En las noches de abril mansas y bellas,
en tanto que recuerdas o meditas,
ascienden al azul las margaritas
y se truecan en pálidas estrellas.
En el libro de Lengua Nacional de segundo año, leímos la poesía ¡Ya llegó abril!
El ave canta en el boscaje,
la flor revienta en el pensil,
el campo estrena nuevo traje,
¡ya llegó abril, ya llegó abril!
Más que marzo, abril es el mes de la primavera. Quizá porque en marzo, todavía los vientos fríos nos recuerdan el invierno que no acaba de irse. Muchos años después encontré otro poema de Nervo (Tepic, 1870-1919), donde también recuerda el mes de abril: “En las noches de abril”, el cual abre el poemario Perlas Negras. En el poema, las noches de abril revelan, al poeta, margaritas en los campos, las que se convierten en estrellas en el firmamento. Las estrellas presienten el futuro porque han sido astros y, al mismo tiempo, comprenden el amor, porque han sido flores.
Abril se instala como un mes travieso, juguetón, sonriente donde el aire amarillo inunda el paisaje exterior e interior. Antonio Machado (Sevilla, 1875-1939), evoca abril:
Era una mañana y abril sonreía
frente al horizonte dorado moría,
la luna muy blanca y opaca.
Abril ha sido un mes muy celebrado dentro de la poesía como época de florecimiento, de juventud. Es tan fuerte su energía que Rubén Darío (Nicaragua, 1867-1916), se quiere apartar de él, como del dolor (El verso sutil que pasa o se posa)
Líbranos, Señor, de Abril y la flor
y del cielo azul, y del ruiseñor,
de dolor y amor, líbranos, señor.
Porque abril es ese mes risueño donde la naturaleza se muestra esplendorosa, al menos para quienes habitamos el hemisferio norte. Sin embargo, quien lo ve, desde el dolor, se apropia de otro enfoque. Este es el caso de Dolores Veintimilla (Ecuador, 1829-1857), para quien la ausencia del amado se asemeja a la falta de rayos del mes de abril (Quejas):
Sin él, para mí el campo placentero
en vez de flores me obsequiaba abrojos:
sin él eran sombríos a mis ojos
del sol los rayos en el mes de abril.
Para Rosalía de Castro (España 1837-1885), los hijos que mueren son rosas tempranas de abril. El pulso del poema es desde el interior: (¡Ay! Cuando los hijos mueren)
¡Ay!, cuando los hijos mueren,
rosas tempranas de abril,
de la madre el tierno llanto
vela su eterno dormir.
Carolina Coronado (España 1820-1911), equipara el rostro del hijo dormido, con las auras del aromado abril (A Emilio dormido)
Exhalan el aliento
sus labios bulliciosos
más dulce que las auras
del aromado abril.
Abril se retoma de acuerdo a lo que cada poeta pretende revelar, porque la poesía, es eso: palabra que muestra, que ilumina, que devela. Neruda (Chile 1904-1973), se nos antoja epistemológico porque se pregunta si el abril es el mismo para todos, con ello nos introduce en otro ámbito de la subjetividad: puede ocurrir lo que sea en lo que llamamos exterior, pero el significado lo otorga cada quien (El 4 es cuatro para todos):
El cuatro, ¿es cuatro para todos?
¿son todos los sietes iguales?
cuando el preso piensa en la luz
¿es la misma que te ilumina?
¿has pensado de qué color
es el abril de los enfermos?
Veamos, ahora, este verso juguetón de José Martí (Cuba, 1853-1895), titulado, precisamente, Abril, el cual no podemos leer sin cantarlo en la interpretación de Pablo Milanés:
Juega el viento de abril gracioso y leve
con la cortina azul de mi ventana:
da todo el sol de abril sobre la ufana
niña que pide al sol que se la lleve.
Otros poetas también han celebrado abril: Rubén Bonifaz Nuño, Meira Delmar, Ernesto Cardenal, Federico García Lorca, Blanca Andreu, Lope de Vega, Nicolás Guillén. Para poetas, mujeres y hombres, abril es una metáfora a través de la cual expresan diversos significados; es sentir el mundo tal como lo han sentido, lo que nos permite atisbar a esos momentos de intimidad capaz de configurar otro sentido a las palabras, a los meses, a la luz, a la tibieza de las noches del mes de abril.
Abril puede ser un sustantivo, un adjetivo; un aroma, un color, un juego. Para ti, ¿qué es?
Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 20 de abril de 2021.
Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx
Que belleza el mes de abril, mi nieta y yo somos de las afortunadas de haber nacido en el mes de abril, muchas gracias Lourdes Pacheco por esa recopilación tan bella.
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