miércoles, 29 de septiembre de 2021

¿Cómo hacer cumplir la paridad en los gobiernos locales?

El principio de paridad de género construye igualdad sustantiva  

El 6 de junio de 2019 se realizó la reforma más importante para el reconocimiento del principio de paridad entre mujeres y hombres al reformar nueve artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (2, 4, 35, 41, 52, 53, 56, 94 y 115). A través de esa reforma la paridad se convirtió en un principio ordenador de política entre los géneros en los tres poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como en los tres órdenes de gobierno Federal, Estatal y Municipal. Con ello, se objetiva la máxima tutela de los derechos humanos de participación y representación política de las mujeres.

 

La reforma constitucional mandata: paridad en el Poder Ejecutivo (art. 41); en el Poder Judicial (art. 94); en los Municipios (art. 115); en los organismos desconcentrados. Además, se establece que los partidos políticos tienen como fin…fomentar el principio de paridad de género (art. 41-1).

 

En Nayarit, el seis de octubre de 2020 se realizó la reforma a la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Nayarit que obliga a todos los poderes estatales y municipales a observar el principio de paridad. La regulación constitucional establece que el nombramiento y remoción de los titulares de las dependencias señaladas en la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo y a los demás servidores públicos, se realizará observando el principio de paridad de género (Art. 69, fracción XII). 

 

A lo largo de la Constitución se establece el principio de paridad en la integración de organismos como el Poder Judicial (art. 81); el Consejo Consultivo de la Defensa de los Derechos Humanos (art. 101), El Tribunal de Justicia Administrativa (104) y otros. 

 

¿Desde cuándo es aplicable el principio de paridad? El artículo tercero transitorio establece que la observancia del principio de paridad de género será aplicable a quienes tomen posesión de su encargo en el siguiente proceso electoral a la entrada en vigor del decreto. Ahora bien, el 19 de septiembre de 2021 tomó posesión el gobernador actual Dr. Miguel Ángel Navarro Quintero, el cual se comprometió a cumplir las leyes vigentes. Sin embargo, los nombramientos realizados en las Secretarías del Gobierno del Estado, dan un total de diez hombres y cuatro mujeres.  

 

La integración del Poder Ejecutivo es violatoria de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de la Constitución Política del Estado de Nayarit. 

 

¿Cómo se hace cumplir la paridad? Estamos ante un caso donde los gobernantes no acatan las disposiciones constitucionales, por lo que tenemos que hacer uso de los recursos establecidos en la propia normatividad para hacerlos cumplir. Esto no debería ocurrir, puesto que quienes son electos en un proceso democrático, deben ser los que primero cumplan las leyes. Esa es la confianza con la que elegimos.

 

Es cierto, la disposición de la paridad no tiene sanciones, pero ello no implica que sea opcional. 

 

Las mujeres hemos caminado muchos senderos para lograr el reconocimiento de los derechos políticos: elegir, ser electas, formar parte de los órganos de decisión. ¿Tendremos que judicializar el cumplimiento de la paridad? 

  

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 28 de septiembre de 2021.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

lunes, 27 de septiembre de 2021

Articular la memoria colectiva de Nayarit a doscientos años

La memoria colectiva es, a su vez,

constituyente de lo que somos.

 

La memoria colectiva significa un proceso donde se articulan recuerdos y olvidos. La selección que se hace de ellos lleva a la construcción de acontecimientos que pueden ser objetos de memorización, de fechas de culto o de desprecio. Podemos distinguir tipos de memorias o más bien dicho, planos de la memorización.

 

En uno, el aparentemente más visible, tenemos la articulación de fechas y acontecimientos organizados desde el poder. En otro u otros, tenemos recuerdos aparentemente fragmentados de grupos sociales, de colectivos, de comunidades, que se convierten en memorias subordinadas a las dominantes pero que actúan como contrapeso de las ideas de dominación. Sin embargo, las relaciones entre las diversas memorias no permanecen estáticas, sino que van teniendo puntos de unión, de divergencia y de conflicto a lo largo del tiempo.

 

La memoria colectiva es un proceso social de reconstrucción del pasado vivido y experimentado directamente por un grupo humano o referido como antepasado de ese grupo y, por lo tanto, transmitido de generación en generación. 

 

¿Por qué me refiero a la memoria y no a la historia? Porque la historia da cuenta de las transformaciones de la sociedad, en tanto que la memoria colectiva habla de los sentimientos, de las emociones, de lo que cada grupo social decide que debe ser conservado. Por ello, la memoria es comunicativa y experenciada. Los grupos sociales tienen necesidad de construir sus recuerdos; esto ocurre en las rememoraciones que, si bien se transmiten de manera individual, solo tienen sentido desde lo colectivo

 

En Nayarit, tenemos diversos casos de lo anterior. Uno al que me quiero referir es el relacionado con Manuel Lozada, un líder agrario que fue considerado bandolero por las fuerzas oficiales del siglo XIX, pero que su recuerdo estaba presente en una generación que, por el contrario, lo consideraba uno de los suyos, un defensor del pueblo. La marginación de Manuel Lozada la podemos palpar en el hecho de que ninguna calle importante, ningún complejo urbano, ninguna colonia lleva su nombre, pero en secreto, a hurtadillas, la sombra de Lozada como un líder casi indio se perfilaba a lo largo de varias generaciones que transmitían su nombre y sus hazañas a las siguientes generaciones. Con ello, se conservaba un símbolo relacionado con el recordar, el nombrar de manera inminente.

 

Sería un error si pensamos que la memoria colectiva se refiere solo al pasado. Por el contrario, la memoria es una acción discursiva del presente que trae a este plano los relatos del pasado porque recodar es especificar el modo en que se recuerda y cómo eso recordado le otorga sentido a lo que hacemos hoy.

 

La memoria disruptiva de la historia oficial se recoge, primero por estudiosos aislados que resaltaban la actuación de Manuel Lozada en un plano distinto al que oficialmente se le asignaba de traidor a la República de Juárez o aliado de Maximiliano. En ello, se estaba construyendo una nueva versión que colocaba en el centro la explicación de los acontecimientos que posibilitó la revalorización del personaje; otra manera de mirarlo. Quiero referir que todavía, en la década de los ochenta del siglo pasado, desde la Universidad Autónoma de Nayarit quisimos realizar un coloquio sobre Manuel Lozada, pero las autoridades culturales estatales de esa época, se opusieron con el argumento de que queríamos hablar de la iglesia y el conservadurismo. Desde luego, el coloquio académico se llevó a cabo sin la participación oficial. Hablamos, conversamos, recordamos desde ese lugar que nos da la autonomía para pensar.

 

Tuvieron que pasar 145 años de la muerte del caudillo para que el poder se apropiara del personaje desde la performatividad de la dominación que convierte lo transgresor en parte de lo institucional.  La reinvindicación política ocurre en forma de estatua, sin que se pregunte si las demandas por las cuales cabalgó dicho personaje, se han cumplido en el presente: la injusticia hacia los pueblos originarios y pobladores rurales. 

 

Se instala otra política del recuerdo. Es como si se expropiara la memoria colectiva para convertirla en memoria oficial. Es, también, un diálogo del presente con ese pasado del cual no se acaba de dar cuenta, no se acaban de reparar las injusticias. 

 

El monumento a Manuel Lozada apenas inicia el diálogo de los derrotados de ayer con los derrotados de hoy. 

 

En este 200 aniversario de la consumación de la independencia mexicana, nuevas voces surgen para articular la memoria olvidada de Nayarit. 

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 22 de septiembre de 2021.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

lunes, 13 de septiembre de 2021

La despenalización del aborto como Derecho Humano de las Mujeres

Ni presas por decidir

ni muertas por abortar

 

Consigna feminista

 

Estábamos en la preparatoria cuando nos enteramos que una de nuestras compañeras había muerto a causa de un aborto practicado en alguna colonia de Tepic. Imaginé un lugar sucio, sin ningún tipo de cuidados donde las jóvenes de 16 años acudían antes que revelar a sus padres el ejercicio de la sexualidad. Creo que mi generación nunca nos repusimos de esa muerte que pudo haberse evitado. Recuerdo ver a su padre llorando ante el féretro de su hija. Era la década de los 70´s cuando poco acceso teníamos a información sobre el cuerpo. De golpe, por la amiga muerta, las jóvenes nos sumergimos en lo desgarrador de las consecuencias de la sexualidad, en una sociedad autoritaria, cerrada, castigadora.

 

Después, a lo largo de los estudios superiores, conocí otros casos ominosos, (sí ese término que usa Freud para describir lo siniestro Das Unheimliche (1919), traducido al español como Lo siniestro (1943). Una compañera embarazada por un profesor que la llevó a abortar. Después, nunca pudo embarazarse, pues el aborto, mal practicado, la esterilizó. 

 

A partir del siete de septiembre de 2021 el aborto ha sido despenalizado a través de una resolución de la Suprema Corte de Justicia por medio de la cual se declaró inconstitucional criminalizar el aborto de manera absoluta para las leyes de los estados de Coahuila y Sinaloa. Específicamente, se declaró inconstitucional el artículo 196 del Código Penal de Coahuila que señalaba pena de prisión a la mujer que practicara un aborto de manera voluntaria o a quien la hiciere abortar con el consentimiento de aquella. Sin embargo, el fallo aplica a toda la república porque se adoptó por mayoría calificada de la Corte. Lo que trae como consecuencia que cualquier persona podrá obtener un amparo para solicitar un aborto en cualquier estado de México.

 

El fallo es un aviso a las legislaturas de los Estados de que deben modificar las leyes que prohíben el aborto. El fallo de la Suprema Corte no sustituye a la legislación, pero sí le otorga una nueva interpretación en base a Derechos Humanos. Por ello, el fallo de la SCJ sienta un precedente para lograr abrogar las leyes prohibitivas en México. 


Solo en cinco países, el aborto (en cualquiera de sus formas) está prohibido: Nicaragua, El Salvador, República Dominicana, Malta y El Vaticano. En todos los demás se reconoce la legitimidad de algún tipo de aborto, sobre todo, cuando está en peligro la vida de la mujer embarazada. Las causales que más se aluden para permitir la interrupción legal del embarazo son: casos de inviabilidad fetal, riesgo de muerte de la mujer y embarazos productos de violaciones. 

 

En América Latina, siete países han despenalizado el aborto en las primeras semanas de gestación: Argentina a finales de 2020 y México en septiembre de 2021. Además de estos casos recientes, los países donde se permite abortar sin condiciones en las primeras semanas de gestación son Cuba, Guyana, Guyana Francesa, Puerto Rico y Uruguay. En Bolivia se incluye la causal del incesto y en Belice, los factores socioeconómicos. 

 

En México, el proceso de la despenalización del aborto es muy similar al que siguió la aprobación de la Ley de Matrimonio de personas del mismo sexo: es el Poder Judicial quien introduce las reformas para ampliar los derechos humanos de las mujeres, en particular sus derechos reproductivos, a decidir y a la igualdad sustantiva y con ello, permitir un cambio cultural. 

 

Realmente se trata de una disposición que permite a las mujeres acceder a servicios integrales de salud reproductiva, lo que está previsto en los estándares internacionales sobre derechos humanos que garantizan el derecho a la salud sin discriminaciones. Estos derechos son violados cuando los Estados criminalizan el aborto o son inaccesibles para las mujeres. Se reconoce que los Estados son responsables de las muertes y lesiones que ocurren por abortos mal practicados o en condiciones de riesgo. 

 

La despenalización del aborto es un logro del movimiento feminista en su conjunto, una obligación para el Estado laico y un derecho de las mujeres. Y como dice la consigna: Ni presas por decidir ni muertas por abortar. 

 

Que ninguna mujer, que ninguna joven tenga que morir por un aborto mal practicado. ¡Acceso a los servicios de salud en condiciones de seguridad!

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 14 de septiembre de 2021.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

 

martes, 7 de septiembre de 2021

¿Cómo lidiar con la violencia masculina?

En este pueblo se necesitan hombres, no cobardes

 Letrero en un monumento al toreo en Ronda, España

 

No me refiero a cómo las mujeres lidiamos con la violencia masculina, sino a cómo los hombres se enfrentan a su propia violencia.

 

 Si vemos la violencia masculina desde el punto de vista de las mujeres, se podrían reproducir los consejos de las abuelas (de antes) en el sentido de “es la cruz que te tocó”, “no lo provoques”, “encuéntrale el lado”, así como otras por el estilo que no repetiré y con las que no estoy de acuerdo, puesto que se trata de posturas de quien reconoce y acepta la violencia del otro como una característica esencial de la personalidad.

 

Por el contrario, me pregunto qué recursos tienen los hombres para enfrentarse a su propia violencia. Es cierto que los varones son socializados dentro de parámetros que incluyen la valía de sí mismos y el orgullo puesto que la identidad entre varones se construye como una identidad supremacista en oposición a la de las mujeres, la cuales son consideradas de menor valía. 

 

Los niños, desde muy temprano, son socializados en relaciones de camaradería como la participación en juegos y competencias, sin la participación de niñas. Se trata de un estilo particular de socialización realizada entre grupos de niños en los cuales, las principales reglas que aprenden son las de reconocerse como pertenecientes a un grupo, ubicar al equipo contrario y obtener el triunfo. En estas actividades toman conciencia del apoyo necesario entre ellos, la creación de lazos de complicidad, que les permitirá lograr triunfar.

 

En diversos estudios se ha encontrado que gran parte del entrenamiento consiste en reconocerse en gestos y rituales de lo masculino, entrenarse en el reconocimiento de los mismos, ser socializados en la descalificación hacia el otro equipo, expresar violencia hacia los contrincantes, festejar los logros del grupo con acciones vistosas; actividades que adquieren más importancia que el propio aprendizaje de técnicas y estrategias de juego.

 

Jugar un partido, entre diversos equipos, se convierte en un ritual de amistad, lealtad, hombría, dentro del universo de la socialidad masculina que posteriormente será puesta en función en otros ámbitos del reconocimiento entre varones. Esta socialización actúa como sistema de construcción de conciencia de grupo de ataque y de coerción para los niños, quienes ven reflejados, en los espectáculos masivos, la idea del triunfo por la fuerza de los cuerpos masculinos. Además, el reconocimiento entre pares se realiza dentro de lenguajes y simbologías de guerra: “derrotar al contrincante”, “dar la batalla”, “tirar cañonazos”, “batir al arquero rival”. Y, desde luego, quienes muestren mayor agresividad y acierto, serán considerados “héroes”. De esta manera, los amigos, los clubes, los juegos de la escuela, se convierten en entrenamientos de camaradería, de reconocimiento de varones atravesados por emoción; ahí está el enojo o el regocijo en la derrota del otro, la territorialidad, el lenguaje agresivo y homofóbico como parte del juego, donde el reconocimiento como iguales funciona como el piso desde el cual se actúa, siempre en ausencia de mujeres o más bien dicho, frente a ellas. 

 

Se trata de un entrenamiento de la supremacía masculina que será baluarte para apropiarse de las mujeres real y simbólicamente.

 

Si el orgullo, la rivalidad, la superioridad, es parte de la identidad masculina, entonces debemos preguntarnos si los argumentos esgrimidos en las leyes, tratados internacionales, normativas de derechos humanos, pueden ser suficientes para deconstruir la violencia masculina. Es necesario que los propios hombres se pregunten qué recursos tienen para enfrentarse a su propia violencia. Ahí, la respuesta debe provenir de la reflexión de sus masculinidades, de cómo lidiar con su propia violencia. O, para usar una metáfora que entienden muy bien los hombres, la pelota está en su cancha. 


Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 7 de septiembre de 2021.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

miércoles, 1 de septiembre de 2021

En su propia casa

Ventanas azules, 

verdes escaleras, 

muros amarillos 

con enredaderas, 

y en el tejadillo, 

palomas caseras. 

 

Las ventanas de mi casa 

han pillado un resfriado 

y estornudan como locas  

cada vez que yo las abro.

 

Clemencia Laborda

 

La asesinaron en su propia casa, era maestra; lo más probable es que haya sido su pareja sentimental o expareja. Lo mismo ocurrió a Ana Karen quien el 25 de junio de 2020 fue asesinada por su pareja, dentro de su casa. Diana Raygosa tenía 21 años y también fue asesinada en su casa en mayo de 2020, por quien decía amarla. Erika vivía en una localidad rural, el esposo la mató delante de la hija en julio de 2020. Juana tenía 71 años y también la mataron en su casa en abril de 2021. 

 

La lista se puede extender mes por mes, día por día, durante los años que nos alcance el recuento de la ignominia. Para los hombres violentos el hogar es el lugar ideal para cometer crímenes contra las mujeres. Ellos pueden ser estudiantes, profesores, profesionistas, obreros, comerciantes; no importa la ocupación ni la escolaridad. Ellas son solo mujeres. A las masculinidades violentas los atraviesa la idea de que son propietarios de las mujeres. 

 

La idea del propietario está en la base de los asesinatos a mujeres. Las mujeres son propiedad de los hombres, no como metáfora de las canciones románticas y aventuras edulcoradas con que se llenan las narrativas del amor erótico. Para los hombres violentos las mujeres es una posesión y pertenencia total: tanto el cuerpo como las ideas, los sueños, los anhelos, los deseos, el tiempo de las mujeres son de los hombres. Las mujeres solo tienen que vivir para ellos, ser para ellos, verlos solo a ellos. 

 

La violencia masculina está instalada como el permiso social para hacer que las mujeres acaten esta disposición de los propietarios. Si bien, actualmente se repudian las manifestaciones más sangrantes de la violencia contra las mujeres, ésta es resultado de permisos permanentes de violencia de baja intensidad, cotidiana, naturalizada, que pasa desapercibida. La sociedad se asombra cuando la maestra es asesinada por su pareja, que además es profesor universitario. ¿Cuánto dura el asombro? Hasta que llega otro crimen igual o peor para hacerlo pasar a segundo plano. 

 

Nos indignamos porque se evidencia, una vez más, que la educación ni siquiera, la universitaria, son suficientes para transformar las relaciones entre mujeres y hombres. Queremos que la fiscalía lo atrape y lo castigue. Claro que estas acciones son necesarias y urgentes. Además, lo que tenemos que preguntarnos es: ¿cómo se puede desarticular la violencia contra las mujeres? ¿cuáles son los compromisos de los hombres, en una reflexión autocrítica para superar las conductas de violencia ejercidas y permitidas?

 

Porque si bien las mujeres hemos avanzado en la teorización de los derechos a vivir sin violencia (lo cual no se ha logrado), de parte de los hombres es necesario que se asuma la responsabilidad de construir masculinidades disociando la masculinidad de estereotipos como el dominio, la agresión, la propiedad, el orgullo, el honor, que se encuentran en la base de las valoraciones identitarias masculinas. 

 

Es cierto que tratamos de construir un horizonte de justicia y de igualdad entre mujeres y hombres. Los derechos, tratados internacionales, normativas, legislaciones, protocolos, dejan al hogar como un lugar donde no lo atraviesan los derechos: un lugar presocial como lo planteó Rousseau, donde predominan la diferencia de poder, la jerarquización del varón; la preeminencia del dueño de la casa, como dueño de vida y destinos de la familia. El señor asigna los apellidos y de ese sello de dominio se derivan múltiples manifestaciones de subordinación: mantener bajo su control y autoridad a su pareja y a quienes de él dependen: hijas e hijos, padres, madres. 

 

Tenemos que avanzar en impartir justicia para las mujeres asesinadas. También tenemos que, urgentemente, elaborar un debate colectivo sobre la relación de los hombres con la violencia en general, con la violencia contra las mujeres, con los modelos masculinos tradicionales y modernos que tienen en el centro la inferiorización y apropiación de las mujeres.  

 

La violencia es una forma de ejercicio del poder. Al matar a una, se está dando el mensaje de que la siguiente puedes ser tú, yo, cualquiera. 

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 31 de agosto de 2021.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx