viernes, 31 de diciembre de 2021

Sazonar el último día del año y andar en el más acá

Para la comunidad universitaria comprometida con el presente

 

Cruzo el día con pasos enredados. Abro la puerta por donde miro lo que contiene el mundo. Intento ser una abeja sobre el leve soplo del aire. La mañana luce un largo sueño mientras un colibrí se columpia en las flores diminutas del balcón. 

 

En la casa se sazona la cena. Alguna ha traído los olores de su propia cocina; otra, deshace la masa para el atole; la más pequeña, esparce dulces por los rincones. También trajeron vino y colaciones. Las risas de niñas y niños empiezan a poblar el día. La Madre sobrevive al trajinar, a su propia edad; cierra los ojos a intervalos, quizá para empezar a habitar esa zona en la que poco a poco se va quedando, mientras nosotras, andamos en el más acá. La despertamos para que nos diga si agregamos comino. 

 

Hablamos con despreocupación, a la ligera. Las conversaciones cruzan de la cocina al comedor, a la sala. Alguien cuenta la boda de la prima, el coche que se renovará; extrañamos a la hija que este año no vino. En los ojos de alguna veo pasar peces amarillos mientras sus manos se afanan en los filamentos de la cebolla. Entre risas se cortan los pedazos de cañas dulces que hervirán en vino caliente. Las que vinieron, celebran el aire de la tribu.

 

Dije ensayo ser una abeja que se deja llevar por la corriente de aire. La abeja que visita las flores a su antojo. Michell es así, solo visita a quien quiere, mas nunca recibe a nadie en su casa. Supongo que es la libertad de remar a cualquier parte de una misma sin las ataduras de los sellos, de las promesas.

 

¿La casa es esto? Todas las voces reunidas alrededor de la cocina, con las niñas jalando nuestra ropa para que dejemos el guiso y les digamos sí, a sus balbuceos. Un joven se asoma a la reja y pide comida. De nuevo el mundo se asoma a nuestra vida de jolgorio. Pasan los migrantes de a dos, de a cinco, de a familias. Ahora son haitianos con su historia de desalojo a cuestas. Nuestras casas tienen paredes, se llenan de olores. Las de ellos, son eternas ventanas por donde salen y entran cada día y cada noche. 

 

Pasa la vecina, una madre que perdió a su hija y ahora forma parte de quienes buscan; remueve las fosas que va encontrando para buscar los huesos que le darán consuelo. Un salvadoreño se cuelga un letrero en medio de la calle para que sepamos que transita. Sabemos de reclamos de trabajadores a quienes no les pagan el sueldo ni los bonos de fin de año. El covid vuelve en su disfraz de omicróm; quizá nunca se fue.

 

Alguien entona una canción, los ruidos de dentro vuelven a extasiarnos como pichones sobre torres altas. Tarareamos al unísono quienes moramos en la casa. El día pasa mientras el mediodía se convierte en ese largo espacio de gratitud familiar donde nos sabemos acogidas, necesarias, expulsadas a veces. Este último día del año se convierte en el íntimo recinto donde podemos entrecerrar los ojos, quizá para que el mundo desaparezca en sus grietas, en sus fracturas.

 

Es cierto, miramos con agradecimiento esta hora en que las pisadas responden a nuestros pies. Sabemos que basta con girar la llave para que mundo vuelva a entrar en este recinto y volver a estar hambrientas de justicia. Mientras, aquí en la calidez de este palacio, los instantes transcurren plácidamente.

 

Pasa el equinoccio de invierno, pasa el último día del año y pienso que los días podrían estar, cada uno, ordenados. Tal vez empezar desde el final para llegar al principio con otras certidumbres, con un nuevo orden donde todos los seres humanos puedan sazonar su vida en comunidad, en tribalidad.

 

Y sí, es un derecho recibir aguinaldo. Hemos trabajado como marca la ley.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 30 de diciembre de 2021.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx 

3 comentarios:

  1. Muy bonitas reflexiones maestra. Días vienen, días se van, un nuevo añi emerge como retoño de luz, ahí vamos todos siguiendo los pasos de las esperanzas, de los sueños, de la vida. Los mejores deseos maestra, mucha paz, salud y prosperidad.🤗🤗

    ResponderEliminar
  2. Feliz año Lourdes: estar acompañada de tu familia es un privilegio. Suena como el interior de una colmena afanosa y en equilibrio con el bullicio del universo. Nos merecemos el aguinaldo.

    ResponderEliminar
  3. GRACIAS LOURDES, LO DISFRUTE FELICIDADES!!!! ABRAZOTE !!!!

    ResponderEliminar