Desde el cielo una hermosa mañana
Desde el cielo una hermosa mañana
La Guadalupana
La Guadalupana, bajó al Tepeyac
Canción popular
Es cierto que existe una Virgen de Guadalupe en el Santuario de Extremadura, España, pero la representación no tiene nada que ver con la Virgen de Guadalupe del Santuario de México. La Virgen de Guadalupe de España está representada en madera como madre con niño, en tanto que la Virgen de Guadalupe de México, es una imagen de una mujer sola.
Gisela Von Wobeser del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, en el ensayo “Antecedentes iconográficos de la imagen de la Virgen de Guadalupe” (Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, v. XXXVII, num. 107, del 2015) afirma que la iconografía de la virgen mexicana proviene de los Países Bajos y Alemania, proveniente de un modelo denominado Mujer rodeada de sol, que se utilizó desde mediados del siglo XV en esos lugares. Al parecer provenía de la afirmación del Apocalipsis “una mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”. Se encuentran grabados de vírgenes con esas características antes de la imagen guadalupana mexicana, una de ellas, por cierto, firmada por Alberto Durero (1471-1528) y denominada la “Vida de la Virgen” donde aparece la virgen con los rayos a su alrededor y la luna a sus pies, impresa en 1511.
En la iconografía europea se tiene un grabado anónimo de Berlín sobre La Virgen de la gloria, fechado en 1421, que representa una virgen coronada con rayos alrededor de ella y un ángel al pie.
Existen múltiples opiniones sobre los elementos que contiene la Virgen de Guadalupe mexicana: uno de los más populares es que está representada sobre un nopal, por lo que tiene esa forma ovalada; también se afirma que muestra un embarazo avanzado, ya que se trata de una representación antes del parto. Ese rasgo más el verde del manto la vincula a la tierra.
En el campo de las interpretaciones nada es cierto para siempre, por lo que cada persona o grupo, puede elaborar su propia versión. Ello ocurre, además a través del tiempo, por lo que cada época vuelve a resignificar el pasado. Lo que resulta importante es fundamentar los argumentos para tener sustento de lo que se afirma en cada momento. Por ejemplo, rastrear los antecedentes de la imagen en las representaciones europeas permite cuestionar la originalidad, puesto que existían representaciones parecidas. Aunque, se puede afirmar que es original, ya que no se trata de una copia de otra virgen, sino de una imagen construida con préstamos de elementos que ya existían, combinados con otros que se añadieron en México: el color de la piel de la virgen y rasgos más cercanos a la fisonomía de los pueblos originarios.
También se han multiplicado las vistas de apariciones a partir de siluetas que se acercan a esa figura: se ha querido ver esa imagen como descomposición de la luz en cristales, manchas de gasolina, huellas en troncos de árboles, etc. De cualquier manera, la imagen de la Virgen de Guadalupe se ha convertido en un símbolo de la mexicanidad y de la madre sagrada. Su dibujo es reconocible en México y en otras partes del mundo.
La Virgen de Guadalupe, al ser portada por Miguel Hidalgo, en el estandarte que llamó a la libertad, se convirtió en emblema de la nación nueva, del nacionalismo, de la identidad naciente. Por ello, al ser una representación de los componentes del mestizaje, vincula el pasado indígena con el presente mestizo y, al mismo tiempo, evoca otras vírgenes de países remotos, a las madres de la tierra, a la fertilidad del mundo. Todo ello, encerrado en una imagen familiar, hoy divulgada por marcas de papas y vuelta caricatura en este proceso de desacralizar para acercar la imagen a la multitud y convertirla en una cartita para traer en el cartera o calcomanía para pegar en el celular.
Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 14 de diciembre de 2022.
Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx
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