De Guatemala
Tenemos hambre,
no somos ladrones
Letrero de migrante
En los últimos siglos, la humanidad ha acelerado el nomadismo como un movimiento incesante entre diferentes países y continentes. El nomadismo arroja a las personas al camino, al viaje, al movimiento, sin capacidad de ser ubicados ni identificados más que como masa, como multitud. El sedentarismo, por su parte, ha sido considerado la superación del nomadismo puesto que significa el principio de lo que permanece. El sedentarismo lleva consigo el domicilio que nos dará derecho a la ciudad y a la democracia; permitirá que estemos localizables para que nos cobren impuestos, ser parte de los censos estatales, nos vigilen y nos lleven serenata. Los domicilios, a lo largo de nuestra vida, nos otorgarán la ruta a través de la cual trazaremos nuestra historia personal.
La ciudad, como proveedora de domicilios, se ha constituido en el espacio privilegiado para habitar la sociedad contemporánea, para entender lo humano en la actualidad.
Ser nómada es no haber logrado ese anclaje que se demanda como opción de triunfo. Tener un domicilio es ser alguien, estar en ese lugar, ser localizado. Quien va de un lado a otro no tiene sitio en el mundo; un punto desde el cual se le identificará con una familia, una región; se le manipulará por la política, la comunicación, la cultura.
La historia se escribe a partir de los sedentarios porque posiciona un lugar desde el cual se observa a los demás. Quizá, por ello, los primeros nombres propios otorgaron identidad a partir del nombre de la persona y el lugar de procedencia, como: Tales de Mileto (filósofo) o Safo de Lesbos (poeta griega), donde tanto Mileto como Lesbos, son lugares.
Actualmente se dice que la humanidad es sedentaria, aunque grandes proporciones de población alimenten los ríos de migrantes de las zonas pobres, desempleadas y violentas del mundo a las zonas ricas y seguras del planeta. De acuerdo con el Informe sobre las migraciones en el mundo de 2022, de ONU-Migración, en 2020 había 281 millones de migrantes mundiales, lo que significa el 3.6% de la población mundial: sí, una de cada 30 personas, migra. Si se cuenta en remesas recibidas, los principales tres países de nomadismo-migración son: India, China y México, en ese orden.
Vivimos en una desvalorización sobre el nomadismo-migración. El modelo lineal civilizatorio eurocéntrico mantiene la vieja idea de nomadismo equiparable a pueblos primitivos; el sedentarismo, correspondería a la etapa de pueblos civilizados, a una superación del nomadismo y en términos contemporáneos a la posibilidad de contar con un domicilio que le dará la posibilidad de tener un hogar ideal; en cambio quien no tiene domicilio, es un marginado o un fuera de lugar. Quizá hoy sea necesario cuestionar ese prejuicio para dar paso a otra manera de entender el nomadismo y con ello, la sobrevivencia en el planeta.
El viaje fue cantado como la gran hazaña de los héroes en las cosmogonías griegas y mesoamericanas: La Odisea en el viejo mundo y La peregrinación azteca, en el nuevo. El nomadismo es una forma de acontecer a través del cual se logra lo humano civilizatorio. En ambos cuerpos literarios, el nomadismo es lo que ya pasó, lo que fue para que existiera el presente.
Sin embargo, grandes grupos humanos siguen moviéndose a través del territorio planetario con rutas muy establecidas, por lo que quizá no deberíamos cancelar esa etapa histórica puesto que el nomadismo no ha terminado todavía. Hoy tenemos un nomadismo, al cual no le podemos llamar “primitivo”, sino un nomadismo que permite reconstruir las formas efectivas de habitar en la contemporaneidad. Si el sedentarismo no es posible para buena parte de la humanidad tendremos que volver a incorporarlo a nuestras categorías del análisis de hoy. Tal vez podríamos hablar de un nomadismo salvaje, porque el hiper capitalismo financiero-consumista, posibilita que el 1% del planeta se apropie del 45% de la riqueza personal del mundo; lanza a grandes poblaciones a la búsqueda de subsistencia en cadenas migratoria como protagonistas de una nueva selección natural.
Los ricos nunca se encuentran con los nómadas que ellos mismos han producido: transitan en caminos diferentes, interaccionan en plataformas paralelas; aún la lluvia los moja diferente.
Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 23 de enero de 2023.
Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx
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