domingo, 26 de octubre de 2025

La pequeña flor del cáncer

Para mis amigas 

que han sido iluminadas

 con el cáncer de mama.

 

Yo no sabía del miedo de vencer a la muerte. No sabía del miedo, porque ese vencer a la muerte, es el miedo. Un punto, me dijeron, tienes un punto que debe ser analizado. Entonces, me reconocí humana, frágil, sin la suficiente entereza para que el cuerpo no se golpeara en cualquier piso. Derrumbada en la mente, en la imaginación, te preguntas qué es esto, cuándo ocurrió, cuándo ese punto se apropió de tus glándulas para expandirse como sed, como alboroto.

 

La vida de fuera es otra vida. Nada ni nadie es lo que era antes. Algún mundo se ha ido cuando pronuncian la palabra cáncer. Vienen las palabras de consuelo, las de valentía, las del coraje. Por un minuto ves las flores pequeñas que van abriéndose paso dentro de tu cuerpo; desconocen el feroz destino que trazan. Estrellas que surcan la noche en que navegará tu cuerpo.

 

Desfalleces, te derrumbas.

 

Dejas de seguir las horas de los días donde está el desayuno, la hora del trabajo, el baño de las niñas, la lectura antes de dormir. Como los toros que matan en la plaza, sientes la arena en la boca, la sangre y la saliva. O como las gallinas que no son responsables de su propia muerte; alguien llega y las mata; las convierte en trozos que después tienen vida propia. Los demás aplauden. Creen en tu valentía mientras tus huesos aspiran a ser pulverizados por el viento. Que esto acabe, que de una vez acabe.

 

Ahora quiero un rincón del mundo, una hora inocente para seguir en la paciencia de la cocina, en el deambular de los pasos guardados, en las cartas que debí escribir. La flor pequeña se abre al cansancio profundo, al desgaste espiritual; a ese desgaste donde solo quiero dormir y dormir. Un desgaste o tristeza, un desgaste o polvo en los ojos, un desgaste de lo que no se oye. Quiero amanecer en el silencio de las cosas, en el umbral de la ventana donde el pájaro sigue cantando con su palpitar misterioso.

 

La palabra que no digo, la palabra que no pronuncian después de decir cáncer, es la más estrujada. Los rostros voltean a otro lado para no despertar a la mujer de seda en que me han convertido.

 

Desde esta luz arrojada por la incertidumbre, se ve claramente el engaño de la prepotencia de lo fatuo, la ilusión de los merecimientos, la sinrazón de caminar todos los días en horarios establecidos. Quieres tomar tu costura para bordar hasta que los dedos se pulvericen; tejer hasta que se hilen todas las puntadas en el silencio de las miradas.

 

Ya no puedo más. Este dolor que me toca apuñala el centro de la carne. Quiero sumirme en la almohada sin rostro, sin recuerdos para no despertar. Las demás te ven, pero tú ya no tienes a dónde mirar. Un desierto azul se apodera de tu mente cuando alguien se acerca y dice telarañas de ti.

 

Tratas de abrir los ojos, de ajustarte los lentes que no tienes. Entonces surge el ángel harapiento con la cara desdoblada y la sombra de la aureola. Camino en un bosque de figuras moradas que caen detrás de mí, se deshacen antes de tocar la arena. Al fondo, una alberca de blancos mecidos se abre a mi deseo, pero la lluvia me ha borrado y no podré llegar. Más allá, la luz se vuelve intensa y hacia ella voy. Es una luz solar, atómica; el centro mismo del fuego. Tengo un vestido blanco largo, largo; vuelo sobre mí misma. Mi madre muerta me toma de la mano y me veo debajo de mí, recostada sobre baldosas. Volamos las dos como si fuéramos una sola. Ella me contiene igual que antes de que ninguna de las dos naciera. Y la madre de la madre, todas contenidas hasta perderse en la lluvia que nos sigue. Volamos dulce y largamente, como quien dice adiós en alabanza.

 

De alguna distancia viene la esperanza. Es apenas un color pequeñísimo, un aroma olvidado por alguien que sueña en un ir y venir. ¿Quién detuvo el camino a la luz? ¿quién me devolvió a este muro? Por un momento has estado en el otro lado; caminando los pasos de luces puras. Recoges tus fragmentos para no saberte trozo de silencio. Devuelves el vestido blanco a la brisa que se adelanta. La madre, la madre abuela desaparecieron.

 

Abro los ojos. Las cosas se delatan en su disfraz de cosas. Es la vida, me dicen, sobreviviste al cáncer. Amanece. Reconozco las caras de mis hijas, de mis hermanas; escucho al perro en su ladrido al cielo. Sonámbula, estoy de nuevo a la intemperie.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 25 de octubre de 2025.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

sábado, 18 de octubre de 2025

Julián Gascón Mercado, a un año de su fallecimiento

Llegamos al nuevo panteón 

y le señalé las tumbas de los

nayaritas distinguidos,

hicimos una Guardia de Honor,

el señor Presidente

y el Gobernador del Estado

.

Julián Gascón Mercado

 

Se cumple un año del fallecimiento del Doctor Julián Gascón Mercado, ocurrido el 12 de octubre de 2024. Mi hija me preguntó cómo había conocido al Doctor Julián Gascón Mercado porque escuchó que a principios del año, me llamó por teléfono para hablarme de la iniciativa de la Rotonda de Nayaritas Ilustres, un proyecto que inició durante su gestión como gobernador, pero no pudo concluir.

 

Recordé que la primera vez que escuché el nombre de Julián Gascón Mercado fue cuando yo estaba en sexto año en la escuela primaria Amado Nervo, porque participé en una tabla gimnástica que se presentó en la toma de posesión como gobernador en el estadio Nicolás Alvarez Ortega el 1 de enero de 1964.

 

Después, en septiembre de 1969, yo tenía 15 años cuando entré a trabajar como secretaria al Gobierno del Estado en la oficina donde se legalizaban los documentos. Era la mecanógrafa que escribía al reverso de los documentos “El que suscribe, Julian Gascón Mercado, Gobernador Constitucional del Estado de Nayarit, certifico que…” enseguida se anotaba el nombre del funcionario público que firmaba el documento, casi siempre eran documentos de la dependencia de educación. En ocasiones, tenía que entrar al despacho del Gobernador para que firmara. Me acababa de inscribir en la Preparatoria de la naciente UNI-NAY.

 

Ese fue mi primer trabajo. No tenía nombre, era solo la señorita secretaria que portaba los documentos y les daba vuelta para que el gobernador los firmara, mientras él atendía otros asuntos. Sin embargo, aún en ese anonimato con que entraba al despacho del Ejecutivo, como la señorita de los documentos, él tenía tres segundos de amabilidad para saludarme.

 

Lo admiré porque es en esos pequeños gestos donde las personas grandes se revelan, cuando humanizan sus miradas y a nosotras, las que éramos parte de la masa trabajadora, nos ven con la dignidad que merecemos. Generalmente los jefes, los superiores no ven a los trabajadores y mucho menos, los saludan; es parte de esa invisibilidad con que pasamos por la vida si somos secretarias, afanadoras, mensajeros. No nos ven poque no contamos como personas, sino que somos asimiladas al mobiliario, a los pisos en los que ellos son los protagonistas.  

 

El Doctor Julián Gascón Mercado era el gobernador, la persona más alta en la investidura de la administración local y aún así tenía el tiempo para saludarme, aún cuando no supiera mi nombre. Esas miradas son intemporales, nos traspasan para vernos desde el futuro que vamos a ser, pero en ese presente nos revisten con esa dignidad que nos empuja a ser lo que vamos a ser.

 

JGM pertenece a los gobernadores que fueron gobernadores para cumplir ideales, no como atestiguaríamos después: al uso del poder para beneficio personal. Prueba de ello, es que, durante su estancia en Tepic, como gobernador de la entidad, ¡rentó una casa! En sus palabras:

 

Cuando nos fuimos a Nayarit, en 1963, a mi toma de posesión como Gobernador, busqué una casa para vivir. Había una construcción en el ejido de Los Fresnos, con buen diseño, y le propuse a la dueña, terminar la casa a cuenta de renta y ella aceptó.

 

La casa tenía cuatro recámaras, sala, comedor y tenía forma de herradura, de tal manera que las recámaras miraban todas al pequeño jardín interior y por la parte de atrás, daban al jardín principal.”

 

Este testimonio se encuentra en el libro Andanzas, publicado por el Hospital de Jesús.

 

En 1984 conversamos en el Hospital de Jesús sobre una parte de su vida y sobre la fundación de la Universidad. Quería indagar más allá de los datos conocidos. La entrevista la terminamos en su casa porque el tiempo de la entrevista se alargó más de lo previsto.

 

Después, en 2014, me llamó para darme la grata noticia de ser distinguida con el premio Trapichillo. Ahora no puedo recordar exactamente lo que dijo, pero lo que sí recuerdo es esa voz esculpiendo el aire. Hay voces con las que nos quedamos y con las que seguimos pensando para nosotras mismas. Voces en las que depositamos esperanza porque ahí están para volverlas a escuchar cuando las necesitamos.

 

En febrero de 2024 el diálogo fue sobre la Rotonda de Nayaritas ilustres que había iniciado en su sexenio. Es, todavía una obra pendiente, que valdría la pena llevar a cabo.

 

Gracias, Doctor Julián Gascón Mercado, por todo lo que hizo. Por sus palabras, por su poesía, por sus gestiones. Por la manera de vernos en esos momentos cuando el futuro es solo una promesa.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 18 de octubre de 2025.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

 

viernes, 17 de octubre de 2025

30 años de la voz colectiva de la Comunidad de Artistas e Intelectuales de Nayarit


CAIN significa la realización de un sueño 

porque surgió de los propios artistas

cuando no había nada.

 

Miguel González Lomelí

 

Nos fuimos encontrando. Nuestros pasos fueron coincidiendo en exposiciones de la Plástica Nayarita, en conferencias en el Museo Regional de Tepic, en las puestas en escena de la Compañía Estatal de Teatro. En las tertulias surgió la idea de agruparnos artistas plásticos, creadores literarios, músicos, directores y actores de teatro, bailarines, actrices, etc.

 

Por esa época, a principios de los años noventa, Nayarit no tenía de fondos para la cultura y las artes. Apenas sobrevivía el Instituto para la Cultura y las Artes de Nayarit, (ICANAY), con raquítico presupuesto. Se carecía, por lo tanto, de apoyos federales para el arte y la cultura. El gobierno estatal, de esa época, mostraba un desprecio hacia el arte y los artistas, no solo porque el gobernador en turno consideraba que era un área de maricones, sino porque en los hechos, carecía de interés alguno para la cultura. Era necesario que quienes trabajábamos en alguna expresión artística nos uniéramos para contrarrestar la deficiente actividad del gobierno estatal.

 

Artistas plásticos, poetas, dramaturgos, bailarinas, escultoras, actores, músicos, promotores culturales, escritoras, fotógrafos, nos unimos. Creamos la Comunidad de Artistas e Intelectuales de Nayarit, conocida por las siglas CAIN e iniciamos un camino de propuestas en las diferentes áreas de la cultura y, sobre todo, nos convertimos en interlocutores de las políticas culturales del Estado.

 

Desde principios de los noventa iniciamos diversas acciones culturales hasta que decidimos constituirnos en una asociación civil. Quienes estamos en el acta de fundación del 20 de febrero de 1995 somos: Abigail Villalobos, Alejandra Camarena Meza, Alejandro Berumen Gómez, Antonio García, Antonio Vargas González, Armando Santacruz Ruiz, Benigno Amezcua Sánchez, Bertha Alicia Villaseñor, Corina Ramírez, Enrique Salvador de Aguinaga Cortés, Esteban Monroy Jiménez, Francisco Javier Ayala Fernández, Francisco Rodríguez Ramos, Gabriela Gutiérrez Ortiz, Gabriela Zepeda García Moreno, Guillermo Arias Camarena, Jorge Enrique González Castillo, Juan Ávila Lamas, Liliana Patricia Gómez Ávila, María de Jesús Arellano Mora, Marta Beatriz Vázquez Árcega, Miguel González Lomelí, Pedro Casant, Raúl Andrés Méndez Lugo, Raúl Manjarrez Lagos, Rodolfo Amezcua del Río, Rosalba Esparza Rodríguez, Rosalina Hernández Magallanes, Saúl Aguilar Orozco y Lourdes Consuelo Pacheco Ladrón de Guevara.

 

En 1995 fuimos a la Ciudad de México a hablar con el Dr. Rafael Tovar y de Teresa a fin de que se destrabaran los procedimientos correspondientes a los fondos federales para la cultura. En 2001 se creó el CECAN, lo cual permitió tener una correspondencia con las instancias federales.

 

Nuestra casa de reuniones fue la Fundación Nayarit creada el 11 de agosto de 1994, por Raúl Méndez Lugo en la calle Lerdo y Zacatecas, en la casa en que nació Antonio Rivas Mercado. La Fundación Nayarit fue el lugar de las reuniones cada lunes; sitio de las bohemias, de las presentaciones de libro, de los performances; el lugar material donde los proyectos tomaban forma gracias a la capacidad de convocatoria de Raúl Méndez.

 

Como colectivo de la cultura iniciamos diversas acciones tendientes a la formación de artistas tales como talleres literarios; los primeros en la entidad. Enfrentamos a poetas-declamadores de la generación anterior quienes sostenían que para escribir poesía se requería inspiración, no talleres. Otras épocas, otros aires.

 

Nuestro medio de expresión fue el suplemento cultural Mololoa, río de letras, el cual pronto se transformó en El Nayar Cultural (1987-1994) del periódico Meridiano y posteriormente, el suplemento Matatipac, Valle de Letras (1994-2005) del periódico Nayarit Opina. A mismo tiempo, editamos la revista Nayar, sociedad, arte cultura (1994-2001).

 

Propusimos la creación del Festival Cultural Amado Nervo al gobernador Antonio Echevarría Domínguez (1999-2005), así como la ampliación del patrimonio cultural de la Entidad. El festival se inició en la gestión de ese gobernador y ahora es la principal actividad cultural donde convergen artistas de diversas expresiones. Se adquirieron dos inmuebles, la ex Casa Aguirre, hoy convertida en el Centro de Arte Contemporáneo “Emilia Ortiz” y el ex Hotel Palacio, que hoy alberga al Museo de los Cinco Pueblos y a las oficinas del propio CECAN.

 

Desde la sociedad civil iniciamos acciones en colonias populares, en parques y jardines, alrededor de fechas emblemáticas como el Solsticio de Verano de cada año, en el cual realizábamos acciones artísticas en las plazas principales de Tepic. En diversos años, lo hicimos en otras localidades. Llevamos a cabo Jardines del Arte en Las Varas, Mexcaltitán, Jauja, y otros.

 

En 1999 iniciamos el Concurso de Poesía Erótica y Amorosa que a la fecha lleva 25 emisiones, en el cual se premia a poetas locales con motivo del Día del Amor y la Amistad. Durante cinco años se llevó a cabo el Concurso de Cuento de Horror y Muerte, que premió narraciones con la temática del Día de Muertos. Todo ello, gracias al apoyo de diversos patrocinadores, entre los cuales, debe resaltarse el apoyo decidido de algunos coordinadores del CECAN y de empresarios privados.

 

Durante 15 años publicamos la Agenda anual de CAIN, de 1997 a 2013, las cuales tenían una temática anual, al mismo tiempo que se publicaban fotos, pinturas y grabados de artistas locales: Cada agenda se dedicó a un tema específico: oficios, juegos y juguetes, la plástica nayarita, dichos y refranes, leyendas locales, recetas de cocina, tradiciones, personajes, fechas históricas de Nayarit y otros.

 

Se publicaron tres colecciones de plaquetas de poesía. La primera Cuadernos de Matatipac, a partir de 1996, con el auspicio del Fondo Nacional para la Cultura (FONCA), resultado de un taller de poesía que impartió el poeta Ricardo Yáñez en Tepic durante un año. Los autores de las poesías fueron: 1 Jorge Souza, Luz que no vuelve; 2 Soltar Amarras. Poesía nayarita de hoy; 3 Miguel González Lomelí, Tema y Variación; 4 Lourdes Pacheco, Ciudad de Agua y de Memoria; 5 Tomás López Villaseñor, Aroma de recreo; 6 Alma Vidal, Los frutos del tiempo; 7 Armando Santa Cruz, Donde el silencio muerde; 8 Catalina Guido Soria, La aguja y otros cuento; 9 Jorge Enrique González Castillo, Eclipse de mar; 10 Barcaza. Voces de un taller.

 

La segunda colección de plaquetas se realizó en vinculación con la Universidad Autónoma de Nayarit; tuvo tres números los cuales correspondieron a Miguel Ángel Delgado con Ejercicios respiratorios; a Martha Vázquez con Luna Gaviota y a la plaqueta colectiva Arrecife, resultado del taller de poesía llevado a cabo por la poeta Carmen Villoro en 2008.

 

La tercera colección se llamó Galletita Dura, la cual se realizó en vinculación con el CECAN; correspondieron a 2003 de Lourdes Pacheco; Especiero de Brisa López; Magia de té de  Catalina Guido Soria; Aire y Piano de Ma. Elena Chávez Barba; Evasión de Emilia Ortiz y Desnudando tus lienzos con palabras de Armando Santa Cruz.

 

También publicamos los libros colectivos Amado multiforme: doce miradas sobre Nervo en 2003, y Visiones críticas sobre Amado Nervo en 2004, con el apoyo de la UAN y del CECAN. Con el sello de CAIN también se publicaron libros de participantes de CAIN.

 

Algunos de quienes firmamos el acta de fundación seguimos activas y otras se han unido en el camino, en particular, Socorro Varela que es nuestra Presidenta, Catalina Guido, América Hernández, Manuel Sauceda, Noel García, Clara Orizaga, Claudia Ibarra y Cassandra Manjarrez. Lamentamos la partida de colegas tan entrañables como Rodolfo Amezcua, Armando Santa Cruz, Carlos Treviño, Alejandro García Vallejo y Gabriela Zepeda.

 

Trabajamos, nos enfrentamos, interactuamos, no sé exactamente la palabra que pueda describir la relación de este grupo de la sociedad civil con el poder, con cuatro gobernadores: Rigoberto Ochoa, Antonio Echevarría Domínguez, Ney González, Roberto Sandoval, Antonio Echevarría García y Miguel Ángel Navarro. Tal vez todas las palabras que dije anteriormente, resumidas en: estuvimos presentes desde la sociedad civil sin convertirnos en poder.

 

Nos apoyamos unos a otras, vimos crecer a nuestros colegas. También los vimos jubilarse de sus trabajos formales, pero no de la acción cultural porque siguen cantando, poetizando, grabando. Hoy otras generaciones de artistas y promotores culturales hacen otros reclamos al Estado, exigen, se plantan en plazas, bailan y tocan para protestar.

 

Nosotras, amigas y amigos de 30 años, empujamos la cultura como generación que fuimos para no quedar mudos ante el árido paisaje; porque pensamos que encontrar una palabra, una melodía, un paso de baile, nos devuelve el azul del cielo, mientras caen los días hasta el fondo.

 

Publicado en Meridiano de Nayarit, Tepic, Nayarit, 9 de octubre de 2025.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

 

domingo, 5 de octubre de 2025

Maíz, eres más que una palabra

Las mazorcas del maíz

 a niñitas se parecen:

en las cañas maternales

 bien prendidas que se mecen

 

Y debajo de la vaina,

como niños escondidos,

con sus dos mil dientes de oro,

 ríen, ríen sin sentido.

 

Gabriela Mistral. Canción del maizal

 

El 29 de septiembre se celebra el Día Nacional del Maíz en México, ¿por qué se llama maíz, en una lengua caribeña cuando el maíz es originario de Mesoamérica? Se llama maíz porque cuando los españoles llegan a América, a lo que hoy es Haití y República Dominicana, se le llamaba mahís, en lengua taina. Después, cuando llegan a lo que hoy es México, existían muchos nombres para este alimento, tlaoli o sintli en náhualt, nal en maya, yuuri en cora o náyare, iku en wixaritari. Entonces, los españoles empiezan a denominarlo con la primera palabra con que lo conocieron y así, de esta manera el nombre maíz se convierte en el que identifica a esta planta.


¿Qué significa la palabra maíz? Significa alimento, sustento. Aunque las diferentes lenguas lo pronuncien diferente, invariablemente su significado profundo es alimento.


En las culturas indígenas, el maíz está asociado a un paraíso primigenio.


El maíz es un regalo de los dioses en diversas culturas de América.


Entre los aztecas, fue Quetzalcóatl quien se transformó en una hormiga negra para llegar al otro lado de la montaña para traer el maíz a los humanos. Sufrió muchos percances, pero finalmente trajo la semilla y el pueblo dejó de alimentarse solo de raíces. El maíz, representa una conexión con los dioses, un regalo de Quetzalcóatl.


En la tradición maya, los dioses intentaron varas veces formar a los seres humanos Primero los hicieron de lodo, pero se deshacían al moverse; después los hicieron de madera, pero eran muy rígidos. Finalmente fueron formados de maíz a partir de mazorcas amarillas y mazorcas blancas. Con maíz crearon, también su corazón para que tuvieran sentimientos.


Entre los wixaritari, existía una época cuando no tenían que sembrar maíz porque simplemente estaba al alcance de la mano. La historia es una narración oral, por lo que se pueden tener diferencias en las versiones. Yo escuché la versión directa de José Benítez, marakame de Zitakua, quien habló de un paraíso de maíz.


Lo más sorprendente del maíz es que no existe en la naturaleza como tal, sino que a partir de la planta de teocintle, los antiguos pueblos de una gran parte de Mesoamérica lograron generar el maíz.

Por ello, el maíz es una planta completamente domesticada; no existe maíz silvestre. Esto señala la relación entre las culturas humanas y esta planta. El maíz se ha producido en comunidad y a su vez, depende de ella.


Hace cerca de cuarenta años, vinieron investigadores a Nayarit, en busca de teocintle, el cual encontraron en laderas de serranías en Amatlán de Cañas, porque el teocintle es la planta silvestre ancestral del maíz. Eran apenas unas espigas con mazorcas muy pequeñas con unas cuantas hileras de granos. A partir de estas pequeñas mazorquitas, se fueron escogiendo las mejores para lograr la planta del maíz, la cual se convirtió en la base de la alimentación de pueblos con culturas portentosas: las ciudades arqueológicas de Teotihuacán, Tula, Palenque, Yaxchilán; todas las esculturas mesoamericanas, mayas; las grandes esculturas Tláloc, el Calendario Azteca, la Coyolxauhqui, las majestuosas cabezas olmecas. Todas tienen detrás de sí, pueblos que se alimentaron de maíz.

En México sería impensable la vida sin el maíz, no solo porque es la base de la alimentación, sino porque alrededor del maíz se realizan las festividades de la vida familiar, colectiva, comunitaria. El maíz está en las fiestas celebratorias y también los momentos de duelo.

Las mujeres conservan conocimientos no sólo de utilizar el maíz sino de conservarlo por largos periodos en las condiciones del medio ambiente local. También el maíz ha conducido a producir los objetos necesarios para su conservación y transformación: carretones para su secado y conservación por largo tiempo, metates, comales. Ha influido en la arquitectura rural y en los utensilios de cocina

El maíz es origen y sustento.  Es regocijo y es remedio para males, ha dado lugar a arquitecturas basadas en el maíz


A partir del maíz se ha generado conocimiento sobre el clima, el medio ambiente, ya que el cultivo ha generado conocer los ciclos de lluvia, las temperaturas, los tipos de suelo, las plagas, etc.

Fue la base de las culturas sedentarias en Mesoamérica. La siembra, muerte de la semilla y renacer de la milpa es la base del pensamiento religioso de un dios que muere para resucitar después.


A partir de los procesos asociados al maíz pueden distinguirse identidades culturales de género: los procesos son de la producción y de la transformación. El primero se ha caracterizado como un ámbito masculino, por lo que corresponde a los hombres. El segundo, es un ámbito genéricamente asignado a las mujeres. Sin embargo, esa división es aparente ya que los usos del maíz por parte de las mujeres introducen modificaciones en el cultivo. Son ellas las que valoran si el maíz tiene suficiente elasticidad, consistencia o sabor. Sus opiniones van influyendo en la selección de variedades por parte de los hombres. Estos priorizan aquellas semillas que tienen más éxito en la cocina. Ambos ámbitos han generado hombres y mujeres de maíz con saberes específicos. 
 
Actualmente, el maíz es un cultivo global. Es el segundo cultivo del mundo después del trigo, el tercero es el arroz. Se siembra en los cinco continentes y es la base alimenticia de gran parte de la población mundial, no solamente en las formas culinarias como se consume en México, sino de manera industrial en harinas y cereales procesados. Se puede decir que está presente en la mesa de habitante mundiales. Lo mismo hemos visto comer elotes en Berlín que en Chile, etc. 
 
Por eso, si los dioses dieron el maíz a los humanos; México ha dado el maíz al mundo. 

Termino con un pequeño poema de mi autoría


Poema a la tortilla


Pequeño y dorado es el maíz

viene de surcos bulliciosos  

para ser acariciado por mujeres

 

Lo palmean entre sus manos hasta que

aparece la luna en el comal.

 

La luna tortilla es la única certeza del amor.

 

Más allá de los infinitos verdes, de los profundos azules,

nacen de la luna tortilla mundos, sublevaciones,

niñas y niños con sus brazos de tierra y de esperanza.

 

Lo que une a las edades es el maíz

Lo que revoca el hambre es el amor.

 

Todos sabemos que la luna tortilla alivia el camino

sosiega los corazones y es la prueba de la existencia.

 

Dicen que las diosas se aman en el infinito verde de las milpas

en las honduras de las cañadas donde jóvenes maíces renacen.

 

Dejemos que una tortilla suave nos sueñe dentro del sueño de la luna.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 4 de octubre de 2025.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

 

 

 

 

 

 

 



[1] Socióloga. Investigadora de la Universidad Autónoma de Nayarit  lpacheco@uan.edu.mx

jueves, 2 de octubre de 2025

El rastro del caracol de Julieta Fierro

Reina el silencio: fúlgidas en tanto

luces de paz, purísimas estrellas,

de la noche feliz lámparas bellas,

bordáis con oro su luctuoso manto.

 

Gertrudis Gómez de Avellaneda

 

La doctora Julieta Fierro, mexicana, astrónoma; su nombre completo era Julieta Norma Fierro Gossman nació en 1948 y murió el 19 de septiembre de 2025. Fue una física apasionada de la divulgación científica. Estudió las estrellas y fue, ella misma, una estrella para quienes la conocimos. Mirar el cielo le permitió encontrar las claves de la vida, como una manera de ver más allá de la vida diaria y alegrarse con las luces emitidas desde lugares lejanos.

 

Divulgadora de la ciencia, lo mismo atendía a estudiantes, funcionarias, colegas científicas de cualquier lugar. Su pasión consistía en que la ciencia tiene respuestas para lo que aparentemente no vemos, para los misterios de la naturaleza, de la vida, del cosmos.

 

Ninguna tormenta la convenció de lo contrario, ningún contratiempo por más violento que hubiese sido en su vida, le quitó la alegría para transitar por esta vida. Nada fue capaz de aminorar su alegría por vivir, por enseñar. Quienes nos acercamos a ella, en algún momento, tuvimos no solo palabras de aliento para ser científicas, sino que contestaba con ejemplos de la propia ciencia.

 

 Su discurso de entrada a la Academia Mexicana de la Lengua se tituló Imaginemos un caracol. Julieta Fierro afirmaba que la concha del caracol contiene la historia completa del universo porque la tierra es un mundo de roca. “Los elementos que la forman como el cilicio o el aluminio eran inexistentes hace 13 mil millones de años cuando nació la galaxia. Explicaba que, por eso, las estrellas con masa decenas de veces mayores que el sol, estallaron para que los núcleos se fusionaran y así poder integrarse a los elementos más pesados como el magnesio y el hierro. Esas estrellas que han sido anónimas, tuvieron que reciclar una y otra vez la materia interestelar hasta lograr sintetizar suficientes elementos para generar planetas rocosos. Sin esas estrellas no habría mundos y sin sol no estaríamos nosotras.

 

Las reacciones termonucleares son responsables de la energía que nos baña día con día. El mismo tipo de átomo que genera el brillo de las estrellas es el que facilita que se eleven los globos y que nuestras neuronas puedan comunicar”.

 

Lo anterior es parte del discurso Imaginemos un caracol de entrada a la Academia Mexicana de la Lengua. Ella decía que dentro de la concha de un caracol, así como del ser más admirable, y de cualquiera, se encierra la historia de cosmos. Entender esto en profundizar, es entender cómo se formó el universo porque tendríamos que comprender la presencia de vida en la tierra al menos al remontarnos a 14 mil millones de años.

 

Julieta Fierro fue esa científica que nos permitió asomarnos a una parte del universo con una facilidad y alegría con que ella nos animaba a seguir las conversaciones, a preguntarnos permanentemente sobre las preguntas que nos abrían el camino a conocer lo que no habíamos entendido.

 

Era apasionada de la cienca porque la ciencia nos permite realizar preguntas sobre lo que parece más obvio. Además, la evaluación permanente de los conocimientos científicos es el motor para transformarse. Llegamos a una verdad, hasta que llega otro acercamiento científico a eso que pensábamos que era la verdad.

 

En el discurso de la ciencia, equivocarse es la pauta para seguir adelante.

 

Imaginémonos cómo se originó el cosmos, por qué las estrellas existen como las vemos, por qué existe la materia interestelar. Todo esto ella lo acercaba con una facilidad inaudita porque lo entendía. Cuando alguien entiende las estrellas, también puede entender la vida misma.

 

Julieta Fierro miraba al cosmos, a la bóveda celeste para entender lo que ocurría aquí entre nosotras.

 

Gracias, Doctora Julieta Fierro, por ser contemporánea de nosotras, por haber abierto el camino de las mujeres en la ciencia; por estar en nuestra contemporaneidad mostrándonos que sí se puede ser mujer, ser libre, ser humana, ser científica; por ser de las primeras mujeres en el ejercicio de la ciencia con la brillantez de las estrellas.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 27 de septiembre de 2025.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

 



[1] Socióloga. Investigadora de la Universidad Autónoma de Nayarit lpacheco@uan.edu.mx

domingo, 21 de septiembre de 2025

La noche más noche

Hicieron mal la guerra,

mal el amor,

mal el país que nos forjó malhechos.


José Emilio Pacheco. Próceres

 

Es la noche del grito. Un cura de 57 años se para al frente de un altar católico para arengar a los habitantes de la Nueva España y los nombra mexicanos. Por primera vez tenían un nombre propio, ya no fueron vasallos de la Corona Española; los llamaron mexicanos y ellos a su vez, se reconocieron en ese nombre.

 

La noche del grito es la noche de México. Es la única noche que existe; es la noche cuando todas y todos gritamos ¡Viva México! confundidos con quienes se agolpan fuera de las pulquerías, en los antros frente a pantallas de televisión, en las plazas de los dos mil municipios del territorio, sobre los hombros de madres y padres en el zócalo de la capital, en las playas ante platos de ceviches. En cualquier lugar, la noche de México alcanza a las multitudes.

 

Yo también soy multitud. Ahí estoy, a la hora de siempre esperando que la abanderada salga al balcón para vitorear a los héroes y a las heroínas. Suena el repicar de campanas. El cura dulce y viejo arenga a feligreses a despertar de la esclavitud para entrar en un espacio de libertad donde podamos decir ¡Nuestra Patria! Los años se amontonan uno tras otro para ver los rostros de los indios que van en pos del cura rebelde e iluminado. No sabemos cuál fue la arenga, no sabemos si dijo ¡Mexicanos, viva México! o ¡Viva Fernando Séptimo! o ¡Mueran los gachupines! Lo que sí sabemos es que lo dijo gritando por la sencilla razón de que no existía tecnología para amplificar la voz.

 

Por eso celebramos un grito, el grito.

 

Vemos los relampagueantes caballos pasar por las laderas de un pequeño pueblo en pos de la construcción de un país.

 

La abanderada sale al balcón para repetir la arenga de los siglos. Ya retumban las palabras mexicanas y mexicanos. Ya están ahí nombradas las mujeres de la patria. La abanderada se reconoce en otras mujeres. las nombra con sus apellidos de solteras: Josefa Ortiz Téllez-Girón, Leona Vicario, Gertrudis Bocanegra, Manuela Medina. Nombra a las mujeres indígenas, a las mujeres migrantes.

 

El cura pasa con su sueño a cuestas. Tal vez un sueño de español criollo para despojarse del gobierno de españoles nacidos en España. Tal vez la búsqueda de justicia para los pueblos de indios habitantes originarios de estas tierras amestizadas.

 

El griterío fue sofocado por los repiques de campanas, por la voz clara y determinante de la abanderada, por las luces celebratorias que acompañan la ceremonia. Un cura fue derrotado después del levantamiento, en tanto que las cervezas siguen circulando en los bares; las bandas musicales se aprestan a seguir con los corridos, las cumbias, los corridos tumbados. Las pantallas muestran videos de mexicanos en cualquier lugar del mundo siendo muy mexicanos ataviados con los colores de la bandera verde, blanco y rojo.

 

Gritamos entre sombreros de petate, a la hora de siempre; entre rebozos de utilería; entre sarapes para turistas. Gritamos por los campesinos explotados, por las mujeres desaparecidas. Gritamos en este país que se debate entre la aspiración a la ley y los abusos de poderosos de quinientos años.

 

Hace falta otro grito, la nueva insurrección.

 

La larga noche nos devuelve al silencio de siempre. Siguen pasando los relampagueantes caballos con sus indios a cuestas y su cura quimérico. Sus mujeres entre las tropas derriban cerros porque miran de frente e iluminan.

 

Y, sí, ¡Viva México!

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 20 de septiembre de 2025.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

 

viernes, 19 de septiembre de 2025

JUAN ESCUTIA: EL JOVEN HEROE DE TEPIC

Como renuevos cuyos aliños

un viento helado marchita en flor,
así cayeron los héroes niños
ante las balas del invasor.


Descansa, Juventud, ya sin anhelo,
serena como un dios, bajo las flores
de que es pródigo siempre nuestro suelo;
descansa bajo el palio de tu cielo
y el santo pabellón de tres colores.


Descansa, y que liricen tus hazañas
las voces del terral en los palmares,
y las voces del céfiro en las cañas,
las voces del pinar en las montañas
y la voz de las ondas en los mares.


Descansa, y que tu ejemplo persevere,
que el amor al derecho siempre avive;
y que en tanto que el pueblo que te quiere
murmura en tu sepulcro: "¡Así se muere!",
la fama cante en él: "¡Así se vive!".


Amado Nervo. Los niños mártires de Chapultepec

 

Juan Escutia nació en Tepic el 22 de febrero de 1827 y murió el 13 de septiembre de 1847 cuando contaba 20 años de edad. La heroicidad de Juan Escutia, junto con otros cadetes del Colegio Militar, ha sido un ejemplo de compromiso en la defensa de la Patria en épocas convulsionadas.

 

Durante el siglo XIX el país sufrió diversos atentados por países extranjeros, en particular, por los Estados Unidos de Norteamérica en su afán expansionista. La gesta del H. Colegio Militar, defendido por jóvenes cadetes, se ha convertido en uno de los momentos de inflexión nacional puesto que muestra el compromiso de la juventud en torno a la defensa de la patria.

 

Juan Escutia, como otros jóvenes, asumió el compromiso de defender la patria desde la infancia que transcurrió en Tepic. Su patriotismo lo llevó a pretender inscribirse como cadete del H. Colegio Militar lo cual lo condujo a estar cerca del frente de batalla.

 

Tepic de Escutia

 

En la década de los veinte del siglo XIX, apenas había concluido la Guerra de Independencia, los habitantes de los territorios recién liberados de la colonia celebraban cada año la separación de España. Los periódicos de la época recuerdan esta hazaña agregando un cintillo conmemorativo. Siete años después de concluida la independencia, nació Juan Escutia en Tepic, capital del Séptimo Cantón de Jalisco, el 22 de febrero de 1827, era prácticamente, la primera generación de México, así con ese nombre, de México independiente. El periódico El Sol, editado en la ciudad de México, agrega debajo del nombre del periódico

 

El Sol

Jueves 22 de febrero de 1827; 7º. año de la Independencia, 6º. de la Libertad y 4º. de la República  

 

En el Séptimo Cantón de Tepic los insurgentes que habían combatido para la liberación de la colonia, se aprestaban a establecer las condiciones para el mantenimiento de la paz. Dos años antes del nacimiento de Juan Escutia, se había realizado la bendición de la bandera del batallón de milicia de la ciudad de Tepic:

 

“El día 15 del corriente se verificó la bendición de la bandera del batallón de milicia activa en esta ciudad, con todo el placer y suntuosidad propio de un acto tan augusto…La concurrencia fue de lo más lucido y selecto del lugar y el concurso fue inmenso. Concluida la bendición de la que fueron padrinos los cc. José Medina y José María Castaños, prestó el cuerpo el juramento de estilo y descarga de ordenanza… Todo el pueblo entró a disfrutar de una alegría tan pura y ciertamente que la infundía ver a más de ochocientas personas reunidas, manifestando la mayor alegría…” (Correa, 1825:4)

 

Esos primeros años las luchas de independencia empiezan a dar paso a la tranquilidad necesaria para retomar la vida cotidiana, el aumento de la agricultura y el comercio. En el Séptimo Cantón de Jalisco, el Puerto de San Blas significa un lugar de prosperidad ya que las mercancías de Jalisco entran y salen por ese puerto.

 

Las revueltas por la independencia continuaron después de 1821 fecha de la consumación oficial de la independencia. En Tepic, se registró una rebelión en 1824. El Coronel Luis Correa informa sobre el suceso al general Nicolás Bravo, sobre la derrota de la rebelión de Tepic el 24 de junio de 1824:

 

“Escmo. Sr.- Hoy a las once del día que aprocsimé a las inmediaciones de esta ciudad, (en unión de la fuerza que había reunido el teniente coronel D. José Dolores Morellon) y a su frente tomé posición en el convento de la Cruz; en tal situación llegó una comisión del Ayuntamiento y estando en contestación con ella, asegurándoseme que D. Eduardo García estaba en la mejor disposición y sujeto en todo a lo que él dispusiera, y poniendo yo un oficio a la misma corporación manifestándole mis ideas que no eran otras sino sostenerla y a todos los ciudadanos honrados de Tepic, para que no hubiera un desorden, y encargándole me avisara lo que ocurriese para socorrerla en todo lo que de mi dependiera, se me vino a avisar que toda la fuerza que estaba en Tepic salía con un cañón a encontrarme.

 

Dispuse mi división para la defensa y en esta situación me dispararon un cañonazo a metralla que me comprometió a cargar sobre ellos y a arrollarlos enteramente como lo logré, haciendo prisioneros a D. Eduardo García, al llamado Barón de Rosemberg, y al teniente Pedrosa, …” (Luis Correa, 1824:3)

 

Para el año 1827 la vida es apacible en Tepic. El informe de Antonio Valdés sobre la visita practicada a Tepic en noviembre y diciembre de 1826 muestra un Tepic armonioso y trabajador:

 

“Tepic, es un pueblo donde predomina en lo público una armonía de sentimientos que influye sobre manera en lo general de los habitantes y lo distingue de otros de la república en que se advierte menor lo que de opiniones e irritación de partidos. Allí se observa cierta tendencia al comercio, y cierto espíritu, de jovialidad y sencillez, que produce ventajas saludables a la masa del cantón, al mismo tiempo que los vecinos de más, nota por su laboriosidad y riqueza, gozan de la consideración que es consiguiente sobre todos aquellos cuya existencia esta vinculada en los medios de protección y establecimiento que reciben los pudientes” (Valdés, 1827).

 

En ese ambiente nace Juan Escutia en la ciudad de Tepic, capital del Séptimo Cantón de Jalisco. El acta de nacimiento de Juan Escutia se encuentra en el archivo de la Catedral de Tepic:

 

“Tepic. Al margen: Juan Bautista Pascacio. P.R. Al centro: En esta Santa Iglesia Parroquial de Tepic, en veinte y cinco de Febrero de mil ochocientos veinte y siete, el Presbítero D. Luis de los Ríos, ministro interino de esta Parroquia, bautizó solemnemente a Juan Bautista Pascacio, de tres días de nacido en esta ciudad a las tres y media de la mañana; hijo legítimo de D. José Antonio Escutia y D. María Martínez. Abuelos Paternos, D. Máximo Escutia y D. María Antonia Aguirichu. Maternos D. Cosme Martínez y D. Felipa Quinteros. Padrinos D. Leonardo García y D. Francisca Vargas, a quienes advirtió su obligación y parentesco espiritual. Y para que conste lo firmó conmigo. (Firma ilegible). Luis de los Ríos. Rúbrica” (Gutiérrez, 1990:105).

 

La casa donde nació Juan Escutia se llamaba calle del Comercio, hoy calle Hidalgo.  La casa está señalada con el número 352 en el centro de la ciudad y era propiedad de Manuel Zelayeta, habitada por la familia Escutia durante treinta años.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 13 de septiembre de 2025.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx