“El ejercicio de la mentalidad ampliada
nos desvelaría la naturaleza del mundo
en la medida en
que se trata de un mundo común
y sería
entonces la actividad más importante
en la que se
produce este
compartir-el-mundo-con-los-demás”
Hannah Arendt
Los
candidatos a la gubernatura en Nayarit han convertido a la ciudadanía en una
ciudadanía utilitaria. Ello consiste en suponer que la ciudadanía persigue como
valor supremo sus intereses particulares, en especial el interés económico, por
encima de otros valores. Es por ello, que los distintos candidatos se promocionan
ante la ciudadanía con propuestas que tienen que ver con el ámbito de interés individual
de cada persona.
Quizá el
extremo de esta postura sea la del candidato Hilario Ramírez “Layín” puesto que
el reparto de dinero que ha realizado como forma de ganar adeptos, sea
justamente eso: mostrar que en el fondo a cada persona sólo le interesa el
dinero, lo que ocurre en su bolsillo sin importar la procedencia. Sin embargo,
este candidato sólo es el lugar de llegada del largo periodo de “entrega de
despensas” con que los gobiernos anteriores han caracterizado la relación entre
el Estado y la ciudadanía.
Dar láminas de cartón, pelotas y coches de
plástico, despensas de lentejas y arroz, refieren la pobreza de la población a
la que se dirigen. Recuerdo un proceso electoral, donde los miembros de una
localidad acordaron dar el voto al candidato que cumpliera con llevarles los
sacos de cemento y las láminas que les prometió en el recorrido. En esa
localidad, todos los votos fueron para un solo candidato para sorpresa de
quienes hacemos estudios de cultura política. Lo que exigieron fue que
cumpliera antes de la elección, no después.
¿Qué
compromisos tiene la ciudadanía con la democracia, las instituciones, los
principios y valores de la sociedad? Existen compromisos no utilitarios en las
sociedades pero es muy probable que ante la pobreza generalizada, la
incertidumbre ante las fuentes de empleo, esos otros valores se dejen de lado.
Porque ¿a quién le podrá interesar la convivencia democrática, el bien común,
la participación en la vida pública? Suenan a palabras vacías cuando no les
damos un contenido, pero pensemos que cada vez que se anuncia una “Alerta
Amber”, sobre una niña o niño que desapareció en las calles de Tepic o en
cualquier lugar, la democracia se quiebra porque la seguridad de las niñas y
niños debería ser un valor supremo de la democracia, debiera ser un indicador
de la convivencia a través de la democracia. Tampoco hay democracia cuando ser
periodista es una profesión de alto riesgo.
A la
ciudadanía utilitaria sólo se le da un papel en el reparto del teatro de la
democracia: el momento en que emite el voto, por eso se trata de democracias
electorales que se agotan en el mismo proceso de votar. Posteriormente las
ciudadanías pasan a la sombra donde permanecerán los siguientes seis años hasta
que de nueva cuenta, sean descubiertas por los nuevos candidatos para que desde
el fondo de los abismos vuelvan a salir los empobrecidos de la montaña, los
esperanzados del campo, y sean fotografiados en los promocionales de los
candidatos.
Ellos,
los hombres del poder seguirán teniendo los reflectores, las luces, las fincas,
el dinero, el rancho, los helicópteros. Puede ser que sus propuestas de generar
empleo, impulsar el sector agrario, luchar contra la corrupción, eliminar el corporativismo,
les alcance para arrancar el voto de quienes están en la sombra. O puede ser
que el día de la jornada se pongan en vigor las compras de voto, las operaciones
“tamal”, las “invitaciones” a votar, el espionaje de la lista nominal para
asegurar que vayan a votar los comprometidos, esos a quienes se les dio la
despensa, la lámina, la tarjeta. Asegurar que vayan a votar y anotarlos en las
listas para que después vayan por su pago y por su chamba.
En pleno
siglo XXI la democracia como sistema de participación social no ha anclado en
Nayarit. Es cierto, es difícil revertir el utilitarismo del voto. Sin embargo,
el mundo público debe ser guiado por los principios, derechos, libertades,
límites, instituciones establecidos en la utopía democrática.
Publicado
en Nayarit Opina, el 18 de mayo de
2017, Tepic, Nayarit.
"Ellos, los hombres del poder seguirán teniendo los reflectores, las luces, las fincas, el dinero, el rancho, los helicópteros. Puede ser que sus propuestas de generar empleo, impulsar el sector agrario, luchar contra la corrupción, eliminar el corporativismo, les alcance para arrancar el voto de quienes están en la sombra. O puede ser que el día de la jornada se pongan en vigor las compras de voto, las operaciones “tamal”, las “invitaciones” a votar, el espionaje de la lista nominal para asegurar que vayan a votar los comprometidos, esos a quienes se les dio la despensa, la lámina, la tarjeta. Asegurar que vayan a votar y anotarlos en las listas para que después vayan por su pago y por su chamba"
ResponderEliminarPalabras adversas y con toda razón!