lunes, 24 de octubre de 2022

Paisaje con huracanes

El agua y la tempestad comenzó a crecer tanto 

que no menos tormenta había en el pueblo que en la mar,

porque todas las casas y iglesias se cayeron,

y era necesario que anduviésemos siete u ocho hombres abrazados

unos con otros para podernos amparar que el viento no nos llevase.

 

Alvar Núñez de Cabeza de Vaca. Naufragios. 1555.

 

Muchos años vivimos en un paisaje sin huracanes. No teníamos ninguna razón para estar despiertas cuando escuchábamos el ruido de la lluvia caer en las azoteas de las casas. Estábamos seguras de que, al otro día, la mañana llegaría con los sonidos de la ciudad: ¡calabaza enmielada! ¡agua de Acayapan!

 

Dejaríamos el sueño para adentrarnos en una paz amplísima donde el paisaje era trastocado por los suspiros de llegar a la adolescencia. El volcán del San Juan seguía ahí, en su afán de muralla frente al mar, albergando los colores del atardecer. Entretanto, las estrellas miraban la elección de nuestros vestidos, la frugalidad de los diálogos.

 

Ahora el sueño se detiene a media noche sobre el vendaval que alimenta la tormenta, la locura de las aguas, la furia del viento. El agua alcanza los pies y puede ser, que llegue hasta el pecho. Despertamos al paisaje donde el agua desbordada es el sello de la noche. Relampaguea la certeza del trueno mientras la fina lluvia se empecina en vibrar sobre las casas, ensanchar los ríos, ahogar los caracoles.

 

De nada sirve estar si no descubres tu sentir.

 

Otros años, fuimos a expiar la juventud en localidades lodozas para espantar las epidemias, acarrear muebles, ahuyentar dolores. Otros años estuve en las carreteras truncadas donde mujeres de ropa colorida pasaban de una barca a otra abrazando a sus hijas y ellas, a su perro; los hombres cruzaban las aguas en su heroicidad de tierra firme.

 

Vimos embarcaciones llevadas hasta el cine municipal, vacas arrastradas río abajo, peces aventados al centro de la plazuela. La danza del aire y del agua vislumbrada a la luz de los relámpagos muestra el terrestre poder, el celeste poder de lo indomable. Quedan las casas enlodadas, la estufa en la esquina de la calle, la cama en el fondo del arroyo. Ahí clamamos sobre el frío que multiplica el desamparo.

 

Ante mujeres errantes o marineros perdidos, las aguas borran la frontera de lo conocido; nos colocan en otro lugar desde donde sentimos la fragilidad, lo inesperado del cielo, el pájaro que huye. Clamamos como todas las multitudes de las costas huracanadas desde los tiempos del judío errante hasta los de la energía atómica.  

 

Hoy caminamos en el sendero de ciclones anunciados, de octubres líquidos, de sueños improbables. Permanece la ciencia de la naturaleza amenazante, cruel, vengativa de las acciones humanas.  Consultamos los cielos del internet para dominar el miedo en aras de no hacer alusión a deidades primitivas, a castigos demoníacos.

 

Sin embargo, ante el bramido del océano inmenso, del agitar de los vientos, del desprendimiento de palmeras; de los monstruos de agua y aire nacidos en el mar, prevalece la soledad de la conciencia que siente. Entonces, abstraída, muda, surge la veleidad de diosas antiguas en perdidas creencias; diosas de conjuros secretos, a las cuales nos entregamos.

 

En la perplejidad, el paisaje huele a inundación, a zozobra humana.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 24 de octubre de 2022.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

No robaré

El Ángel:

-Si puedes destruir en Fausto lo divino:

 tuya será la Tierra.

Mefisto:

-¡Ningún hombre se resiste al mal!

Acepto la apuesta.

 

Goethe. Fausto


La insólita voluntad de ser honesto le valió a AMLO para llegar a la Presidencia de la República, y la tenacidad. La honestidad se convirtió en una moneda de difícil circulación en México donde los integrantes del poder político afamaron el éxito vinculado a la rapacidad con que convertían los bienes públicos en patrimonio privado.

 

Esa larga práctica de la rapacidad pública alcanzó a una gran cantidad de instituciones donde se maneja dinero del erario nacional: lo mismo hospitales que universidades; partidos políticos que programas sociales: todo dinero público era posible extraer, convertirlo en riqueza personal o canalizarlo para campañas políticas que permitieran el triunfo de bandoleros.

 

La rapacidad alcanzó a todos los agentes de la arena pública, quienes se mimetizaron en ella.

 

El patrimonio público fue empobrecido. Las calles de la ciudad donde vivo son una muestra del robo sistemático de los recursos destinados a la urbanización. ¿Cómo llegamos a tener una ciudad sucia, deteriorada, mal oliente, insegura, obscura, fea, con monumentos de unicel, peligrosa para las mujeres y la niñez? Deberíamos echar un vistazo a las fortunas personales de presidentes municipales, gobernadores y su funcionariado de los últimos treinta años para encontrar la respuesta.

 

¿Por qué subraya AMLO la honestidad como atributo de sí mismo? Porque requiere construir un imaginario basado en la confianza ya que la honestidad no se refiere solo a que no tomará dinero de las arcas de la república, sino a que el robo no será la marca del gobierno.

 

La confianza es un sentimiento que se ubica en otro lado diferente a la razón. Consiste en la franqueza, la capacidad de decir la verdad (con todo y lo que ello implica); no depende de consensos, sino que depende de la percepción que se genera ante la coherencia y la sinceridad. La integridad es la consecuencia de ambas. Nos da la impresión de apertura, respeto por sí mismo y los demás; bondad, disposición a vivir en la frugalidad, despojarse de falsedades, engaños, egoísmo.

 

Abrir el tiempo de la república franciscana.

 

No robaré es más bien, la adopción de un mandamiento por medio del cual, AMLO ha querido sintetizar ser decente, justo, reservado, prudente, razonable, claro, acertado, benévolo, cumplidor de palabra. Los signos exteriores han sido: manejar un coche barato, vivir en un departamento de clase media, llevar la cotidianidad sin ostentaciones, vivir sin escándalos, no entrar a la farándula.

 

No robaré se asume como lema de gobierno, como política correcta, desarrollo moral, vida buena, sello personal.

 

¿Cómo desandar los caminos de las microrapacidades que permanecen?

 

No Robaré sirvió para llegar a la presidencia del país. No sé si le ha valido para gobernar porque ¿cómo se convierte No Robaré en justicia, en empleos, en seguridad?

 

Publicado en Meridiano de Nayarit, Tepic, Nayarit, 24 de octubre de 2022.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

martes, 18 de octubre de 2022

Derechos políticos de las mujeres ¿Por qué luchamos ahora?

La liberación de la mujer

no es posible más que con la transformación

 fundamental del orden social actual.

 

Alejandra Kollontai

 

Los derechos políticos de las mujeres iniciaron el 17 de octubre de 1953 cuando se publicó el Decreto Oficial en el cual se reconoce el derecho de las mujeres a votar en toda la república. De ahí hasta ahora han pasado 69 años; el balance es positivo, sin embargo, la democracia le sigue debiendo a las mujeres.

 

Ello se puede apreciar por el hecho de que las mujeres no están ejerciendo el poder en todos los ámbitos. Si se ve en números, las gobernadoras son todavía minoría y apenas están llegando las primeras mujeres a los liderazgos de más alto nivel en la mayoría de los ayuntamientos. Lo mismo ocurre en los órdenes de gobierno: el Poder Judicial es un ejemplo de la inequidad del acceso de las mujeres a las magistraturas.

 

En aquellos poderes en los cuales las mujeres son mayoría, como en Asambleas Legislativas, las mujeres no siempre tienen poder.

 

Las mujeres que están en el poder no siempre tienen poder. ¿Por qué? Porque el poder sigue teniendo la impronta de lo masculino por lo que las mujeres que arriban al poder lo hacen a esa plataforma que se caracteriza por ser un poder patriarcal. Además, en ocasiones, se tiene la percepción de que las mujeres que llegan al poder les deben fidelidad a los líderes partidarios o a políticos que las seleccionan o les dan oportunidades. Lo anterior trae como consecuencia, disciplinamiento al partido o al líder, lo que se convierte en fidelidades. Desde luego, que el asunto es mucho más complejo que lo que aquí menciono, porque se trata de un entramado de relaciones entre el poder masculino y la socialización de mujeres y hombres.

 

¿Las mujeres que llegan al poder tienen vinculación con los movimientos para el avance político de las mujeres? Eso merecería un estudio aparte.

 

¿Por qué el colectivo de hombres no comparte el poder con las mujeres? El poder es un ámbito desde el cual se tiene disponibilidad de recursos económicos, de personas, de bienes y prestigio. Ello lo sabe el colectivo masculino que no está dispuesto a dejarlo.

 

De 1953 a 2022 hemos transitado del reconocimiento del voto a la paridad. Durante el transcurso de ese largo tiempo han ocurrido diversas acciones protagonizadas por las mujeres para abrir el horizonte de derechos. Por ejemplo, el 31 de diciembre de 1974 se reformó el Código Civil para eliminar la obligación de las mujeres a contar con permiso escrito del marido para trabajar. La reforma se realizó en esa fecha porque el 1 de enero de 1975 iniciaba el “Año Internacional de la Mujer”, por lo que México intentó mostrar una legislación sin trabas para las mujeres.

 

Las mujeres mexicanas tuvieron que acudir a las cuotas de género para acceder a las candidaturas, en especial, las candidaturas a las asambleas legislativas. Se trató de cuotas obligatorias para los partidos políticos, no cuotas para la integración de las cámaras, pero, aun así, lograron que las mujeres se convirtieran en representantes populares. 

 

Posteriormente, el 6 de junio de 2019 se elevó a rango constitucional la paridad en todo, lo que obligaría a los poderes públicos de los diversos niveles, a integrar gabinetes a partir de este criterio. El principio de paridad se convirtió en un mandato para los gobiernos que se crearan después de esa fecha; sin embargo, se han sucedido diversos procesos electorales, sin que algunos de los gobiernos electos, lo cumplen.

 

Tenemos una paridad de papel, meramente formal.

 

Actualmente, se tienen iniciados diversos procesos para hacer realidad la paridad. Por ejemplo, se han interpuesto juicios de amparo ante el poder judicial, los cuales sistemáticamente han sido sobreseídos: no se conceden a las colectivas de mujeres que los interponen. Por ello, estamos en búsqueda del proceso judicial que pueda hacer cumplir a los poderes de los estados, el mandato de la paridad.

 

Como con las cuotas de género, se tendrá que establecer sanciones en caso de incumplimiento.

 

Las mujeres somos hoy sujetos políticos. El camino para llegar a ello ha estado signado por la violencia contra las mujeres, desde las que pugnaron por el derecho al voto, hasta las presidentas municipales de zonas rurales. Ha costado mucho trabajo, muchas vidas abrir el horizonte de los derechos políticos de las mujeres.

 

Nosotras somos las herederas de todas esas mujeres que se pusieron de pie y en consecuencia seguiremos pugnando por la paridad real, por la vinculación de los movimientos de mujeres con las mujeres del poder.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 18 de octubre de 2022.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

1953: el voto en Nayarit

 La plenitud de derechos políticos para la mujer 

debe de reconocerse por principio,

sin que se pregunte para qué lo solicita,

ni cómo lo va a utilizar.

Es un principio de justicia.

 

Amalia Caballero de Castillo Ledón

 

El 17 de octubre se publicó el decreto del reconocimiento del voto para las mujeres en el Diario Oficial de la Federación. En Nayarit, el gobierno era encabezado por el gobernador José Limón Guzmán (1952-1957), mientras que el Ayuntamiento de Tepic, lo era por Felipe Ibarra Partida (1952-1954). En los comentarios sobre el otorgamiento del voto a las mujeres se encuentra el siguiente de Carlos Alvear Acevedo, publicado en El Nayar, el 21 de octubre de 1953, en la nota titulada “A propósito de Política”:

 

La concesión de los derechos políticos a la mujer no haría de la mujer un ser monstruoso, ni mucho menos. En casi todos los países de Europa y en los Estados Unidos, el derecho político femenino no ha entrañado pérdida de feminidad, ni trastorno social. Han seguido siendo varones los que, por una mayor vocación social, han tenido en sus manos, y siguen teniendo, la dirección de la cosa pública…Quienes pretenden que la política arruinará los hogares, pierden de vista que la política en su sentido estricto solo es ejercida por un reducido número de personas. Y que el hecho de que las mujeres vayan a votar, -lo que no ocurrirá sino muy de vez en vez- no será obstáculo para el cumplimiento de sus deberes de familia” (El Nayar, 21 de octubre de 1953).

 

Como se observa, se pensaba que el voto podría hacer monstruosas a las mujeres, pensamiento que derivaba de la idea de que las mujeres tendrían poder, lo cual era todo lo contrario a la idea de la mujer como madre abnegada. En esa época la feminidad se consideraba sinónimo de candidez, belleza y sumisión. También se pensaba que la política arruinaría los hogares, puesto que las mujeres se integrarían a actividades fuera del hogar. Por ello, el voto estaba circunscrito a “ir a votar”, lo cual no las distraería de sus obligaciones.

 

Sin embargo, no era así puesto que el voto era solo el paso a los derechos políticos de las mujeres, en toda su expresión.

 

Las primeras elecciones a las que acudieron las mujeres nayaritas a las urnas, fueron las que se celebraron el 7 de noviembre de 1954 para elegir al nuevo presidente municipal Alberto Medina Muñoz para el periodo 1955-1957. La noticia del 8 de noviembre de 1954 se titula: “El PRI se adueñó ayer de todo el aparato electoral”. Sobre la participación de las mujeres dice:

 

El sector femenino, en su primera prueba ciudadana, ejerció sus derechos cívicos de manera parcial. Votaron solo las sindicalizadas, y en parte, porque las empleadas del Gobierno no fueron vistas. La mujer aristócrata y de menores recursos económicos, también brilló por su ausencia”.

 

El candidato Álvarez, se presentó a ejercer sus derechos ciudadanos acompañado de sus hijas, María y Celia Álvarez a la casilla 1, instalada en el Portal. Vázquez, votando también las damas” (se trata de Fernando Álvarez Rodríguez, candidato a Diputado).

 

En la número 1 la votación arrojó el siguiente resultado: PRI 477 y PP 1, que emitió una exigente mujer” (El Nayar, 8 de noviembre de 1954).

 

No sabemos quién fue la exigente mujer que votó por el Partido Popular; la nota solo registra este hecho. Es sintomático que precisamente haya sido una mujer la única que votó en contra del partido oficial, lo cual podía alertar al rumbo que podían tomar los votos de las mujeres.

 

La segunda ocasión en que las mujeres nayaritas votaron fue el 3 de noviembre de 1957 para renovar gobernador, diputados locales y ayuntamientos. El único candidato a la gubernatura fue Francisco García Montero (1958-1963), postulado por el PRI, que obviamente, ganó las elecciones. La escueta nota de El Nayar, del 4 de noviembre se titula “Pacíficas elecciones en todo el Estado”, la nota sobre las mujeres ocupa apenas los dos últimos renglones:

 

Los candidatos del PRI fueron ayer ungidos por el pueblo. - Las elecciones para nuevos Gobernador, Diputados locales y Ayuntamientos en el Estado de Nayarit, sucedieron ayer en medio de una tranquilidad inusitada, triunfando en todas partes los candidatos del PRI, único organismo que contendió.

 

Según los informes recibidos en los círculos políticos de esta capital, no se registró un solo incidente, concurriendo el pueblo a ejercer sus derechos en forma pacífica. Las casillas de esta ciudad se vieron funcionar hasta después de las quince horas.

 

El candidato a Gobernador Don Francisco García Montero, se presentó a votar a la casilla de la Plazuela Hidalgo. No pudimos averiguar a qué hora y en qué lugar ejerció sus derechos cívicos el Gobernador Limón Guzmán.

 

El candidato a Alcalde, Ignacio Delgadillo, votó en la casilla de Zacatecas y Juárez. Se registraron votos femeninos; la señora de Saucedo -se sabe- votó por Rafaela Echevarría de Fernández, para Alcaldesa” (El Nayar, 4 de noviembre de 1957). 

 

Esta última información, más que tomarla como una anécdota, rebela la temprana idea de que las mujeres podían formar parte del poder. Por ello, no es de extrañar, que, entre mujeres que se conocían, en este caso, la señora de Saucedo y la señora Echevarría se registre este apoyo: votar por Rafaela Echevarría de Fernández, una persona de prestigio para ocupar la Presidencia Municipal es un acto de visibilización de las mujeres, aunque se tuviera conciencia de que el voto sería anulado. (Nótese como la señora de Saucedo es identificada por el apellido del esposo, sin que se le identifique por su nombre).

 

Así empezaron a votar las mujeres en Nayarit, dentro de la estructura del PRI como partido de Estado, quizá por ello, los votos femeninos fueron incorporados a esa lógica, con tan poco entusiasmo de parte de las mujeres. Sin embargo, en 1953 inició el largo camino de los derechos políticos de las mujeres que aún hoy, no termina de concretarse.

 

Publicado en Meridiano de Nayarit, Tepic, Nayarit, 18 de octubre de 2022.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

domingo, 9 de octubre de 2022

Entrábamos al templo con pañoleta

 Nuestra puerta está cerrada con cientos y cientos de cerrojos

pero la raíz de una rosa rasca la puerta del corazón

y entra por la fuerza.

¿Con qué sobornó al celador?

 

Fawziyya Abu Jalid. Resquicio

 

Las niñas entrábamos al templo con pañoleta, nombre que adquirió el velo en México. Mi papá y mis hermanos se sentaban en las bancas del lado izquierdo, mientras mi mamá y nosotras nos sentábamos en el derecho. Durante los ritos católicos no se mezclaban los sexos.

 

Era la época en que el altar se encontraba empotrado en la pared, por lo que los sacerdotes oficiaban de espaldas.

 

Durante más de dos mil años, en el ritual católico, se obligó a las mujeres a taparse la cabeza y a los hombres, a descubrirla. El origen de ello era San Pablo (Corintios 11, 1-16): “El hombre no debe cubrirse la cabeza, ya que él es la imagen y la gloria de Dios; pero la mujer es la gloria del hombre. Porque el hombre no procede de la mujer, sino la mujer del hombre. Por tanto, la mujer debe tener un símbolo de autoridad sobre la cabeza”.

 

Portar velo en la cabeza era un signo de autoridad sobre las mujeres, autoridad de los esposos o padres que representan la autoridad de Dios. El velo significaba el reconocimiento de la dependencia de las mujeres respecto de los hombres y también un signo de modestia y castidad que las mujeres debían dar. Además, en la doctrina nos decían que cubrirnos el cabello era una forma de ser como la Virgen, vasos de vida, que, de tan sagrada, tenía que ser ocultada con el velo.

 

En el catolicismo, ese significado ocurría al interior de los templos, no en el espacio público gracias a la separación Estado-Iglesia ¡al laicismo!

 

Esa práctica empezó a desaparecer a partir del Concilio Vaticano II que concluyó en 1965, donde se estableció una nueva relación entre la Iglesia Católica y el mundo de esa época. Aunque en ninguna de las sesiones se abordó el tema del velo, su no tratamiento como asunto importante, derivó en que no era obligatorio. Poco a poco las mujeres del mundo católico empezaron a no utilizar las pañoletas, velos o mantillas, que se vieron relegadas al cajón de las cosas antiguas que no se usarían nunca más, o en ocasiones, como adorno.

 

Supongo que para el mundo musulmán el significado es parecido: modestia de la mujer; señal de dominio; no mostrarse en el mundo público; aceptar la separación y asimetría entre los sexos; subordinar a las mujeres ante la presencia de Dios; aceptar sus limitaciones; no provocar a los hombres mostrando el cuerpo; evidenciar la falta de libertad y otros más.

 

El velo disminuya el estatuto personal de las mujeres: las marca con la inferiorización, las estigmatiza. Las vuelve una humanidad aparte o más bien dicho, las excluye de la humanidad tal y como la entendemos en el mundo occidental: sujetos de derechos válidos para todas las personas y ejercitables ante el Estado y los demás.

 

¿Por qué están contra el velo las mujeres de Irán? Porque no se puede reivindicar una práctica que aprisiona, que oprime, que descalifica, aún cuando se argumente que es disposición divina o que es “símbolo de identidad o rasgo cultural”.

 

Por cierto, las abuelas siguieron usando rebozo cuando iban al templo porque las creencias se convierten en parte de la estética corporal, de la manera de asumirse y de presentarse en público.

 

Han bastado 60 años para desaparecer el velo de la cabeza de las mujeres católicas y, aunque no ha desaparecido del todo la sumisión que representaba, el bisturí de los derechos gana día a día, un espacio de libertad.

 

Esperamos que el descontento iraní sea la raíz de la rosa que abrirá el cerrojo de la sinrazón.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 10 de octubre de 2022.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

lunes, 3 de octubre de 2022

1968-Ayotzinapa: ¿Por qué asesinar estudiantes?

 El sentir de la población era que no se podía respirar.

Luis González de Alba, líder de 1968.

En la niñez estamos atrapadas en el juego; en la adultez, estamos enajenadas en el trabajo y en la reproducción. Es por ello que la juventud es la etapa de la libertad; es el momento donde la infancia quedó atrás mientras el futuro todavía no ha llegado. Por ello, en la juventud se abren todas las posibilidades para enfrentar lo que no queremos.

 

Ni las y los estudiantes del 68 ni los jóvenes de Ayotzinapan, querían morir. Solo aspiraban a una sociedad no autoritaria, a ejercer derechos sociales sin vivir en un régimen represor. Paradójicamente, los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapan se preparaban para viajar a la conmemoración del 2 de octubre en la Ciudad de México, cuando fueron, a su vez, asesinados.

 

La información de lo que ocurrió en cada uno de los casos ha develado las contradicciones del Estado cuando intenta justificar lo que no tiene justificación. Porque matar estudiantes no es una solución de regímenes democráticos, sino de gobiernos autoritarios que cancelan, por la vía de las armas, cualquier posibilidad de diálogo.

 

En ninguna democracia el ejército es la solución.

 

Hoy vivimos un momento de gloria para el ejército porque la percepción popular lo señala como una organización confiable, por encima de los cuerpos policiacos. ¿Son las soluciones militares quienes devolverán al país la normalidad de la no violencia? Aunque repartan vacunas y ayuden en las inundaciones; aunque en esas acciones parezcan amigables e inofensivos, las historias de violación de mujeres se incrementan en los territorios indígenas y rurales donde se asientan las partidas militares.

 

Puede ser que la percepción social positiva sobre el ejército, por encima de los jueces y los partidos políticos, sea una consecuencia del grado de violencia que se ha generado en el país en los últimos veinte años. Si el crimen organizado actúa con células de organización y disciplina militar, entonces, solo puede ser enfrentado por el ejército oficial.  

 

Es el desamparo lo que ocasiona la percepción social positiva.

 

Lo que ocurre hoy en México, es un estado de excepción, porque no es posible que esto sea democracia cuando existen cien mil desaparecidos, ocurren diez feminicidios al día, y cada día desaparecen 14 personas para nunca volverlas a ver (según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas).

 

Pero, veamos, después del “Grito” de Independencia, los Tigres del Norte cantaron “Jefe de jefes” en el zócalo capitalino. El alma patriótica pasa de vitorear a los héroes y heroínas de la Independencia a exaltar el poder absoluto. Ya sé que los corridos también son cultura, expresan lo popular de cada época, etc., pero hay algo ahí que necesita ser nombrado en términos de mero poder, de mera voluntad.

 

Es cierto, el movimiento de 1968 era estudiantil, pero sus demandas no se circunscribían a las Instituciones de Educación Superior, sino que expresaban el sentir de toda la población. Por eso, porque en su libertad expresan el mundo deseado, el futuro posible, los estudiantes han sido asesinados.

 

Y quienes han dado las órdenes, los Jefes de Jefes, viven en la impunidad.


Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 3 de octubre de 2022.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx