Por el mes de abril llegamos a una
comunidad indígena rural de la Sierra Madre Occidental después de
transportarnos por carretera cerca de tres horas. Encontramos a las maestras y
los maestros en la montaña tratando de alfabetizar en español a niños y niñas
de la zona naayeri (cora). También
había infantes mestizos.
Algunos maestros y maestras, en
ocasiones, duermen en el mismo salón en que dan clase. En un rincón se puede
ver su bolsa de dormir, una caja de cartón donde tienen alguna despensa y en
ocasiones, un ventilador. Otros, han logrado construir una pequeña habitación
cerca de las aulas, donde pasar las noches. Lo mismo ocurre con el profesorado
que atiende a la niñez migrante.
Pregunté a una maestra qué método
utilizaba para enseñar. La maestra me dijo “el que me de resultado: a esta niña
la tengo aquí pegadita conmigo porque le tengo que estar revisando, a aquel
muchacho lo pongo a que les explique a sus compañeros, porque es muy vago y así
lo tengo ocupado, con aquel grupito…” Entendí entonces, lo que significa la
pedagogía del compromiso.
La Pedagogía del compromiso es
enseñar de acuerdo a los procesos de cada estudiante y no de acuerdo a
postulados teóricos.
Quien ejerce la docencia no
solamente tiene un trabajo, sino que tiene un trabajo con características
especiales: trabaja con seres humanos y de lo que haga o no con el alumnado
será el futuro que tendrán niños y niñas. Las palabras que pronuncian las
maestras, las miradas sobre su trabajo, el impulso a sus esfuerzos abren otra
dimensión a la vida de la niñez en la montaña. Los maestros de la serranía
ayudaban a alumnos destacados de sexto año a cursar la educación secundaria en
otra comunidad más grande y aún, años despues, volvían a ayudarlos a seguir en
la escuela.
Los maestros y maestras de la
montaña tejen un camino por donde pueden transitar los jóvenes y las muchachas
destacadas de los pueblos rurales. Quienes vienen siguen las huellas que
dejaron quienes caminaron primero.
A eso le llamo Pedagogía del
compromiso. En todos los niveles educativos tenemos profesorado que solo da
clase como cualquier otro trabajo y urden para trabajar menos. Pero también tenemos a docentes
que asumen la pedagogía del compromiso. En la educación secundaria he conocido
a profesoras que inventan juegos, dinámicas para que el alumnado aprenda la
raíz cuadrada o sienta el entusiasmo de La
Marcha Triunfal de Rubén Darío. No se conforman con que los alumnos no
aprendan, por eso inventan más allá de las teorías tradicionales,
constructivistas, conductistas, etc.
Conocí a un profesor que, ya
jubilado, cuando algún alumno lo saludaba en la calle, “adiós, profe”, le pedía
disculpas. Me dijo que realmente había sido muy mal maestro y por eso les pedía
disculpas. Conozco otros maestros y maestras que toda su vida siguen ejerciendo
esta Pedagogía del compromiso en los lugares donde transitan, no importa que
estén activos o jubilados.
Estos no son los maestros de la
Reforma Educativa. Podría decir que estos maestros son víctimas de la Reforma.
¿Por qué no convertirlos en actores? La educación normal ha estado en manos del
Estado desde la Revolución Mexicana. En sus escuelas se han formado los
docentes. ¿Por qué entonces se les atribuye la mala calidad de la educación? La
Reforma, debe partir desde la formación de calidad de los docentes y no de su
vigilancia y castigo. La Reforma debe considerar a la docencia como una de las
profesiones clave para este país y darles una retribución justa.
¿Se ha preguntado usted por qué la
docencia de la educación básica no la ejercen personas provenientes de clase
altas? En México, ser profe se ha convertido en una profesión para pobres y
para la clase media. Sin embargo, en este esquema de que los pobres educan a
los pobres tenemos una potenciación muy grande si partimos de la pedagogía del
compromiso.
Por cierto, son más quienes están en
la Pedagogía del compromiso que en los liderazgos, las “comisiones”, las
diputaciones. Estos tienen el micrófono, las cámaras y el arca. Aquellos acompañan a
niños y niñas, a jóvenes, a encontrar nuevas explicaciones sobre la vida, así
estén en la metrópoli o en la montaña; en la universidad o en los servicios
educativos para la niñez jornalera migrante.
Socióloga,
investigadora de la Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco_1@yahoo.com
Publicado en Nayarit Opina, mayo 15 de 2018, Tepic,
Nayarit.
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