jueves, 25 de mayo de 2023

El agua en la poesía de Amado Nervo

A la Comunidad de Artistas e Intelectuales de Nayarit

por conjuntar las voces

 

Sin duda, el poema del agua con que identificamos a Amado Nervo es La Hermana Agua, escrito en 1901. Cuando escribe La Hermana Agua, dice que el “alma del agua me ha hablado en la sombra”. Desde luego, se pueden encontrar menciones a corrientes de agua y tormentas en otros textos que no derivan de la conservación con el agua, sino de la apreciación de AN.

 

Muy posiblemente el río de Tepic, haya estado en el pensamiento de Nervo cuando se refería al agua. El poema El Puente dice:

 

¡Qué hermoso se ve el puente

de piedra sobre el río!

Abajo la corriente y arriba el caserío.

¡Qué hermoso se ve el puente

de piedra sobre el río!

 

Así que es posible imaginar verlo escribir sus primeros versos teniendo como fondo el canto del agua del río de la infancia.

 

Tampoco podemos dejar de pensar en las lomas de Tepic donde las tormentas se anuncian con truenos en el siguiente verso de El Prisma roto:

 

Por Julio tornaré, cuando en las lomas

se besen, zureando, las palomas,

y enrojezcan las tardes como fraguas

y fulguren las rubias maravillas

y broten las moradas tempranillas

 y se anuncien los truenos de las aguas.

 

En diversos textos el agua adquiere otras connotaciones. Recordemos que el agua ha sido considerado uno de los elementos de la creación del mundo en todas las religiones y base de ellas. En Los dos claveles, dice:

 

Mi vieja misericordia se derramó

sobre mi espíritu como un agua clara,

 y humedeció mis ojos con dos lágrimas…,

 

El agua aparece como un elemento inalcanzable, que salva la vida en el poema Destino:

 

Destino, cuya mano, si la toca,

hacer nacer la linfa de la roca

y el bien o el mal con rudo impulso fragua

acuérdate de mí, soy una boca

que se muere de sed junto del agua.

 

Por cierto, en este verso, la palabra linfa también hace alusión al agua que brota milagrosamente de la roca, aunque posteriormente, la palabra linfa se asociará a la biología.

 

El agua es regalo de dioses, por lo que no puede ser castigo divino, como lo señala la última estrofa de El héroe:

 

Mas cuando pasa el aluvión inmenso,

yo estoy de pie y tranquilo, porque pienso

que fuera insensatez, oh Dios que fraguas

contra cada opresión un heroísmo,

ponerme como coto en el abismo

para hundirme después bajo sus aguas...

 

En otros textos, el agua se adjetiva como en Trilogía, donde se denomina agua azul de las quimeras.

 

Cabalgué tu corcel; pero mi paso

 limitó inmenso río; en sus riberas

 una grey de almas tristes pretendía

 beber el agua azul de las quimeras,

más el agua corría…

 

En Gratia Plena, se califica al agua como ingenua, cualidad de la amada:

 

Ingenua como el agua

Diáfana como el día…

 

En El Laud, el agua es milagrosa:

 

¡Esté yo a punto de morir, sediento

desta agua milagrosa que codicio!

 

El agua es equiparada a la sustancia humana común presente en todos los seres humanos:

 

Imaginaos que muchos vasos, frascos, botellas llenos del agua de una fuente, se creyesen diversos por dar cada uno a esta agua una forma distinta… El agua del vaso esférico se creería superior a la del cilíndrico, ésta a la del poliédrico…Cada uno pensaría que ella era la mejor. Y, sin embargo, todas serían porciones de la misma fuente.

 

Así es la individualidad humana. Cada hombre es un vaso de divinidad…Pero el agua es la misma… (El Arquero Divino)

 

En la Hermana Agua, cuando AN hace hablar al “Agua bajo la tierra”, se trata de una voz que acepta su destino de ser ignorada por la raíz de las flores, porque tiene la conciencia de que aún, en ese olvido, está ahí: “Lejos de sus raíces las corolas felices/no se acuerdan del agua que regó sus raíces…” Lo que recuerda un verso de Juan Manuel Serrat: Cuando se abre una flor, / al olor de la flor/ se le olvida la flor.

 

En la concepción de AN, el agua es cielo en la tierra; es alimento de los monstruos que tienen miedo al día “Y así el creyente triste, que en él su dicha fragua, / bebe, al beberme, el cielo que palpita en mi agua, /y como en ese cielo brillan estrellas bellas, /el hombre que me bebe comulga con estrellas”.

 

Por su parte, el agua que corre sobre la tierra contiene alabanza al cielo porque “cuando al abismo ruedo en un cataclismo, adorno de arco-iris triunfales el abismo”. También el agua de la superficie es obediente a Dios, “Él me dice “anda” y ando; “despéñate” y despeño mis aguas en la sima de roca que da espanto; y canto cuando corro, y al despeñarme canto”.

 

Así, Amado Nervo, va cantando las formas del agua, hasta llegar al Agua Multiforme donde dice a los humanos:

 

¿Por qué tú te rebelas? ¿Por qué tú ánimo agitas?

¿Qué quieres? ¿Por qué sufres? ¿Qué sueñas? ¿Qué te aflige?

¡Imaginaciones que se extinguen en cuanto

aparecen . . .! ¡En cambio, yo canto, canto, canto!

Canto, mientras tu penas, la voluntad ignota;

canto cuando soy chorro, canto cuando soy gota…

 

Es cierto, la concepción que tiene AN del agua es religiosa, como lo podemos apreciar en el final del poema:

 

¿Por qué tantos anhelos sin rumbo tu alma fragua?

¿Pretendes ser dichoso? Pues bien: sé como el agua;

sé como el agua, llena de oblación y heroísmo,

sangre en el cáliz, gracia de Dios en el bautismo;

sé como el agua, dócil a la ley infinita,

que reza en las iglesias en donde está bendita,

y en el estanque arrulla meciendo la piragua.

¿Pretendes ser dichoso? Pues bien: sé como el agua;

 

Después, la sociedad se encargaría de desacralizar el agua.

 

Publicado en Meridiano de Nayarit, mayo 24 de 2023

Socióloga. Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

 

domingo, 14 de mayo de 2023

Cigueñas y Quijotes en Alcalá de Henares


Por eso juzgo y discierno 

por cosa cierta y notoria;

 que tiene el amor su gloria

 a las puertas del infierno

 

Cervantes. La Galatea

 

Para Elena y Sebastián, de los cielos madrileños.

 

Llegamos a Alcalá de Henares en las inmediaciones de Madrid en medio de una primavera fría y azul de siete grados. Apenas habían transcurrido dos días de calor que trastocaron este desliz del tiempo entre el invierno y el verano europeo. Desocupado lector, sin juramento me podrás creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento fuera el más hermoso, el más gallardo y más discreto que pudiera imaginarse. Al bajar del Renfe, una escultura del Quijote marca el inicio de la ciudad donde naciera Miguel de Cervantes en 1547.

 

Tratamos de contar las cigüeñas que, en lo alto de los edificios, habitan los nidos con sus cigüeñales. Miramos el cielo como si aquí, mirarlo sea una forma de dejar de yacer tan bajo en la tierra. Dan de comer a sus críos mientras nosotras seguimos con cámara en mano tratando de atrapar el vuelo furtivo del ir y venir de las cigüeñas ajenas a El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan, y, con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir de Los trabajos de Persiles y Segismunda.

 

La casa natal de Cervantes es la confluencia de todos los caminos de esta ciudad. Ahí está la escultura icónica de Sancho Panza y don Quijote. El loco y el cuerdo; cuaresma y carnaval; orden y risa; filosofía y apetito. ¿Dos locos, dos cuerdos? Ahí en ese portal, turistas de todas las latitudes se toman selfies, fotos grupales, panorámicas, sabiendo que están ante Batman y Robin; el Gordo y el Flaco; Sherlock Holmes y el Dr. Watson; Dora la exploradora y Botas; Pinky y Cerebro. ¿Qué gigantes? -Aquellos que allí ves, de los brazos largos que los suelen tener algunos de casi dos leguas. -Mire vuestra merced que aquellos que allí se parecen no son gigantes sino molinos de viento y lo que en ellos parecen brazos son las aspas que, volteadas al viento, hacen andar la piedra del molino.

 

Las cigüeñas seguían dibujando en las olas del viento, mientras en la tierra, los quijotes y los sanchos se fugaban de la vida cotidiana para viajar en el mejor corcel, en el mejor poema …y bien haya el que inventó el sueño, capa que cubre todos los humanos pensamientos, manjar que quita el hambre, agua que ahuyenta la sed, fuego que calienta el frío, frío que templa el ardor.

 

Así seguimos cuando llegamos a la Universidad de Alcalá, antecesora de la Complutense de Madrid cuando un evento académico llegaba al final y los brindis y voces de quienes habitamos el siglo XXI resonaban en las viejas paredes erigidas en 1499 cuando América apenas empezaba a entrar en los planes de Dios, pero quizá en los ojos de la reina, en las pesadillas de los navegantes, en las ensoñaciones de las cocineras.

 

En esta universidad estudiaron y enseñaron personas vueltas personajes como Antonio de Nebrija, Ignacio de Loyola, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Francisco de Quevedo y otros. A la entrada están los nombres de quienes han recibido el premio Cervantes, el premio más prestigiado en lengua española. El gusto de ver los nombres de Octavio Paz (1981), Carlos Fuentes (1987), Sergio Pitol (2005), José Emilio Pacheco (2009), Elena Poniatowska (2013) y Fernando del Paso (2015). Ellos, José Emilio Pacheco y Elena Poniatowska, que también pisaron las aulas de nuestra Universidad Autónoma de Nayarit.

 

Dijo un diablo a otro: “Mirad que libro es ese”. Y el diablo le respondió:” Esta es la Segunda parte de la historia de don Quijote de la Mancha…Quitádmelo de ahí -respondió el otro diablo- y metedle en los abismos del infierno, no le vean más mis ojos”. “¿Tan malo es? -respondió el otro”. “Tan malo -replicó el primero- que, si de propósito yo mismo me pusiera a hacerle peor, no acertara”.  

 

Dejamos a Alcalá de Henares, sus cigüeñas, sus quijotes y sus premios cuando el sol empezaba a dormir sobre los olivares. Nos quedan, con estos viajes, los recuerdos del color dorado de los días que vivimos entre libros, entre las hijas, entre quienes amamos y con ellos, fraguamos los sueños que como dice Cervantes, Quijote, Sancho, es con lo que vivimos.

 

Publicado en Meridiano de Nayarit, Tepic, Nayarit, 16 de mayo de 2023.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx





domingo, 7 de mayo de 2023

Las nuevas maternidades o la crianza humana

 Como todos los huéspedes mi hijo me estorbaba

ocupando un lugar que era mi lugar,

 existiendo a deshora,

 haciéndome partir en dos cada bocado.

 

Rosario Castellanos

 

Se habla de nuevas maternidades a las formas de crianza que rompen la tradición de dos adultos heterosexuales, donde la mujer se encarga del cuidado ya sea que trabaje fuera de casa o no. Las nuevas maternidades rompen con la maternidad tradicional sufriente, ejercida por una mujer a costa de su salud, su proyecto de vida, dentro de relaciones de pareja que la encasillan a la reproducción biológica y social.

 

En las nuevas maternidades las hijas y los hijos dejan de ser monopolio de la madre biológica para dar lugar a formas de intervención de otras personas. En primer lugar, cambia el papel del padre proveedor para convertirse, además en padre cuidador, afectivo y socializador. En segundo lugar, en las familias de segundas parejas, los roles de madres y padres biológicos tienen papeles diferentes que permiten atender a los infantes en sus necesidades materiales y afectivas. En tercer lugar, en las parejas compuestas por personas del mismo sexo, surgen las figuras de dos madres o de dos padres, quienes a su vez, participarán en la provisión y sobre todo, se darán la oportunidad de tener una relación amorosa con los hijos e hijas que decidan tener. En cuarto lugar, las familias de dos hogares donde el padre se encuentra en un domicilio y la madre en otro, se comparten responsabilidades diferentes en torno al crecimiento de los infantes con la finalidad de otorgar seguridad, satisfacción de necesidades y provisión de cuidados.

 

Las nuevas maternidades se alejan de la maternidad como carga total para convertirse en una actividad compartida con otras personas de la familia consanguínea o política, pero también con otras personas con las que deciden compartir la experiencia humana de la crianza. Por esta vía, personas que deciden no tener maternidad biológica, socializan a cachorros humanos en lo que pueden denominarse maternidades sociales colectivas. Con ello, se modifican los roles que tradicionalmente se otorgaba solo a las mujeres para abrir el abanico de posibilidades de intervención en la crianza humana.

 

Quizá parezca nuevo nombrar las nuevas maternidades. Sin embargo, si hacemos un recuento de cómo han ocurrido las maternidades en nuestra familia o en círculos cercanos, encontraremos estas maternidades sociales en nuestras historias: la tía que se quedó a vivir en la familia para ayudar con la crianza; el papel fundamental de las abuelas; la colaboración de la madrina; la niña socializada en una familia diferente a su familia de origen, etc.   

 

Es cierto, la familia se agranda, se va reconociendo el papel de la tribu en el cuidado de niñas y niños. Es como si toda una generación se hace cargo de la generación siguiente. ¿Se despoja a las madres biológicas de su maternidad? No, solo se transforma de una maternidad como carga, de una maternidad sufriente a una maternidad abierta, compartida con otras personas.

 

En las nuevas maternidades se es capaz de poner límites ante los propios hijos y ante la pareja. Se deja de idealizar una maternidad tóxica para colocarse en un nuevo lugar desde el cual crear a los seres humanos. Ello requiere, desde luego, nuevas paternidades: la transformación de los roles de los hombres adultos en esa crianza. Requiere, también, andamiajes normativos que permitan surgir nuevas formas de convivencia humana.

 

Las nuevas maternidades visibilizan las diferentes condiciones en que ocurren las maternidades porque se reconocen las vulnerabilidades de mujeres solas, encarceladas, migrantes, incapacitadas, extranjeras, etc. En ellas, el papel del Estado es fundamental en la elaboración de políticas y apoyos de acuerdo a estas condiciones.

 

Las nuevas maternidades abandonan el concepto de ser madre a cualquier precio; de ser madre sufriente y abnegada para convertir, la crianza humana, en una decisión festiva, en un proyecto de vida con otras y otros. Es poner sobre la mesa de discusión el reparto igualitario de los trabajos de cuidado como el gran reto de las sociedades en el siglo XXI.

 

Publicado en Meridiano de Nayarit, Tepic, Nayarit, 8 de mayo de 2023.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

 

jueves, 4 de mayo de 2023

Lo que nos duele

El dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces.

 

César Vallejo

 

¿Quién desató la guerra contra los jóvenes? Droga, muerte, desempleo, migración, expulsión, prostitución, violencia, delirio han sido las políticas establecidas para la juventud. Arrojados a su propia suerte, al abismo del camino sin retorno de las drogas, de la deserción escolar, de la migración, despojados de su patrimonio moral, los y las jóvenes caminan por el abismo de la fragilidad durante los años juveniles del peligro.

 

El Estado no se responsabiliza del presente de la juventud porque, en su frivolidad, ve a los jóvenes como amenaza cuando debiera verlos como potencialidades. La capacidad de crítica, de enojo, de descontento, de rebeldía, es atrapada en organizaciones corporativas que desciudadaniza a los jóvenes: les arrebata la posibilidad de pensar por sí mismos, de convertirse en ciudadanos completos para incorporarlos en redes de fidelidades dispuestos a pagar el bono correspondiente para asegurar un lugar en la fila aún cuando sea en los últimos puestos: viciados en el servilismo, en la subordinación, en la disciplinación de la mente, en la corrupción del cuerpo.

 

La juventud es un oro tirado por las cañerías de la corrupción.

 

Me pregunto ¿quiénes fueron los maestros de primaria de quienes asesinan? ¿quiénes los pasaron de curso, les dieron la hoja de buena conducta, los aplaudieron en el desfile? porque seguramente, los asesinos cursaron, al menos, la educación básica. Entonces, ¿qué ocurre con la educación mexicana que genera asesinos? Sin embargo, los planeadores de la educación no se sienten interpelados por ello, como si la educación fuera algo que ocurriera sólo en las aulas. La educación si no es capaz de formar personas creadoras de sociedades pacíficas entonces no es educación. Educación vacía, carnicería de la aritmética, gramática de amputaciones.

 

¿Tienen alguna religión los que matan? Entonces, ¿Cuál es esa religión que permite, perdona, tolera, auspicia a los asesinos? Dioses sedientos de sangre cobran la cuota en la juventud.

 

Siguen desapareciendo día con día. Las jóvenes que desaparecieron hace un año o dos o tres, todavía no aparecen.

 

Nadie se responsabiliza de nada. La clase gobernante, preocupada por mantener el poder del poder, el lugar desde el cual incapacita a la sociedad, establece sus propios discursos autocomplacientes para decirse a sí mismos que hacen todo lo posible pero el monstruo no se vence. Inicia el proceso para elegir autoridades mediante elecciones sobre un país signado por once desapariciones diarias.

 

Crece la desdicha y nos inunda con sus propios líquidos. Nos alcanza en las salas de cine, en la arena de playas soleadas, en el coche lavándose, en los noticieros, a la hora de ponernos la piyama para entrar a la noche. Se mete en nuestras horas de sueño porque asesinan a jóvenes, a niños y nos asesinan la vida cotidiana.

 

Mientras, los frívolos, hablan de democracia.

 

Publicado en Meridiano de Nayarit, Tepic, Nayarit, 5 de mayo de 2023.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

 

¿A quien pertenecen los niños y niñas?

                                                                                                        Quien te ama, no te golpea

La semana pasada en la estación de autobuses de la ciudad donde vivo, una señora le pegó a su hija de dos años porque estaba llorando. Le gritaba que le pegaría más si seguía llorando. Todo ello ocurrió en el baño de mujeres, pero escuchamos quienes estábamos en la sala de espera. Posteriormente, la volvió a amenazar con volver a meterla al baño a golpearla. Desde luego, algunas personas, como yo, intervenimos para detener a la señora. Volteó a vernos, estupefacta y furiosa nos gritó: “es mi hija”, con lo que quería decir que podría hacer con ella lo que quisiera. Inmediatamente saqué mi celular, le dije que la grabaría y posteriormente iniciaría una demanda en su contra. La señora tomó a la niña violentamente en sus brazos y se alejó a toda prisa.

 

¿A quién pertenecen los niños y las niñas?

 

En la sociedad actual pertenecen a sus padres y madres. Los adultos creen que pueden hacer con ellos lo que sea a partir del “derecho de corrección” que piensan tener en un esquema donde los infantes no tienen derechos.

 

Pero no siempre ha sido así. A partir de que los niños completaban sus capacidades psicomotoras eran integrados a diversas tareas de la familia y la comunidad en aras del destino de convertirse en hombres trabajadores. También las niñas eran incorporadas a las actividades a partir del destino de ser madre y esposa. No se pensaba que podía haber diferencia entre niñas/niños y adultos. Vivían mezclados realizando prácticamente todos los trabajos de acuerdo a sus capacidades.

 

Es en la Edad Moderna cuando se realiza un desdoblamiento de la niñez en lo que ahora conocemos: un grupo humano que tiene total dependencia y subordinación respecto de los adultos de su grupo familiar, quienes los socializan en un ámbito privado. Esto es una novedad en la historia de los grupos humanos ya que durante los siglos anteriores la socialización ocurría grupalmente.

 

Todo ello es posible porque la Edad Moderna conformó el tipo de familia nuclear constituida por una pareja monogámica independizada de los ancianos de su propio grupo. Son las nuevas parejas las que son arrojadas a constituir una nueva unidad definida por el padre, la madre y los hijos de ambos. Aunque estamos hablando de un modelo que no siempre corresponde a la realidad, durante el siglo XX se conformaron las ideas que sostuvieron este modelo. Se pasó, entonces, de familias extensas productoras y consumidoras a familias consumidoras a partir del padre proveedor y la madre reproductora.

 

La niñez quedó atrapada en la asimetría adultocéntrica que señala al adulto como la meta de la trayectoria humana, mientras que la infancia (y la juventud) fueron señaladas como etapas de transición a la adultez. En esta concepción lo niño o lo juvenil no tenían sentido en sí mismos, sino en cuanto etapas de tránsito para llegar a la edad adulta como señal de desarrollo pleno. Además, la ideología productivista creó los principales slogans: “no pierdas el tiempo”, “si no estudias, te pondré a trabajar”, te vas a arrepentir de no estudiar”, etc.

 

La escuela se convirtió, entonces, en la principal institución de socialización a partir de considerar a los infantes como inmaduros, incompetentes, carentes. La falta de derechos los hacía vulnerable ante la furia de los adultos quienes se abrogaban todos los derechos y capacidades de corrección, tanto en el hogar como en la escuela. Son atroces los recuerdos de la mayor parte de la generación adulta actual en torno a los castigos infringidos como correctivos: “la letra con sangre entra”, golpear con cinturones, ramas de árboles, látigos con que domaban caballos, etc. En todos los casos, se trataba de doblegar a niños y niñas en aras de la domesticación del cuerpo y el disciplinamiento de la mente.

 

Actualmente se cuenta con una normatividad internacional y nacional relativa a los derechos de la infancia, pero la población escasamente lo sabe. Quienes tienen poder, en este caso los adultos, padres o madres, abuelos, tíos o profesores, pueden seguir golpeando a las criaturas, burlándose de ellos, discriminándolos. ¿No empieza ahí la sociedad violenta? ¿Por qué no se realizan campañas masivas para evitar este tipo de comportamientos?

 

La familia debe ser la comunidad de afectos, pero no en el envoltorio de los golpes. Quien te ama, no te debe golpear.

 

Publicado en Meridiano de Nayarit, Tepic, Nayarit, 26 de abril de 2023.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx