Como renuevos cuyos aliños
un viento helado marchita en flor,
así cayeron los héroes niños
ante las balas del invasor.
Descansa, Juventud, ya sin anhelo,
serena como un dios, bajo las flores
de que es pródigo siempre nuestro suelo;
descansa bajo el palio de tu cielo
y el santo pabellón de tres colores.
Descansa, y que liricen tus hazañas
las voces del terral en los palmares,
y las voces del céfiro en las cañas,
las voces del pinar en las montañas
y la voz de las ondas en los mares.
Descansa, y que tu ejemplo persevere,
que el amor al derecho siempre avive;
y que en tanto que el pueblo que te quiere
murmura en tu sepulcro: "¡Así se muere!",
la fama cante en él: "¡Así se vive!".
Amado Nervo. Los niños mártires de Chapultepec
Juan Escutia nació en Tepic el 22 de febrero de 1827 y murió el 13 de septiembre de 1847 cuando contaba 20 años de edad. La heroicidad de Juan Escutia, junto con otros cadetes del Colegio Militar, ha sido un ejemplo de compromiso en la defensa de la Patria en épocas convulsionadas.
Durante el siglo XIX el país sufrió diversos atentados por países extranjeros, en particular, por los Estados Unidos de Norteamérica en su afán expansionista. La gesta del H. Colegio Militar, defendido por jóvenes cadetes, se ha convertido en uno de los momentos de inflexión nacional puesto que muestra el compromiso de la juventud en torno a la defensa de la patria.
Juan Escutia, como otros jóvenes, asumió el compromiso de defender la patria desde la infancia que transcurrió en Tepic. Su patriotismo lo llevó a pretender inscribirse como cadete del H. Colegio Militar lo cual lo condujo a estar cerca del frente de batalla.
Tepic de Escutia
En la década de los veinte del siglo XIX, apenas había concluido la Guerra de Independencia, los habitantes de los territorios recién liberados de la colonia celebraban cada año la separación de España. Los periódicos de la época recuerdan esta hazaña agregando un cintillo conmemorativo. Siete años después de concluida la independencia, nació Juan Escutia en Tepic, capital del Séptimo Cantón de Jalisco, el 22 de febrero de 1827, era prácticamente, la primera generación de México, así con ese nombre, de México independiente. El periódico El Sol, editado en la ciudad de México, agrega debajo del nombre del periódico
El Sol
Jueves 22 de febrero de 1827; 7º. año de la Independencia, 6º. de la Libertad y 4º. de la República
En el Séptimo Cantón de Tepic los insurgentes que habían combatido para la liberación de la colonia, se aprestaban a establecer las condiciones para el mantenimiento de la paz. Dos años antes del nacimiento de Juan Escutia, se había realizado la bendición de la bandera del batallón de milicia de la ciudad de Tepic:
“El día 15 del corriente se verificó la bendición de la bandera del batallón de milicia activa en esta ciudad, con todo el placer y suntuosidad propio de un acto tan augusto…La concurrencia fue de lo más lucido y selecto del lugar y el concurso fue inmenso. Concluida la bendición de la que fueron padrinos los cc. José Medina y José María Castaños, prestó el cuerpo el juramento de estilo y descarga de ordenanza… Todo el pueblo entró a disfrutar de una alegría tan pura y ciertamente que la infundía ver a más de ochocientas personas reunidas, manifestando la mayor alegría…” (Correa, 1825:4)
Esos primeros años las luchas de independencia empiezan a dar paso a la tranquilidad necesaria para retomar la vida cotidiana, el aumento de la agricultura y el comercio. En el Séptimo Cantón de Jalisco, el Puerto de San Blas significa un lugar de prosperidad ya que las mercancías de Jalisco entran y salen por ese puerto.
Las revueltas por la independencia continuaron después de 1821 fecha de la consumación oficial de la independencia. En Tepic, se registró una rebelión en 1824. El Coronel Luis Correa informa sobre el suceso al general Nicolás Bravo, sobre la derrota de la rebelión de Tepic el 24 de junio de 1824:
“Escmo. Sr.- Hoy a las once del día que aprocsimé a las inmediaciones de esta ciudad, (en unión de la fuerza que había reunido el teniente coronel D. José Dolores Morellon) y a su frente tomé posición en el convento de la Cruz; en tal situación llegó una comisión del Ayuntamiento y estando en contestación con ella, asegurándoseme que D. Eduardo García estaba en la mejor disposición y sujeto en todo a lo que él dispusiera, y poniendo yo un oficio a la misma corporación manifestándole mis ideas que no eran otras sino sostenerla y a todos los ciudadanos honrados de Tepic, para que no hubiera un desorden, y encargándole me avisara lo que ocurriese para socorrerla en todo lo que de mi dependiera, se me vino a avisar que toda la fuerza que estaba en Tepic salía con un cañón a encontrarme.
Dispuse mi división para la defensa y en esta situación me dispararon un cañonazo a metralla que me comprometió a cargar sobre ellos y a arrollarlos enteramente como lo logré, haciendo prisioneros a D. Eduardo García, al llamado Barón de Rosemberg, y al teniente Pedrosa, …” (Luis Correa, 1824:3)
Para el año 1827 la vida es apacible en Tepic. El informe de Antonio Valdés sobre la visita practicada a Tepic en noviembre y diciembre de 1826 muestra un Tepic armonioso y trabajador:
“Tepic, es un pueblo donde predomina en lo público una armonía de sentimientos que influye sobre manera en lo general de los habitantes y lo distingue de otros de la república en que se advierte menor lo que de opiniones e irritación de partidos. Allí se observa cierta tendencia al comercio, y cierto espíritu, de jovialidad y sencillez, que produce ventajas saludables a la masa del cantón, al mismo tiempo que los vecinos de más, nota por su laboriosidad y riqueza, gozan de la consideración que es consiguiente sobre todos aquellos cuya existencia esta vinculada en los medios de protección y establecimiento que reciben los pudientes” (Valdés, 1827).
En ese ambiente nace Juan Escutia en la ciudad de Tepic, capital del Séptimo Cantón de Jalisco. El acta de nacimiento de Juan Escutia se encuentra en el archivo de la Catedral de Tepic:
“Tepic. Al margen: Juan Bautista Pascacio. P.R. Al centro: En esta Santa Iglesia Parroquial de Tepic, en veinte y cinco de Febrero de mil ochocientos veinte y siete, el Presbítero D. Luis de los Ríos, ministro interino de esta Parroquia, bautizó solemnemente a Juan Bautista Pascacio, de tres días de nacido en esta ciudad a las tres y media de la mañana; hijo legítimo de D. José Antonio Escutia y D. María Martínez. Abuelos Paternos, D. Máximo Escutia y D. María Antonia Aguirichu. Maternos D. Cosme Martínez y D. Felipa Quinteros. Padrinos D. Leonardo García y D. Francisca Vargas, a quienes advirtió su obligación y parentesco espiritual. Y para que conste lo firmó conmigo. (Firma ilegible). Luis de los Ríos. Rúbrica” (Gutiérrez, 1990:105).
La casa donde nació Juan Escutia se llamaba calle del Comercio, hoy calle Hidalgo. La casa está señalada con el número 352 en el centro de la ciudad y era propiedad de Manuel Zelayeta, habitada por la familia Escutia durante treinta años.
Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 13 de septiembre de 2025.
Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario