Estoy labrando como con cien abejas
un pequeño panal con mis palabras
Rosario Castellanos
La clase política de las mujeres actúa cuando se violentan los derechos obtenidos por las mujeres o se quieren disminuir; cuando los administradores de los partidos políticos pretenden restringir lo ya alcanzado; cuando los pactos patriarcales vuelven a considerar, a las mujeres, objeto del poder.
La clase política de las mujeres está conformada por mujeres de diversos ámbitos del poder público: diputadas, magistradas, consejeras, senadoras, diplomáticas, funcionarias de primero y segundo nivel de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial tanto del gobierno federal como de las entidades federativas. A la clase política de las mujeres también pertenecen las mujeres de los partidos políticos que pugnan por el avance político de las mujeres dentro y fuera de esos institutos. Además de gobernadoras, presidentas municipales, regidoras, alcaldesas, junto con académicas, comunicadoras, empresarias, artistas, activistas.
El andar en torno al adelanto de las mujeres ocurrió a través del reconocimiento de las mujeres que empezaron a visibilizarse en el poder público, en la academia y el activismo, lo que conformó un movimiento íntimamente entrelazado donde la expertis de quienes estaban en el poder, las reflexiones de las académicas y las prácticas del activismo, fueron tres pilares cimentados entre sí. Entendieron que la perversión del poder distingue y premia el protagonismo individual como una estrategia para la división entre las mujeres, pero ellas, talentosas y exitosas, se han aliado para dar lugar al protagonismo del colectivo de mujeres.
Desde distintos lugares, portando historias diversas, se alían para avanzar; para construir, colectivamente, la agenda común. Aliadas más allá de las diferencias individuales; aliadas más allá del pensar homogéneo; aliadas más allá del amiguismo
La escucha atenta de las experiencias de las mujeres en el poder, las reflexiones desde la práctica, los avances de las acciones colectivas, los posicionamientos de las mujeres ante la usurpación de funciones; la denuncia de obstáculos al acceso, al ejercicio y a la permanencia de cargos; se han convertido en parte de las acciones cotidiana que la clase política de las mujeres realiza para permanecer e ir adelante en el ejercicio de derechos políticos. Para hacer frente a reformas que intentan disminuir los derechos de ellas y de otros grupos excluidos del poder.
Sí, se trata de una clase política (ver Gaetano Mosca, La clase política, 1939, FCE) cuya definición no proviene del lugar en el modo de producción (donde solo se reconoce a capitalistas y obreros), sino de su lugar en la responsabilidad política. Pudiera enunciar las diversas profesiones y ocupaciones que ejercen las mujeres de la clase política, sin embargo, lo más importante es reconocer que se trata de un colectivo que se encuentra estructurado en torno al avance de las mujeres.
Sus integrantes, lo mismo participan en reuniones internaciones en torno al cumplimiento de compromisos convencionales del Estado mexicano, como en el seguimiento de las reformas a la legislación en cada coyuntura, a la interpretación de las normas, al cumplimiento de mandatos de igualdad. Son vigilantes para hacer efectiva la paridad en todo.
No solo son sujetas titulares de derechos: son actoras colectivas que exigen su cumplimiento.
Dentro, las mujeres en el poder con poder; fuera, las mujeres organizadas de la sociedad civil.
La clase política de las mujeres trasciende los partidos políticos. Ya no son las dóciles diputadas que debían su lugar al coordinador parlamentario, quien esperaba que le agradecieran ese lugar. Son actoras por derecho propio.
Sin duda, la expertis desarrollada por las mujeres integrantes de la clase política de las mujeres se convierte en un capital para sus integrantes: conocerse y reconocerse. Ese capital se expande a todas las mujeres de México. Porque ellas están en la discusión de las sentencias con perspectiva de género; en las negociaciones de los presupuestos; en las mesas de discusión para actualizar legislaciones con base en los Tratados Internaciones que pugnan por la igualdad sustantiva. Ellas están, también, en la calle realizando intervenciones urbanas contra los feminicidios; en los foros y mesas de discusión sobre las diversas aristas del momento actual de las mujeres. Comunican, informan, publican estudios, circulan ideas, realizan la revolución digital, comparten conocimientos y experiencias.
Hoy somos la clase política de las mujeres que nos reconocemos en la genealogía de Elvia Carrillo Puerto, Amalia Caballero de Castillo Ledón, Hermila Galindo, Aurora Jiménez y otras.
Hacer retroceder la reforma que intentaba limitar al Tribunal Electoral de la Federación en sus funciones, es un triunfo de la clase política de las mujeres. ¡somos las aliadas!
Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 15 de abril de 2023.
Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx
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