El mal que los hombres hacen les sobrevive;
el bien es a menudo enterrado con sus huesos.
W. Shakespeare. Julio César
La inteligencia política de Porfirio Muñoz Ledo (PML) dejó una marca en el sistema político mexicano. Fue un político que estuvo en el centro de los cambios durante el final del siglo XX y principios del XXI. Formado en la escuela del PRI, fue su dirigente nacional de 1975 a 1976. También fue Secretario General del Trabajo, Secretario de Educación Pública, diputado federal, senador, dirigente nacional del PRD, Presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, etc.
Aquí me quiero referir al papel que jugó PML en la sucesión gubernamental de Nayarit de 1975. Las elecciones para renovar la gubernatura de Nayarit se efectuaron el 9 de noviembre de 1975, las cuales atrajeron la atención nacional debido a que el candidato del PRI era el Coronel Rogelio Flores Curiel, quien había sido señalado como parte de los responsables de la agresión a estudiantes el 10 de junio de 1971, cuando era Jefe de Policía del Gobierno del Distrito Federal, en lo que se conoció como la agresión de “los halcones”, grupo paramilitar entrenado para hacer frente a movilizaciones populares.
Por su parte, el Partido Popular Sociales (PPS) había obtenido la presidencia municipal para un líder popular y carismático, con fuerte presencia local como Alejandro Gascón Mercado (AGM) para el periodo 1972-1975. En las elecciones para contender a la gubernatura, AGM se convirtió en el primer candidato que podía ganar la gubernatura ante el candidato del PRI, partido hegemónico en el país, pero que a nivel regional empezó a tener debilidades que avizoraban una nueva conformación de fuerzas debido a la falta de democratización del sistema político.
Ello significaba empezar la alternancia de la democracia mexicana por la vía de un partido que en su nombre llevaba “socialista”. Apenas, 13 años atrás, había triunfado la Revolución socialista en Cuba (1959), y los vientos del cambio apuntaban a ese modelo como alternancia mundial.
El 9 de noviembre las elecciones favorecieron a AGM, lo cual ha sido documentado por diversos escritores, entre ellos Miguel Ángel Granados Chapa (1941-20211), Miguel González Ibarra, Carlos Rea Rodríguez, Salvador Castañeda O´Connor (1931-2019). El PRI cometió fraude electoral a través de robo de urnas y diversas estrategias, de tal manera que el PRI reconoció 50 mil votos para AGM y 70 mil para el PRI. El PPS tomó la plaza de Tepic, para reclamar su triunfo, por lo que AGM y su equipo fueron citados en la Secretaría de Gobernación del Distrito Federal para resolver el problema.
Ante la negativa de AGM de reconocer la derrota del PPS y el triunfo del PRI, se realizó una negociación de cúpula: Porfirio Muñoz Ledo, dirigente nacional del PRI, negoció con Jorge Cruickshank García, dirigente nacional del PPS, el reconocimiento del triunfo del PRI en las elecciones de Nayarit, a espaldas de AGM y su equipo. La negociación llevó a Jorge Cruickshank García a ser senador por Oaxaca en 1976.
Una década después, Porfirio Muñoz Ledo, Cuauhtémoc Cárdenas e Ifigenia Martínez, protagonizaron el rompimiento más grande que ha tenido el PRI en su historia, puesto que fundaron la Corriente Democrática que más tarde se convertiría en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), de donde fue su dirigente nacional.
Como vemos, en la década de los setenta, Porfirio Muñoz Ledo defendió la antidemocracia del PRI ante el triunfo de la oposición socialista de la gubernatura de Nayarit, que realmente estaba lejos de significar un peligro para la hegemonía nacional del partido único. En la década de los ochenta salió de ese partido cuestionando las formas antidemocráticas que ocurrían en su interior, sobre todo, para designar al candidato presidencial que siempre dependió de la voluntad del ejecutivo federal. El reclamo de la Corriente Democrática, se fundaba en que el PRI había abandonado los principios nacionalistas para adoptar el neoliberalismo.
Es cierto, pedir congruencia a los políticos es casi como pedirles que no sean políticos. En la elección nayarita, se comportó como un hombre de estado, para que el sistema político siguiera intacto.
Tal vez, “no había condiciones” para transitar a la democracia mexicana en los setenta, por la vía “socialista” que propugnaba el PPS, dado el endurecimiento de las políticas norteamericanas de control para todo el continente latinoamericano a partir del triunfo de la Unidad Popular en Chile en 1970, con Salvador Allende cuyo proyecto era instaurar el socialismo por la vía democrática.
¿Qué pasó entre 1972 cuando se reconoció el triunfo de un partido socialista para gobernar el municipio de Tepic y 1975 cuando no se reconoció el triunfo de ese mismo partido para la gubernatura?
Lo que ocurrió fue el golpe de estado en Chile en septiembre de 1973, lo que, sin duda, alertó a la clase política mexicana sobre el riesgo de una invasión a Nayarit, ubicado a escasos dos mil kilómetros de la frontera con EU. El gigante del norte había intervenido en Santiago de Chile, ubicado a más de 10 mil kilómetros, por lo que se consideraban muy posible una intervención en Nayarit.
Esta es una posible hipótesis de lo que ocurrió.
Porfirio Muñoz Ledo fue un político de Estado que estuvo en los momentos cruciales del sistema político, tanto para sostener un régimen autoritario en su apogeo, como para plantearle desafíos para su transformación. Para Nayarit fue un actor fundamental para mantener un viejo y anquilosado sistema político que, finalmente, tuvo que levantarse y echar a andar.
Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 10 julio de 2023.
Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario