“Dioses
que son mis Padres, dioses que son mis Madres, dioses que son mis Hermanos,
desde aquí, desde esta rueda takuana, rueda perdida en los montes, les digo que
vean por este muchacho que nombramos Huéstlacatl. Es tiempo de que vea sus
rostros verdaderos, es tiempo de que oiga sus voces de trueno. Él los busca y
para hallarlos probará híkuri. Que el híkuri peyote cierre los ojos de su cara
y abra los de su entendimiento- Pide Nochtli mientras pasa sus plumas de águila
por mi cabeza” (p 83).
Están bautizando a Huestlácat, hijo del
último Tonati, suprema autoridad de los naayeri. Lo cuenta él mismo con su voz
de niño que todavía no se convierte en indígena porque el ser indígena va a ser
una identidad que adquirirá en contraposición con el mundo de los españa y el
mundo de los mestizos.
Puede ser que la novela El Rey Nayarit, de Queta NavaGómez se pueda clasificar dentro de la
novela histórica de no ficción o en la historia novelada. Realmente se trata de
una combinación de ambos elementos puesto que siendo una obra de ficción,
recrea los últimos años de la resistencia de los naáyeri en el territorio del
Gran Nayar.
La novela se fundamenta en hechos históricos
reales, que ocurrieron y fueron documentados y que la autora los convierte en
material literario. De esta manera, la historia que quiere contar, la reducción
de los pueblos naayeri, últimos grupos evangelizados de la Nueva España,
encuentra en QuetaNava Gómez, la mejor manera de ser contada. Por una parte,
atisbamos la cultura naáyeri en su grandeza, sus dudas ante los españoles, el
acosamiento de la cultura europea, y por la otra, vemos las contradicciones,
las voracidades, las rapacidades de los conquistadores españoles. Pero no se
crea que se trata de una novela de malos y buenos, de ninguna manera. Se trata
de un entramado histórico, de una manera de contar donde quien lee puede
atisbar los procesos históricos desde la perspectiva humana, desde la
perspectiva colectiva de los pueblos.
Queta NavaGómez hace llegar de forma
artística los hechos de principios del siglo XVIII a un público no
especializado, pero sí interesado en asomarse a esta parte de la historia del
Gran Nayarit. Lejos de clichés y de estereotipos, la narrativa adquiere alturas
de gran literatura al combinar el uso de documentos históricos con el entramado
de lo simultáneo que ocurre a los personajes de la novela: Huestlácat,
convertido en Tonati debido a la muerte repentina de su padre; el Virrey don
Baltazar de Zúñiga y Guzmán Sotomayor y Mendoza, y los gobernadores Juan de la
Torre (que abandonó la empresa de la conquista, delirando) y Juan Flores de San
Pedro (acompañante de Nuño de Guzmán en la conquista de occidente), destinados sucesivamente,
para la conquista y conversión de los indios naáyeri.
Cada uno con sus propias contradicciones
muestra la complejidad de la empresa de la conquista. Para el Virrey
significaba dar por terminada la conquista al incorporar al virreynato al
último pueblo originario que se resistía. Para los naáyeri, significó perder una
manera de ser, de sucumbir “acristianarse”
y dejar morir a unos dioses que necesitan de las ceremonias diarias para poder
salir, alumbrar, llover, pasar.
Al Tonati lo llevaron a México a hablar con
el Virrey, pretendía un acuerdo para vivir en paz, pero en el camino “El viaje le ha servido para darse cuenta de
que es mejor una reducción a una conquista. Sus ojos fueron testigos del
poderío de los vecinos. Todo lo que vio pertenecía a los españoles, todo, desde
personas, animales, minas, haciendas, ciudades, lagos, caminos. Solamente el
Gran Nayar ha permanecido lejos de sus manos. Una reducción se daría por
acuerdos, suavemente, cediendo poco a poco, mientras que una conquista sólo
ocasionaría la destrucción de los pueblos y la muerte de sus pobladores; la
humillación de los que doblaran la cabeza y la esclavitud de los que
resistieran” (p. 249).
La autora crea personajes verosímiles con una
proyección realista de lo que, a partir de los que sucedió, pudieron actuar, decidir,
pensar. Son los hechos los constitutivos de la trama de la novela, los hechos
históricos, el afán de declarar todo el territorio como territorio conquistado,
evangelizado, empuja las acciones de los protagonistas. Para ello, además de
una preparación documental pormenorizada y un conocimiento erudito de ese
periodo histórico, Queta Nava Gómez da muestra de una habilidad narrativa que al
mismo tiempo que revitaliza el pasado, también nos otorga un acercamiento a las
personas de la época.
¿De qué manera se sirve la autora de los
materiales para construir una trama e introducir una verdad temática? El Rey
Nayarit es un texto polifónico donde se conjugan elementos de índole
lingüística y estilística. Por ejemplo, referirse a la cosmogonía naáyeri en clave
de lo imaginario sagrado de esa cultura, implicó un aprendizaje y manejo de
dioses, visiones y nombres. Además, se trata de una novela escrita
fundamentalmente desde el punto de vista de varones. Pensar y hablar como
Virrey, teniente, soldado, Tonati, rebelde, no es una empresa fácil para la
novelista. Sin embargo, Queta Nava Gómez crea una narrativa verosímil a partir
de lo que pensaron, dijeron y sintieron los protagonistas.
La novela cierra con el juicio que se realiza
al esqueleto del Gran Señor Nayarit. Acusado de causar idolatría por la Santa
Inquisición, el abogado defensor dice que no se trata de un ídolo puesto que no
ha sido fabricado por manos humanas, más bien lo equipara a un héroe, del cual
se conservan los huesos. Pero, temiendo ser, a su vez, castigado por la
Inquisición, renuncia a la posibilidad de que el esqueleto pueda ser
resguardado como una curiosidad, ya que puede dar lugar a futuras reclamaciones
de los naayares. Entonces, la justicia española realiza el juicio inquisitorial
a un muerto, al difundo Señor Nayarit, cuya sentencia ya sabemos: ser quemado
en la hoguera para escarnio público y ser humillado arrojando las cenizas a la
alcantarilla mayor para que se confunda con los desechos de la ciudad.
La novela El
Rey Nayarit está destinado a ser un
libro indispensable para toda persona que quiera acercarse a la historia de
Nayarit. A la habilidad narrativa de la autora debe agregarse el rigor
histórico de la narración; la densidad como una dimensión que abre
posibilidades de volver a pensar en lo propio, una novela donde escuchamos hablar
a la gente y en donde vemos abrirse la posibilidad de esperar todo de quienes
conquistan. También es una novela que interpela el presenta con su carga de profundidad
mítica en las voces, simbolismos y acontecimientos que persisten en la novela.
Es una fortuna que la Universidad Autónoma de
Nayarit haya decidido publicar esta novela que sin duda será de enorme interés
para los lectores mexicanos, hispanoamericanos y del mundo. Es también la
entrada de Queta Nava Gómez como escritora estelar contemporánea de la cual
debemos sentirnos orgullosos.
Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco_1@yahoo.com
Palabras pronunciadas en la presentación del libro El Rey Nayarit, el 21 de mayo de 2018
Publicado en Nayarit
Opina, Tepic, Nayarit, 21 de mayo de 2018
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