Llevamos la vida en la vida
somos las mujeres mazorca
las mujeres nixtamal
las mujeres.
Aquí, en Jala, amanece la sombra de las casas señoriales y poco, a poco, se van desvaneciendo hasta que la mañana se vuelve mediodía. En el pueblo espejo de Jomulco, surgen las casas de los campesinos que, fieles al viento, levantan los surcos para que el 15 de agosto los elotes sonrían como si fueran pasaportes a la vida vivida.
Después de la tormenta sientes que aquí puedes vivir para la eternidad porque aquí están guardados los recuerdos de las madres, de las madres de las madres; de los padres. La tormenta cayó fuerte. “fueron tres tormentas en una”, me dijo un señor que pasaba: “la primera vino silenciosa; la segunda fue la de los rayos; la tercera traía viento”. Yo lo dejé que siguiera en sus crujidos porque no sabía si hablaba conmigo, con el hueco de las bardas o con los perros de la calle.
Todavía susurraba el agua de la tormenta entre las piedras y el piso de ceniza. Un hilo de luz nos seguía cuando íbamos saltando por un caminito abierto entre las corrientes. El señor siguió en su palabrerío, en tanto que yo volví sobre mis pisadas para retornar a la plaza. Los perros se fueron por el callejón de los arrayanes.
Frente a la presidencia municipal empezaron a colocar el templete donde se llevaría a cabo la presentación de las candidatas a reina del elote de este año. La decoración blanca, con su luna y su sol; con las efigies blancas romanas, anunciaban el espectáculo nocturno. Porque la presentación se programó para las 9:30 de la noche, un horario destinado a redes sociales con muy poco público presencial: prácticamente solo los familiares de las candidatas y quienes integraban el jurado: el cabildo del municipio más las reinas electas de localidades vecinas como Ixtlán del Río.
Todo esto que oyes, todo esto que pisas está destinado a perecer: es un templete por el que pasarás, por el que serás vista para, después, ser reemplaza por otra; mientras tanto, alguien te dice: “es tu turno”. Cierras los ojos para ver más allá, donde se ve el entrecruce de las nubes; así no ves los ojos de toda la gente que vive sobre la tierra y te mira.
Por la noche, inicia el evento al mismo tiempo que la lluvia. Desfilan las siete candidatas de este año, con idéntico atuendo que va del cuello, al inicio de las piernas. Parece un concurso de piernas porque son las que quedan a la vista del público; el cuerpo entallado, los pies enzapatillados al estilo Barbie. Bailan la coreografía que las hace lucir el tiempo pasado en los ensayos. Muy lejos estamos de los concursos estilo “la flor más bella del ejido” porque todas están “producidas” con similares peinados, los mismos maquillajes, idéntico estilo de caminar.
Las personas siguen aquí con paraguas, con bolsas negras; todo aquello que les permite guarecerse de la lluvia. Se oyen las porras de los apoyos. Vemos el reflejo de las estrellas en los remansos del agua que cae.
Después, cada candidata hace su presentación. Detrás del escenario, rayos de luces disparan a la noche; mientras, las pantallas y los adornos de neón nos seducen. Conocemos las voces de las jóvenes de 18, de 22, de 19 años, quienes alaban los secretos del municipio, la catedral de cantera, las fumarolas del volcán Ceboruco, guardían del pueblo. Todas estudian, tienen un posicionamiento para conservar la gastronomía y las costumbres. Todas quieren ser reinas y embajadoras de la cultura.
Termina el espectáculo. Todavía ninguna es reina; solo se presentaron ante el jurado; fueron vistas en internet por los hijos ausentes, por quienes siguieron la transmisión desde sus casas. Será el siguiente sábado, cuando termine el concurso con el vestido de noche y el traje de baño.
La Feria del Elote de Jala, Nayarit tendrá su reina, ese símbolo de fertilidad que portan las mujeres jóvenes en todas las culturas agrícolas. Aunque parezca un evento social que sigue el glamour de los tiempos, el principio femenino se alza desde el centro de la tierra.
En tanto, en el llano, la milpa palpita en la tormenta que vuelve.
Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 25 julio de 2023.
Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx