“Imposible
conocer el alma, los sentimientos
y el pensamiento de ningún hombre
hasta que no se haya visto en la aplicación
de las leyes y en el ejercicio del poder”.
Sófocles. Antígona
En primer lugar, el gobernador AEG tiene que
conocer el escenario político en que se encuentra, debido a que actualmente,
las reglas del sistema político están cambiando. Ello se debe a una actuación
diferente de los gobernadores, como el caso del gobernador de Chihuahua que ha
iniciado una confrontación legal en contra de la federación. En este sentido,
el reto será si el Gobernador AEG se ubicará dentro del conjunto de los
gobernadores como Javier Corrales, se comportará como un gobernador de
oposición al partido de la Presidencia de la República o “abrirá” su propia vía
de negociaciones. Ello es vital para pulsar la relación que tendrá con la
Federación.
En segundo lugar, tiene que conocer el alcance
de lo que puede hacer un gobernador en la actualidad, tanto al interior del
estado como fuera de él. Al interior del Estado tiene que conocer las diversas
fuerzas políticas para ubicarse como el estratega a fin de conducir el rumbo,
pero también para ser capaz de mediar entre esas fuerzas. El poder es un débil
equilibrio entre grupos y fuerzas que tienen intereses encontrados, de ahí que
el gobernador tendrá que “hilar fino” en el ámbito de lograr alianzas para
conseguir resultados. Entre estas fuerzas tienen tanta importancia los grupos
de poder formales como los informales, reales o ilegales. Se trata de tener el
panorama completo de las diversas fuerzas que actúan en la entidad puesto que
su desconocimiento traería consecuencias no deseadas. En este reconocimiento es
vital entender la actuación de nuevos actores como la sociedad civil, los
grupos organizados, los emergentes, las mujeres, quienes defienden derechos de
todo tipo: humanos, transexuales, ecológicos, animales que, al portar nuevas
demandas, también actúan en el ámbito público.
En tercer lugar, el gobernador tiene que
resarcir los daños de los dos sexenios anteriores. La cuenta del desastre es de
doce años, puesto que a partir del gobierno 2005-2012 se inició el deterioro de
la forma de gobernar para que el ejercicio del poder público se convirtiera en poder-negocios-enriquecimiento.
Los últimos seis años exhibieron la forma descarada y desconmensurada de la
ausencia del oficio de gobernar, en su lugar se instaló, prácticamente, un
gobierno de terror que, como todas las tiranías, condujo a un saqueo permanente
de las arcas públicas, una simulación de aplicación de leyes, un vaciamiento de
las instituciones y una indefensión de la ciudadanía.
En cuarto lugar, estar consciente del capital
político con que cuenta. Esto es fundamental puesto que se trata de un
gobernador que llega al poder con la fuerza de un voto indiscutible, el apoyo
de la clase empresarial, la ovación popular y el guiño de los dioses. Esto
último puede ser leído como un nuevo tipo de esperanza y de suerte. Esperanza
porque efectivamente, la política es el ámbito desde el cual se dispone de
recursos, de personas, del tiempo de los otros y ello puede conducir a instalar
una nueva forma de gobernar. De suerte, porque los acontecimientos en el país y
sobre todo, en la entidad, dieron lugar a la llegada de AEG con un perfil de no
político. Es un claro mensaje de necesitar ser gobernados desde un lugar de la
no política. Al menos los no políticos pueden portar una manera nueva de
construir sociedad.
Puede ser que a la población en general no le
importe que Nayarit no produzca ni el 1% del Producto Interno Bruto del país, o
que apenas signifique algo en el padrón electoral nacional. Los grandes datos
macroeconómicos no importan a la ciudadanía. Lo que sí le importan son los
indicadores que tienen que ver con la proximidad: si las niñas pueden caminar
seguras a la escuela, si los jóvenes tendrán posibilidad de formarse en una
universidad pública, si tendremos los empleos necesarios para celebrar los
cumpleaños, si podemos hacer planes para construir nuestra casa.
Por eso, el quinto reto es tener una actuación
republicana: saber que el poder es la posibilidad de transformar la realidad en
torno al bien común, porque esto que existe en Nayarit no puede ser para
siempre. No pueden ser para siempre los feminicidios, las universidades
saqueadas, los ayuntamientos quebrados, los éxodos de los migrantes, la
violencia permanente, los juvenicidios, los campesinos empobrecidos. Tiene que
haber otra forma de gobierno que no se llame corrupción, violación a derechos,
inseguridad, indefensión.
La autora es socióloga, investigadora de la Universidad Autónoma de
Nayarit, correo: lpacheco_1@yahoo.com
Publicado en Nayarit Opina, el 10 de enero de 2018.
Ciertamente la esperanza y la necesidad son muy altas!! Queremos creer que si se pueden cambiar las formas de actuar por las correctas, las justas y que esta administración nos ha de brindar no solo esperanza sino oportunidades para ser partícipes y buenos resultados en beneficio de la sociedad nayarita.
ResponderEliminarAbrazo grande con mi cariño y respeto, querida Dra. Lourdes