto Federal Electoral (INE), la Comisión nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el Banco de México (BM) y las instituciones de educación superior a las que la ley otorgue autonomía (Diario Oficial de la Federación, 11 junio 2002).

Así pues, con motivo de la Ley de Seguridad Interior propuesta, las universidades –en tanto órganos autónomos-, deberán otorgar a las autoridades militares y policiacas la información que les sea requerida. Ello lleva a plantear diversos cuestionamientos:

En primer lugar tendremos que preguntarnos cuál es la información que pueden proporcionar las universidades. Una es la información sobre el personal que labora en la institución, trátese de personal académico, administrativo o estudiantil. En este caso, las universidades tienen bases de datos de la vida privada de tales poblaciones como domicilio, conyugalidad, lugar de origen, procedencia, etc. Quizá lo más preocupante lo constituya la información sobre la población estudiantil, puesto que los estudiantes han protagonizado diversas acciones transgresoras al orden del Estado o que así han sido consideradas: la rebelión estudiantil de 1968 en la Ciudad de México, el movimiento #YoSoy132 originado en plena campaña de Enrique Peña Nieto; la protesta por los desaparecidos de Ayotzinapan (2014), entre los más recientes, además de movilizaciones protagonizadas por universitarios de las universidades públicas autónomas de diversos lugares: Chilpancingo, Morelia, Puebla, Culiacán, San Cristóbal de las Casas, Monterrey y otros.

En segundo lugar, las universidades generan diversa información que puede considerarse de interés para la seguridad interior. Me refiere a las investigaciones que se realizan tanto referidas al territorio como a las personas. Por ejemplo, en las universidades se realizan investigaciones científico-técnicas relacionadas con el establecimiento de macroempresas como presas hidroeléctricas que afectan un territorio determinado. Los estudios comprenden no solamente aspectos referidos a manifiestaciones de impacto ambiental, viabilidad técnica, uso del suelo, etc., sino que también comprende información sobre la población que habita los territorios afectados, ya sean pueblos indígenas o pueblos rurales, las organizaciones existentes opositoras a los macroproyectos, las líneas de resistencia popular, las alianzas generadas en torno a defensa de territorios, etc. En este caso, ¿también las universidades deberán proporcionar esa información?

El tercer aspecto tiene que ver con la información científica ya que las universidades realizan investigaciones cuyos resultados tienen como destinataria la comunidad científica nacional e internacional pero que pueden convertirse en información atractiva para la seguridad interior: investigaciones de frontera sobre controles biológicos, comportamiento de organismos vivos,  propiedades de la materia o de la flora, topografías de los océano, estudios edafológicos, cartografía del cerebro, uso de radiaciones, etc.

La Ley de Seguridad Interior, tal como está, implica que las universidades autónomas serán sujetas a ella, lo cual provoca, en la práctica, una supeditación de las instituciones autónomas a la lógica militar y policiaca. Es sabido que las universidades no sólo estudian lo existente con los paradigmas normalizados, sino que también abren los futuros al estudiar lo improbable y justamente esto, lo improbable imaginado, es lo que hace avanzar la ciencia y la sociedad.

Por ello, opino que la ley tal como está redactada afecta a las universidades autónomas porque las mandata a entregar información cuyo fin es meramente académico, científico, artístico, tecnológico, cultural y que no tiene por qué ir a parar a manos de la inteligencia militar. La Ley de Seguridad Interior se establece como el ojo vigilante, buitre al acecho donde todos somos atrapables, hasta el breve espacio de las aulas donde construimos otros porvenires, otros sueños de paz sin armas y sin guerra.

La autora es coordinadora de la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior (RENIES-Igualdad)

Publicado en Nayarit Opina, el 13 de diciembre de 2017


domingo, 10 de diciembre de 2017

Por los que no regresan a casa

Para Aída Quintero y su familia
El muro al sol respira, vibra, ondula,
trozo de cielo vivo y tatuado;
el hombre bebe sol, es agua, es tierra.
Y sobre tanta vida la serpiente
que lleva una cabeza entre las fauces:
los dioses beben sangre, comen hombres.

Octavio Paz. Relieves

El tiempo se vacía de horas mientras los que salieron no regresan a casa. Como tú y como yo, desayunaron temprano y se fueron con sus pies danzantes a seguir la huella de los días en el trabajo que les tocaba: choferes de taxis, practicantes de médicos, maestras, estudiantes.

Las balas cercan la vida solamente porque sí, porque son pulsadas por asesinos que impunes establecen la muerte en donde sea. Todas las noches, baja a la penumbra la sombra de los asesinos que no dejan vida a la vida.

Enseñamos a nuestros hijos a desconfiar. Entrenamos a nuestras hijas en la advertencia. ¿qué sociedad podrá prefigurarse cuando la desconfianza está entre nosotros? ¿De qué manera atisbaremos a los vecinos, a quienes pasan si no es con una sombra de desasosiego?

No tenemos más la sociedad del cuidado, el barrio donde jugamos y socializamos, las calles convertidas en ríos de niños y niñas detrás de las pelotas. Adiós a la convivencia y la tertulia. Es la hora de la serpiente que se enrosca en la penumbra para devorar.

Aquí asesinan inocentes y mancillan hogares. Entran impunemente a los domicilios a robar la tranquilidad de la familia, a fundar el desasosiego, la instalar la incertidumbre. Es la avaricia por la riqueza fácil, es la voracidad y la ambición a toda costa, fuera de la ley y del derecho.

Y mira a quienes deben cuidar el orden, garantizar la convivencia, mediar el conflicto: en su fiesta de luces, en su jolgorio de piedra, en su embriaguez de democracia. Dispuestos a contender por los puestos públicos de nueva cuenta para no dar cuenta de la vida de los pobladores. Disponen del tiempo de nosotros, de nuestro trabajo, de nuestras vidas, de nuestros hijos e hijas.

¿Y la inteligencia policiaca? ¿y las indagaciones? ¿y las averiguaciones? Todo se desvanece ante la cruda realidad de la criminalidad sin más ley que su propia ley. De nada sirven las leyes enaltecidas, los derechos proclamados, las sentencias de eruditos, los libros de los jueces. La criminalidad tiene sitiada a la ciudad sin que nadie sepa desarmar sus guaridas.

Los muchachos que salieron a la calle vivían entre nosotros. Una familia los esperaba al regreso. Al caer la tarde alguien les preguntaba ¿cómo te fue? ¿estás cansado? ¿Quieres pan? Las palabras rutinarias con que se instala la vida en los cuerpos de quienes amamos, con las que se alienta el sueño. Alguna vez conversarían con nosotras. Ahora no regresarán porque los criminales cortaron el regreso. Nadie podrá ver de nuevo la sonrisa de esas caras, no se conocerán sus rostros en la madurez.

Tal vez hemos entrado a un camino sin retorno, a un México sin solución sexenal hasta que la bestia que desde el inframundo social se instale otro orden de la no impunidad, de castigo a los culpables.

Devolvámonos la esperanza.


Publicado en Nayarit Opina, diciembre 8 de 2017.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Crímenes de amor

No te olvides, temprana,
de los besos un día.
De los besos alados que a tu boca
llegaron.
Un instante pusieron su plumaje
encendido
sobre el puro dibujo que se rinde
entreabierto.

Vicente Aleixandre

Quienes investigan el amor romántico, saben que el 95% de quienes están enamorados, dicen estar dispuestos a morir de amor, pero a nadie se le pregunta si matarían a la persona amada, quizá porque no se sabría dar esa respuesta o porque nos horroriza pensar que cometeremos crímenes. Sin embargo, a las mujeres se las mata por amor.

El amor, esa emoción que nos constituye como seres humanos, que nos inserta en la angustia de la incertidumbre del otro/otra que puede no correspondar mi amor, o que aún correspondido, pueda desaparecer porque termina el encantamiento, porque el amor se dirige a otra persona o simplemente porque se agotó el amor.

¿Quiénes matan lo que aman? No son seres depravados aunque sus actos sí lo sean. Son seres comunes y corrientes, como usted y como yo, que deciden matar a quien despreció su amor por el amor desmedido que le tiene. Ese amor posesión imposible de realizar. Ese amor fusión que se agota en cuanto inicia. Ese amor incorporación, de trasladar al otro/otra en mí. Ese afán de la imposibilidad: de ser uno en lugar de ser dos.

El amor es nuestra vida, nuestra eternidad, pero no nos pertenece. Es nuestra ruina y nuestra salvación.

El amor es nuestra salvación porque el amor nos escoge entre el azar y fija el destino. De todas las relaciones posibles, hay una que se convertirá en la relación en la cual saldré de mi mismidad para construir el mundo a partir de yo en el otro/a. Como dos, veré de nuevo el mundo, pero ya no será el atisbado por mi mirada individual, sino que será el mundo percibido desde los dos que somos. Sean hombre y mujer o dos hombres o dos mujeres. En cualquiera de las variaciones está el otro en mí; yo estoy en el otro. Nosotros, los que ahora somos Dos.

¿Por qué deciden matar? Ante la sospecha de que la mujer no los ama, empieza el acoso, la sospecha. Ante la evidencia de que ella se quiere ir de casa, o ir con otro, se empieza a tender la trampa. Ante la declaración de no amor, se decide el asesinato.

Me asustaba la canción “Virgencita de Talpa” ya que en sus versos decía “tú que todo lo puedes/haz que regrese/que vuelva a ser como antes/ y que me bese/Y si no me la traes/vale más que se muera/ya que su alma no es mía/que sea de Dios”. Recuerdo que se cantaba con fervor religioso.

Las matan porque las aman y suplican a los dioses que las maten. Los crímenes de amor tienden a ser justificados porque “no podía vivir sin ella”. A más de un criminal esa declaración de amor les ha servido para atenuar la pena.

Las matan por amor o por odio o por desprecio o por diversión o por desobedientes o porque sí, porque son mujeres, porque tienen permiso para matarlas. Por cualquier razón, matan a las mujeres.

Porque ¿por qué las mujeres no matan a los hombres que las engañan, las dejan, las desaman? Ellos tienen los permisos, nosotras no.


Publicado en Nayarit Opina, noviembre 22 de 2017, Tepic, Nayarit.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Hay algo que no se sabe: el momento de la muerte

¿Quién nos conformó así-
que hagamos lo que hagamos,
tenemos siempre la actitud de quien se va?
Como el que sobre la última colina,
desde donde se divisa todo el valle,
una vez más, se vuelve, se detiene y rezaga,
Así vivimos-
despidiéndonos siempre.

Rainer María Rilke. Octava Elegía

Hay algo que no se sabe y es el momento de la muerte. Todo el afán del conocimiento humano, de las especulaciones filosóficas, de la melodía poética, de la fe religiosa tienen como finalidad desentrañar la muerte.

Vamos hacia ella con los ojos abiertos, enceguecidos por el aquí y el ahora, por las luces de neón del presente que pasa. Entretenidas en el encaje del vestido, los caballos de raza, las galaxias remotas, las monedas de cuño y la casa.

Una minúscula criatura, la hormiga roja, tiene ante sí el paisaje sin muerte. Tal vez tampoco vea el paisaje, sólo el pequeño espacio en que camina nerviosa. La hormiga, el pájaro, el colibrí ven siempre el presente a salvo de dioses, de ángeles y melancolía.

Pero los seres humanos vemos como peces sonámbulos desde el lugar de adentro donde se fragua la muerte. Caminamos hacia ella sin que nadie se detenga, sin que nada nos lo impida. Irreversible en su mandato, todas las razones se encuentran de su lado y todos los miedos y todos los instintos y las rabias.

Las máscaras que hemos construido para vivir no sirven para morir. Debemos entrar con el rostro profundo de lo que somos, sin nombre ni bandera. Ni padres ni madres. Ni hijas ni amantes. Ni voz ni aullido.

La muerte es lo desconocido sin falsos atractivos. Todas las palabras del después, toda la imaginación y el deseo inagotable de la promesa, toda la fantasía de reinos luminosos, de infiernos de hierro, de jardines majestuosos, de estrellas y de abismos, detienen la salida, oxidan la cordura.

La muerte, incendia los instintos. Los rebela en su límite de soplo, de viento que pasa, petrificada cabellera del espanto.

Nos habita el silencio y el vacío. Cesa el canto y el beso; cesa la danza y el llanto. Cesa mi semejante.


Publicado en Nayarit Opina, 2 de Noviembre de 2017

viernes, 27 de octubre de 2017

Requiem por la democracia


Nací de una raza triste,
de un país sin unidad
ni ideal ni patriotismo;
mi optimismo
es tan sólo voluntad;

obstinación en querer,
con todos mis anhelares,
un México que ha de ser,
a pesar de los pesares,
y que yo ya no he de ver...

Amado Nervo

[1][2]

Si crees que vives en una democracia puede ser que estés en el límite de la normalidad. Si piensas que el estado puede asegurar la vida de las personas, entonces es necesario que acudas a un especialista para que se asegure de la cordura con que te conduces en el mundo.

¿En qué democracia vivimos cuando la violencia es la cara contemporánea de la democracia? Cuando pensamos arribar al siglo XXI con nuevas reglas para construir la democracia institucional en América Latina, se apoderan del continente dos problemas fundamentales: por una parte, la violencia brutal como la mayor sorpresa en buena parte de los países latinoamericanos, en particular en Ecuador, México y el Salvador. Por la otra, la corrupción que atraviesa las instituciones democráticas como la mayor sorpresa del siglo XXI en el continente.

Tanto la violencia como la corrupción no son particulares de países pobres o de élites gubernamentales emergentes, sino de países de democracias maduras con élites formadas en el centro del mundo globalizado: en Harvard o Inglaterra.

Pensábamos en la democracia como ideal, como un proceso político ordenado, el cual traería un estado de tranquilidad después del cual vendría una bonanza económica donde los beneficios se repartirían entre todos y todas. Por eso, en la década de los sesenta, el nombre del Che Guevara, de Fidel Castro, de Tania la guerrillera, se convirtieron en los iconos para una generación que luchábamos contra distintos autoritarismos.

En México era el autoritarismo del PRI, un partido político instaurado en el poder por más de 70 años, que mantenía una democracia de fantasía a base de controlar el aparato del estado y disponer de los fondos públicos. En Nicaragua la lucha contra el dictador Anastasio Somoza Debayle, en Brasil contra el dictador Castelo Blanco, en República Dominicada contra Rafael Trujillo.  A partir de la década de los setentas, las democracias electorales fueron derrotadas para instalarse nuevas dictaduras. Vimos entonces el golpe de estado de Argentina y de Chile.

El regreso a la democracia de estos últimos países, con elecciones regulares la democracia no resolvía los problemas de la mayor parte de la población, porque en la teoría, la democracia debe producir igualdad pero en América Latina la democracia electoral persiste con déficits significativos. En la década de los sesenta se pensaba que la pobreza del subcontinente latinoamericano era resultado de la insuficiencia dinámica de la región: el crecimiento económico crecía poco en relación a la tasa de crecimiento de la población que crecía mucho. Actualmente se calcula que alrededor de 200 millones en América Latina viven con cuatro dólares al día (Banco Mundial, 2014) y que 71 millones viven en la indigencia con dos dólares al día. En tanto en el extremo, se tiene al millonario del mundo, Carlos Slim y a otros millonarios latinoamericanos.

La democracia, entonces, ha producido una desigualdad estructural. Los países con mayor porcentaje de personas en situación de pobreza e indigencia son Bolivia con el 55% de la población, México con el 51%, Ecuador, con 45%.

Los gobiernos solo pueden ser progresistas dentro de la democracia, pero a través de la democracia pueden llegar los saqueadores como ha ocurrido en Perú o en México. Por eso, como las piedras del principio, el pensamiento latinoamericano se convierte en una manera de hacer frente a la ficción electoral.

Requiem por la democracia realmente existente porque produce desigualdad.

En el ritual de la democracia latinoamericana el voto es un cheque en blanco para los gobernantes porque la ciudadanía carece de posibilidades de vigilar el mandato público. Desde hace tiempo, en las democracias maduras se instrumentaron diversas formas de controlar el ejercicio del poder a través de plebiscitos, referéndum y revocación de mandato  principalmente, formas ausentes en la democracia latinoamericana.

La democracia en América Latina tampoco ha sido capaz de establecer una cultura de la legalidad. Se pueden tener los instrumentos normativos más avanzados, sin embargo estamos condenados a la trampa, al dar las vueltas, a caminar en círculos para no cumplir lo que marca la norma. No tenemos siquiera la experiencia de un Estado que respete las normas, mucho menos de un Estado que las haga respetar. Si los que deben respetarlas las usan como franquicia para delinquir, ¿de dónde surge la idea de un Estado ideal?

¿Por qué es funcional la democracia al capitalismo? Porque ha sido fundamental para organizar la acumulación de capital ya sea por extracción o por saqueo. De ahí que la democracia sea ahora también funcional para el nuevo orden criminal que azota al continente. En México se reconocen 100 mil muertos en dos sexenios, un número más grande que el reconocido para las guerrillas.

Réquiem por la democracia del capital saqueador de los pueblos latinoamericanos.

En América Latina tenemos un déficit de ciudadanía. No me refiero a la ciudadanía individual donde cada quien ve por su propio beneficio, sino a la ciudadanía colectiva, a los movimientos populares a la acción organizada de la sociedad no estatal.

Si la ciudadanización es la forma de participar en el debate público, en la forma de construir lo social y lo público, de establecer las normas que guiarán las normas sociales, fuera de las visiones parciales de los partidos políticos, en nuestros países existe una incipiente ciudadanización colectiva.

No existe, el asalto a lo público porque la partidización ha tomado la forma de concertar acuerdos para elegir a los que a su vez, elegirán. Si se hace un recuento de las personas que actualmente asumen cargos ciudadanos en nuestra entidad, podremos darnos cuenta de sus antecedentes partidistas muy marcados, e incluso de sus fidelidades a los partidos políticos que los postularon.

Esa fidelidad se va a convertir en la forma de mirar, en la manera de exigir, en la subordinación a los antiguos correligionarios, amigos, jefes. No se trata, desde luego, de una postura extrema en el sentido de que sólo quienes no han participado en ningún partido pueden tener una mirada no partidista, desde luego que no. De lo que se trata es de construir otras miradas que incluya a los partidos políticos pero que vaya más allá de las estrechas posturas establecidas por ellos.

Por eso, el mayor éxito del neoliberalismo es haber creado al habitante de las urbes productivo, consumidor y endeudado. Esta subjetividad que permite formar parte del engranaje, ser padre de familia, pagar los impuestos, ir a Cinemex y pagar el endeudamiento del coche y la casa, se convierte en el mayor triunfo del liberalismo o neoliberalismo porque se convierte en cuerpo, en sueños, en metas que alcanzar.

A la entrada de Tepic, está un promocional que dice algo así como soltera, guapa y con casa. Eso supone que cumple con los rituales necesarios para ser incluida en el directorio de quien triunfa.

Requiem por la democracia que en lugar de construir ciudadanía, produce consumidores.

Una de las características del siglo que comienza es la pérdida de la centralidad de las instituciones. Por eso es crucial el sistema de elección de gobernantes y en general, de tomadores de decisiones. El sistema que se sigue en México, el ritual de las elecciones ha permitido hacer intercambios entre la clase política, no necesariamente hacer relevos entre las generaciones y mucho menos, entre los equipos de gobierno. En México hemos asistido al recambio de la clase partidista en el nivel de interpartidos, de tal manera de garantizar estar en alguna posición de poder sin importar el partido político que haya permitido llegar a esa posición. Se trata de una clase partidista capaz de intercambiarse entre sí para continuar en el ámbito del disfrute de los cargos públicos.

Esta perversión de la democracia se aúna a otras. Una de ellas es pensar que el ritual de las elecciones agota la vida democrática. La reducción de la democracia al momento electoral ha llevado a fortalecer instancias que, a fin de cuentas, han impedido transitar hacia una verdadera democracia. Esto es, garantizar que los ciudadanos tengan acceso al ámbito de las decisiones de lo público para conformar sociedad. Círculo vicioso el que instala la democracia para practicar la antidemocracia. Ello es el resumen de lo que ha ocurrido en el sistema político mexicano como herencia del siglo que terminó. Tendremos que ver si en el siglo XXI somos capaces de darle otro contenido a la democracia.

La ciudadanización de los organismos autónomos en este país constituye una meta de largo aliento, la partidización priva por encima de intereses ciudadanos lo cual constituye un obstáculo serio para ser considerad@ candidat@ imparcial.

El problema es que pierde la sociedad en su conjunto. La función de la política, lo que la vuelve democrática es hacer posible el diálogo entre las distintas posturas. Este diálogo tiene necesidad de libertad en que cada individuo se constituya prioritariamente como actor y como sujeto poniendo en relación entre sí prácticas y valores.

¿Por qué el énfasis en la ciudadanización? ¿Qué tienen los ciudadanos que los hacen tan importantes para la democracia? Para responder estas preguntas se tiene que tomar en cuenta que la democracia representativa parte de una concepción de los derechos que funda toda una serie de derechos tan universales como los del ciudadano, pero que deben ser defendidos y puestos en práctica en situaciones concretas. Por su parte, los partidos políticos son instituciones que tienen como finalidad la toma del poder y el ejercicio de este con la finalidad de establecer un gobierno fundado en  valores determinados.

Los ciudadanos, fuera de los partidos políticos e independientes de ellos, serían entonces aquellas personas que tendrían las posibilidades para regular la arena en la que actuarían los partidos políticos. Sin embargo, resulta que son precisamente, los partidos políticos los que tienen que seleccionar a los ciudadanos que los regularán. Como se observa, no hay manera de salir de tal incongruencia. En México ha habido, en la mayor parte de los casos, una simulación de la ciudadanización, lo que ha dado por resultado una permeabilidad de los partidos políticos gobernantes en las distintas agencias, dependencias u organismos, supuestamente ciudadanizados.

Desde que la modernización económica se acelera y se instaura el capitalismo vigoroso, el espíritu democrático ya no se identifica con el Estado Republicano. La función de éste es defender a una clase sobre otra o al pueblo contra los dueños del dinero. La democracia se vuelve social donde la sociedad se estructura como una gran clase media extendida. La democracia se coloca, por lo tanto, en el nivel de los actores sociales y no por encima de ellos. Busca garantizar el acceso de los dominados a una acción política que se convierta en su propia participación.

Se dice que en México tenemos una gran capacidad para establecer leyes avanzadas, leyes justas, leyes de  vanguardia. Pero la clase política/partidaria ha acumulado también todas las artimañas para simular que ellas se cumplen. De ahí que la ciudadanización de la democracia sea de esas metas pendientes de cumplir.

¿Qué compromisos tiene la ciudadanía con la democracia, las instituciones, los principios y valores de la sociedad? Existen compromisos no utilitarios en las sociedades pero es muy probable que ante la pobreza generalizada, la incertidumbre ante las fuentes de empleo, esos otros valores se dejen de lado. Porque ¿a quién le podrá interesar la convivencia democrática, el bien común, la participación en la vida pública? Suenan a palabras vacías cuando no les damos un contenido, pero pensemos que cada vez que se anuncia una “Alerta Amber”, sobre una niña o niño que desapareció en las calles de Tepic o en cualquier lugar, la democracia se quiebra porque la seguridad de las niñas y niños debería ser un valor supremo de la democracia, debiera ser un indicador de la convivencia a través de la democracia. Tampoco hay democracia cuando ser periodista es una profesión de alto riesgo.

A la ciudadanía utilitaria sólo se le da un papel en el reparto del teatro de la democracia: el momento en que emite el voto, por eso se trata de democracias electorales que se agotan en el mismo proceso de votar. Posteriormente las ciudadanías pasan a la sombra donde permanecerán los siguientes seis años hasta que de nueva cuenta, sean descubiertas por los nuevos candidatos para que desde el fondo de los abismos vuelvan a salir los empobrecidos de la montaña, los esperanzados del campo, y sean fotografiados en los promocionales de los candidatos.

Ellos, los hombres del poder seguirán teniendo los reflectores, las luces, las fincas, el dinero, el rancho, los helicópteros. Puede ser que sus propuestas de generar empleo, impulsar el sector agrario, luchar contra la corrupción, eliminar el corporativismo, les alcance para arrancar el voto de quienes están en la sombra. O puede ser que el día de la jornada se pongan en vigor las compras de voto, las operaciones “tamal”, las “invitaciones” a votar, el espionaje de la lista nominal para asegurar que vayan a votar los comprometidos, esos a quienes se les dio la despensa, la lámina, la tarjeta. Asegurar que vayan a votar y anotarlos en las listas para que después vayan por su pago y por su chamba.

En pleno siglo XXI la democracia como sistema de participación social no ha anclado en América Latina. Es cierto, es difícil revertir el utilitarismo del voto. Sin embargo, el mundo público debe ser guiado por los principios, derechos, libertades, límites, instituciones establecidos en la utopía democrática.

Réquiem por la democracia del voto utilitario, del voto que se compra y vende.

¿Por qué ningún candidato se refiere a lo indio? Lo indígena sigue considerándose un asunto menor como si fuera una piedra en el zapato o una mercancía por explorar. O se les ve como problema o como producto de exportación. Por eso, el asesinato de los hermanos Miguel y Agustín Vázquez Torres se convierte en un asunto que se deberá volver papel lo más pronto posible.

Se está asesinando a los intelectuales y líderes de los pueblos indios.

Por eso, tampoco hay democracia cuando asesinan a los líderes indígenas que reclaman tierras. No importa si las tierras son de Nayarit o de Jalisco o de Zacatecas. Para los wixaritari el territorio no tiene fronteras o no tiene las fronteras que las escrituras mestizas determinan. Para el pueblo wixaritari la frontera oriente es Wirikuta, la poniente es HaraMara, la norte es Rapawilleme. Otra manera de entender el territorio, la tierra y el mundo próximo y distante.

Miguel Vázquez se había distinguido por su pertenencia al Consejo Regional Wixárika por la Defensa de Wirikuta, en el cual formaba parte de la mesa jurídica. Tuvo que estudiar el derecho mestizo para entender cómo debía defender los derechos de los indios presentes y de los futuros. Además fue parte fundamental en la creación de la Preparatoria Bicultura de la Universidad de Guadalaja, un proyecto largamente incubado y negado por sucesivas administraciones.

Miguel Vázquez era profesor de educación básica. Los profesores se vuelven los intelectuales indígenas porque tienen la distancia suficiente para tomar conciencia de quien son. Por eso, su identidad india es lo primero con que se enfrentan, lo que llevan por delante y lo que les permite atreverse a convocar lo comunitario. Lejos están de perseguir sólo un bienestar individual sino que en los wixárikas es más importante la identidad colectiva, el compromiso generacional que la comodidad individual.

Hace unos cinco años, en la pista de Tuxpan de Bolaños una mujer indígena nos alcanzó. Nos preguntó si éramos maestras de la Universidad de Tepic. Le dijimos que sí. Entonces ella, una mujer de la tradición, encerrada en la serranía del Nayarit-Jalisco, nos pidió le avisáramos cuándo empezaran las inscripciones para la preparatoria. Su hija estaba a punto de terminar la secundaria y ella quería que se fuera a la ciudad a continuar la preparatoria.

La ciudad, ese sitio inalcanzable desde la ruralidad indígena donde fluye el tiempo y su latido indiferente.

Es más fácil comunicarse a Nueva York que a la Sierra del Nayarit. Por eso, establecer una preparatoria bicultural no es solamente la posibilidad de que las jóvenes tengan la oportunidad de continuar los estudios, sino que marca la diferencia entre quedarse atrapada en el destino asignado por el cuerpo-tradición o transitar por el mundo de otra manera. La mujer wixárika lo sabía.

Asesinaron a dos líderes indígenas por ser líderes. Todo se desmorona: las reglas de la democracia, el espejo en que nos vemos todos los días. Se congela el rostro de los candidatos en su permanente bla bla bla, en su insistencia de ser los mejores. En su desesperación por maquillarse con el poder.

Los líderes indígenas están siendo asesinados por reclamar sus derechos. Esto, no puede ser democracia.

Requien por la democracia racista para quienes los pueblos originarios son parte del folcklor y el paisaje.

El Estado no se responsabiliza del presente de la juventud porque, en su frivolidad, ve a los jóvenes como amenaza cuando debiera verlos como oportunidades. La capacidad de crítica, de enojo, de descontento, de rebeldía, es atrapada en organizaciones corporativas que desciudadaniza a los jóvenes: les arrebata la posibilidad de pensar por sí mismos, de convertirse en ciudadanos completos para incorporarlos en redes de fidelidades dispuestos a pagar el bono correspondiente para asegurar un lugar en la fila aún cuando sea en los últimos puestos: viciados en el servilismo, en la subordinación, en la disciplinación de la mente, en la corrupción del cuerpo.

La clase gobernante, preocupada por mantener el poder del poder, el lugar desde el cual incapacitar a la sociedad, establece sus propios discursos autocomplacientes para decirse a sí mismos que no pasa nada, que ellos hacen todo lo posible pero el monstruo no se vence. Después del discurso van a la cena de las celebraciones, a los aplausos de los que comen cadáveres. Los escuchamos en su bla, bla, bla, destinados a ensordecerse ellos mismos. Los vemos verse en sus espejitos mágicos devolviéndose la imagen en que se quieren ver.

Por eso nos duele el dolor, nos duele el día de muertos, porque las balas alcanzan a los jóvenes y a sus sueños, a la niña que va pasando rumbo a la dicha, a los hombres trabajando en el horizonte de la vida. Por eso, los muertos de hoy, del día de muertos, son los muertos de todos. Todos morimos un poco en cada joven asesinado, en cada mentira aceptada, en cada minuto desaprovechado para la vida.

Crece la desdicha y nos inunda con sus propios líquidos. Nos alcanza en las salas de cine, en la arena de playas soleadas, en el coche lavándose, en los noticieros, a la hora de ponernos la piyama para entrar a la noche. Se mete en nuestras horas de sueño porque asesinan a jóvenes, a niños y nos asesinan la vida cotidiana.

Los gobernantes siguen palabreando.

Vuelvo el rostro. Somos apenas ese desierto donde dejamos los gritos.
Réquiem por la democracia que cancela el futuro de la juventud.

¿Por qué se ha negado a las mujeres el derecho a participar en el poder?

Para excluir a las mujeres del poder se ha hecho uso de distintas falacias. Las falacias son argumentos que parecen válidos pero no lo son, se usan para descalificar y descartar a las mujeres

La primera falacias que se emplea para marginar a las mujeres del poder dice que las mujeres no saben gobernar. Si gobernar es tomar decisiones, es claro que ello es falso porque las mujeres toman decisiones en la vida diaria destinada al cuidado y reproducción de la vida. En esa toma de decisiones se utiliza el sentido común, la experiencia acumulada y la consecución del bien para los demás. Por lo tanto, las mujeres si toman decisiones en la vida privada en base a esos tres principios, también las pueden toman en la vida pública.

La segunda falacia esgrime la debilidad de las mujeres. La pregunta es: ¿las mujeres son débiles para qué? No, sin duda, para soportar el dolor físico, tampoco para hacer frente a las adversidades de la vida puesto que las mujeres han desarrollado recursos que les permite sobreponerse a abandonos, pobreza, enfermedades y aún así, continuar la vida. Por lo tanto, la supuesta debilidad de las mujeres no tiene que ver con atributos de ellas, sino con las supuestas características que se quiere ver en ellas.

Las mujeres no están preparadas es otra falacia frecuentemente utilizada para no incorporar a mujeres en el poder. Sin embargo, el avance educativo de las mujeres indica que la matrícula femenina en las Universidades de todo el país es más alta que la masculina, por lo tanto las mujeres han accedido a la escolaridad superior, han construido mayor capital social y cultural, lo que las capacita para ejercer el poder, pero no tienen posibilidades de convertir ese capital educativo en capital político. En los puestos administrativos donde los cargos se asignan por méritos y no por redes de complicidades, las mujeres tienden a ocupar mayores lugares.

La cuarta falacia recurrente se relaciona con la supuesta emotividad de las mujeres. Las mujeres priorizan la colaboración y la comprensión, por lo que se supone que esas emociones las descalifica para la toma de decisiones en el poder, donde lo que se requiere es la competencia y la agresividad. En este caso es posible que utilizar la colaboración y la comprensión abriría las posibilidades de articular un poder consensuado-horizontal en lugar de un poder autoritario-vertical.

La quinta falacia alude al hecho de que las mujeres se dejan guiar por los sentimientos por lo que son proclives a enamorarse fácilmente. La falacia consiste en atribuir a las mujeres conductas faltas de ética como si las mujeres estuvieran en la inmoralidad permanente. En este caso la falacia impide la consideración de las mujeres como personas capaces de tomar decisiones en base a argumentos, razonamientos y sentimientos.

La sexta falacia dice que los varones representan a la mujer. Este razonamiento es falso puesto que los hombres se representan a sí mismos, un ejemplo de ello se tiene en los códigos penales cuando los hombres que cometían violaciones contra las mujeres se les perdonaba si se casaban con las mujeres violadas. Es claro que la legislación elaborada por los varones encierra los valores de sometimiento de las mujeres y tiene soluciones para ellos, por lo tanto los hombres se representan a sí mismos y no representan a las mujeres. El varón es un falso representante universal.

¿Por qué es necesaria la participación de las mujeres en el poder?

Porque la conducción del país se ha realizado a partir de los valores masculinos los cuales priorizan el desarrollo económico por sobre la transformación social basada en las personas. Ello ha dado lugar a una sociedad desigual, empobrecida y falta de impartición de justicia, con grave deterioro del medio ambiente. 

Porque el poder establecido en ausencia de las mujeres cada vez pierde mayor legitimidad de representación, de ahí la necesidad de incorporar a las mujeres con la finalidad de ampliar las bases de legitimidad de un poder cada vez más vacío de contenido.

Porque está pendiente la agenda de las mujeres.

Réquiem por la democracia masculina que excluye a las mujeres de la toma de decisiones.

La construcción de un Estado de Derecho como idea, solo puede prosperar a largo plazo. Puede ser que sean las generaciones que ya están aquí entre nosotras quienes puedan imaginar y crear otros estados en América Latina. A mi generación le tocó luchar contra el PRI, contra Somoza, contra Pinochet. Marchamos en las calles del mundo por una América Latina en paz. Cantamos contra el imperialismo norteamericano y unimos las fuerzas por una democracia no ritualizada.

En México, los partidos políticos son de los políticos viejos. Esperamos que surja entre nosotros ese momento de la juventud con sus propias propuestas de futuro, no que retome los ideales del Che Guevara, de las feministas, de quienes han luchado en las calles. Esperamos que construyan sus propios ideales, sus propias utopías, sus propios horizontes para caminar, porque el autoritarismo aparece en sociedades desencantadas de la democracia como decía Hannah Arendt.

Ha costado mucho trabajo construir la democracia realmente existente, hoy debemos consolidarla para cerrar el paso a las alternativas autoritarias de derecha y de izquierda. 

Dos poemas para terminar:

Y desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de sér, dolernos doblemente.

Jamás, hombres humanos,
hubo tánto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la arimética!
Jamás tánto cariño doloroso,
jamás tan cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!

César Vallejo

Alta traición

No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
Es inasible.
Pero (aunque suene mal)
Daría la vida
Por diez lugares suyos,
Cierta gente,
Puertos, bosques de pinos,
Fortalezas,
Una ciudad deshecha,
Gris, monstruosa,
Varias figuras de su historia,
Montañas
-y tres o cuatro ríos.

José Emilio Pacheco





[1] Texto leído el 27 de octubre de 2017 en el 50 aniversario de la muerte del Che Guevara en la Universidad Autónoma de Nayarit.
[2] Socióloga de la Universidad Autónoma de Nayarit lpacheco_1@yahoo.com