Leer la Antología de Relatos en lenguas originarias de Nayarit coordinada por Rodrigo Parra Gutiérrez y Tutupika Carrillo de la Cruz, de la Universidad Autónoma de Nayarit, es asomarnos a una lectura en varios niveles, por lo pronto me referiré a dos. En uno, se encuentran las explicaciones teórico-académicas de las familias linguísticas a las que pertenecen las lenguas que se narran, la wixarika, o´dam y naayeri; la metodología a partir de la cual se hicieron las recolecciones y traducciones, así como la norma ortográfica que se utilizó para los fonemas indígenas. Esta sección incluye también, recomendaciones de otras lecturas por lo que se vuelve un texto abierto, vinculado a una tradición de estudios de las lenguas originarias.
La otra parte, permite adentrarnos a las narraciones mismas. Desde luego, yo leí las traducciones en español, puesto que soy incapaz de tener los dominios de las lenguas originarias, lo cual es un pesar, puesto que cuando oigo a hablantes de lenguas wixarika y naayeri, percibo dulzura, continuidad, armonía en lo que se dice.
La interrelación entre el lenguaje y la visión del mundo es una de las principales aportaciones de filósofos y tratadistas que desde el siglo XVIII identificaron la vinculación entre la forma y el contenido: la lengua traduce en palabras el pensamiento, la vida, surgidos en contextos específicos, de acuerdo a las necesidades de las comunidades de hablantes. Así, cada lengua contiene una interpretación del mundo, una filosofía, una manera de ser humanos. Por ello, la Antología de Relatos que ahora nos ocupa, nos da apenas, un atisbo de un mundo de significados en que viven los pueblos originarios. Gracias a quienes coordinaron el trabajo, por hacerlo posible.
Brevemente quisiera realizar comentarios a las narraciones.
Sobre la historia del alacrán de la tradición wixaritari, se puede leer un metarelato más allá de la historia que nos cuenta. Para empezar, había un tiempo mítico donde los alacranes no picaban, ello implica un orden diferente al acual, un orden de armonía y de convivencia pacífica entre animales y humanos. Ese orden fue alterado por la desobediencia; en este caso por la desobediencia del hijo. Una vez rota la armonía es imposible regresar a ella. El relato también nos habla del trabajo de los hombres adultos, de la presencia del tabaco como parte de la cotidianidad, del morral como parte fundamental de la indumentaria de los hombres y sobre todo, de las relaciones entre la población adulta y la población infantil: una relación deseada de mandato/obediencia.
La desobediencia, la transgresión a los mandatos del mundo adulto se encuentra en diversas tradiciones, de tal manera que se puede afirmar que la desobediencia saca al ser humano de un lugar idílico y lo envía al mundo del dolor, del sufrimiento. En el relato bíblico, una desobediencia también expulsa a los primeros humanos de paraíso para iniciar el tiempo histórico. De la misma manera, una vez roto el equilibrio, los alacranes seguirán picando hasta el final de los tiempos por una provocación que si bien hizo un niño desobediente, son todos los integrantes del pueblo wixarika quienes lo asumen. Los seres del presente tienen que pagar las consecuencias porque se reconocen herederos de este acto.
La narración termina con la voz del hablante como vehículo de toda la comunidad para convertir la historia en didáctica de la obediencia. Sin embargo, si bien se asume la parte de responsabilidad correspondiente a los humanos, el hablante dice: “No sabemos por qué a veces los dioses te los avientan”. Esta expresión se puede entender como una indefensión, puesto que estamos a merced de los dioses o como un reclamo: si no hacemos nada ¿para qué nos los avientan? “A veces te pican mientras estás coamilenado, así sin hacer nada” como si el piquete debiera corresponder a una falta, como en el tiempo mítico.
Sobre el relato El nacimiento del fuego, solo quiero mencionar que cada cultura convierte en héroe al que es capaz de proveer de fuego a los humanos. ¿Por qué es tan importante el fuego? Porque a partir del fuego el grupo humano es capaz de pasar de lo crudo a lo cocido, ahuyentar a los animales, prolongar el día, obtener calor; en síntesis la posesión del fuego marca un hito entre lo indefinido, caótico y obscuro a lo definido, ordenado y luminoso. En este relato es el armadillo el que es elevado a héroe fundacional, lo que permite también, explicar por qué este animal tiene la cola pelada.
Obviamente, los relatos, incorporan parte de contextos traidos por los europeos. Me explico, el relato habla de leones gigantes cuando los leones no han existo en esta parte del mundo.
Cargo de autoridad, de la tradición o´dam
Este relato nos habla de la interiorización de la obligación de cumplir de parte de quien tiene autoridad. Dicen que es dolor ser autoridad, porque el regimen que se tiene que cumplir implica austeridad, cumplir rituales y retirarse al campo. La primera consecuencia es dejar de estar borracho para atender el cargo. El relato nos habla de la consciencia de que el deber cumplido atrae el beneplácito de los dioses, en tanto que el no cumplir con las obligaciones ocasiona el abandono y protección de los dioses. Pero también el texto habla de la jerarquía entre quienes tienen cargo y la trayectoria que se tiene que seguir desde el primer cargo, en esta caso, ser cajero e ir escalando los diversos puestos de la jerarquía.
En una versión de Sapok (leyenda) del lucero de la mañana, de la tradición odam
Se cuentan los obstáculos que tuvo que vencer Un muchacho, posteriormente convertido en Lucero de la mañana. En este relato lo que quiero resaltar es la incorporación de voces colectivas en la narración. Cuando el narrador, agrega “que le dijo”, para incorporar un diálogo, realmente está incorporando a todos los que antes de él narraron esta historia. Se tiene aquí, la conciencia de que se trata de una transmisión de un ente narrado que viene de otros lugares y que así, como él, seguirá siendo transmitido.
La abuela Sapo y el origen de la temporada de lluvias de la tradición naayeri
La narración inicia: “Esto es algo de lo que contaban hace tiempo nuestros ancestros, cuando nos reuníamos, cuando se acababa la jornada de trabajo…” Aquí también, tenemos la conciencia del hablante como un eslabón en la cadena de los transmisores. El momento de las narrativas como esa tiempo, después de la jornada laboral, destinada a rehacernos a nosotros mismos como comunidad. Ese tiempo que no es el del trabajo, donde entramos a la dimensión de lo comunitario.
De este relato quisiera destacar algunos elementos que también se pueden extender a los relatos anteriores. En primer lugar, los dioses, en este caso, las deidades de la lluvia, se presentan como seres que pueden ser engañados. Ocasionan daños, pueden causar la muerte, pero también pueden ser engañados. Aquí tenemos un elemento de la divinidad totalmente distinto del concepto de divinidad occidental donde los dioses son todopoderosos e invencibles.
En segundo lugar, los animales son aliados de los humanos para conseguir establecer un mejor orden en el mundo. De esta manera, el consejo de ancianos envía al colibrí, al venado, y a otros, hasta que convencen a la abuela real, al sapo, un animal lento que no tenía ninguna ventaja sobre la velocidad del colibrí o del venado. Sin embargo, la argucia de la abuela real, y este es el tercer elemento, logra traer las lluvias a Jesús María, puesto que es engañada por los cantos sucesivos del sapo y sus hijos. Argucia que no pueden distinguir las deidades.
En los otros relatos también eran aliados el perro, el caballo, el cuervo. Ello conduce a que los pueblos originarios consideren a los animales en un horizonte de valoración diferente a la inferiorización del pensamiento occidental. También nos habla de como lo pequeño y aparentemente, sin ventaja puede lograr vencer a quien es poderoso. Es, por ello, una valoración de la inteligencia, en tanto argucia, para vencer lo que aparente ser invencible.
En este mes de agosto se recuerda la caída de Tenochtitlán fechada el 13 de agosto de 1521. Ese vencimiento no ha significado la derrota de los pueblos originarios porque como sabemos, los pueblos de la Sierra del Gran Nayar siguieron existiendo con sus cargos de autoridad, tradiciones, costumbres, hasta 200 años después, como sobrevivieron los pueblos mayas o purépechas en sus regiones.
A los pueblos del Nayar no los vencen los conquistadores sean españoles o el Estado mexicano, porque las narraciones del grupo son formas de permanencia de formas de vida. Encontramos en las narraciones la simbolización e hibridación de los relatos de cada grupo originario donde predomina su visión de la existencia. No importa que en esa hibridación se hagan aparecer caballos, manzanas u otros elementos que son conocidos a partir del siglo XVI. Lo que importa es la existencia de hablantes, cuyas lenguas vivas les permite significar el mundo.
Porque solo nos vencen cuando nos narran una sola historia. Si la historia inicia con la llegada de los españoles, entonces el ciclo se cerrará con la caída de Tenochtitlán, pero si la historia inicia desde la existencia de los pueblos originarios y se prolonga hasta estas narraciones conque se narra el mundo, entonces no podemos hablar de pueblos vencidos: en la lengua están las deidades, el sentido de la vida, los territorios, las formas de nombrarlos y también los imaginario del mañana.
Bienvenida esta antología de relatos en lenguas originarias de Nayarit, gracias otra vez a Tutupika Carrillo de la Cruz y a Rodrigo Parra Gutiérrez por la coordinación, así como por la participación de quienes narraron las historias. Sería de esperar que tanto el CECAN como la Universidad Autónoma de Nayarit, establecieran publicaciones en lenguas originarias con regularidad, como parte de una valoración de las lenguas originarias y una contribución a su enriquecimiento.
Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 23 de agosto de 2021.
Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx