lunes, 20 de febrero de 2017

En defensa de la Universidad Autónoma de Nayarit

El futuro nunca lo ví:
se convirtió en ayer
cuando intentaba alcanzarlo

José Emilio Pacheco. Esperanza

Ningún decreto del Poder Legislativo se aprueba sin el visto bueno del gobernador en turno. Más bien dicho: todas las iniciativas que se presentan al Congreso del Estado tienen su origen en el Poder Ejecutivo aún cuando formalmente sean presentadas por diversos legisladores. Quienes hemos pugnado por la elevación de iniciativas, conocemos ese funcionamiento del poder, por lo tanto, la iniciativa de un Organo Interno de Control para la UAN es una clara intromisión del Poder Ejecutivo en los asuntos internos de la UAN que presenta contradicciones, inconsistencias y paradojas con la normatividad universitaria vigente y con la propia universidad.

Contradicción con la Constitución Política de Nayarit

La autonomía universitaria está contenida en la Constitución Política del Estado de Nayarit en el artículo 136 desde 2010. El concepto de autonomía vertida en ese artículo incluye la administración libre de su patrimonio, por lo que es la propia universidad quien debe fijar las instancias de vigilancia y control. La contradicción del Decreto del 11 de febrero que pretende establecer un Órgano Interno de Control nombrado por el Congreso Local, está en contradicción con la Constitución, por lo que las autoridades universitarias deben de plantear una controversia constitucional cuyo fin sea anular el Decreto del 11 de febrero. Además, ¿por qué llamarle Órgano Interno si se trata de un control externo?

La autonomía universitaria en México, proviene del Estado no del gobierno.

Inconsistencias al interior del propio Decreto

El decreto señala que el Órgano Interno de Control (OIC) tiene como facultad fiscalizar los fondos públicos que la Universidad recibe vía la aprobación anual de fondos estatales. Si actualmente los recursos de la UAN se conforman por un 13% estatal (en el sentido reducido del término), ¿se crea una burocracia sólo para ese porcentaje? el resto lo otorga la federación y se recaba a partir de recursos propios. Entonces ¿cuál es el papel del Auditor Estatal que ya realiza esas funciones de fiscalización sobre los recursos estatales que recibe la UAN? ¿Para qué una duplicación de funciones?

Al Órgano Interno de Control se le dan atribuciones de Cíclope (el que ve con un solo ojo): puede substanciar los procedimientos de responsabilidad de los servidores universitarios, pero no de las corporaciones universitarias que reciben financiamiento: los sindicatos mayoritarios y minoritarios y la federación de estudiantes. Estos últimos son los que tienen acceso discrecional a los recursos universitarios.

También el OIC será el Súper Órgano: puede promover, evaluar y fortalecer el buen funcionamiento del control interno; puede implementar acciones para orientar el criterio que deben observar los servidores universitarios; puede corregir los actos u omisiones de los mismos e incluso puede establecer las normas…que le permitan cumplir sus funciones. Como se observa, se le dan múltiples atribuciones e incluso, tiene atribuciones de instancia legisladora.  

Además será un Súper Funcionario transexenal de larga duración: será nombrado por seis años por este gobierno y podrá ser reelecto seis años más. Desde luego, lo nombrará el actual gobierno.

Paradojas:

Los y las universitarias somos tratados como menores de edad, por lo que, de acuerdo a la lectura del poder estatal, necesitamos un vigilante. Los 48 años de la UAN no han servido para lograr la mayoría de edad. Lo que no se dice es la permisividad que se ha tenido desde el poder para los manejos de los presupuestos universitarios. Por ejemplo: ¿el tránsito de los universitarios a la clase política se ha realizado sin la complacencia del poder?  Porfirio López Lugo, de Secretario del SPAUAN a Presidente Municipal de San Blas (PRI) cumpliendo simultáneamente ambas funciones en un tiempo; Héctor López Santiago, de Presidente de la FEUAN a Presidente Municipal de Compostela (PRI); Julio Mondragón Peña, Presidente de la FEUAN y Diputado local (PRI); Sofía Bautista de dirigente de la FEUAN a Diputada local (PRI); Ángel Aldrete, de Presidente de la FEUAN a Diputado Federal Suplente (PRI) (siendo aún estudiante y dirigente); Javier Castellón, de Rector a Senador (PRD); Luis Manuel Hernández Escobedo, de Secretario del SETUAN a Diputado local dos veces (PRD). ¿Quién paga sus campañas políticas? ¿De qué manera los dineros de la Universidad han sido el fundamento para lograr ese posicionamiento en la política?

Junto con ello, se tiene a una cantidad de funcionarios de los distintos órdenes de gobierno que cobran tiempo completo en la UAN: magistrados, notarios, médicos, etc. los cuales deberían pedir licencia sin goce de sueldo, eso sería lo justo. Por ello, no es sólo la vigilancia hacia los servidores universitarios, sino a todo el conjunto de complicidades (sistema político-gobierno-poder) que ahoga a la universidad.

La segunda paradoja es el incendio en la UAN en la única madrugada lluviosa del año. No me uno al sospechosismo, pero sí al análisis. No era el verano seco sino el invierno lluvioso cuando prendió la chispa.

Y la tercer paradoja del breve recuento es el debilitamiento de los ingresos de los universitarios y universitarias de a pie: los miembros del personal académico que sí estamos en las aulas y que día a día nos empeñamos en enseñar, en investigar, en ampliar el horizonte de muchachos y muchachas que llegan desde la montaña o desde las costas; de los barrios de las localidades urbanas y desde el campo rural. Somos un grupo que trabajamos sólo para la UAN, cuyo capital académico no ha podido ser convertido en capital político, por eso sí nos dejan de pagar.

Defensa de la UAN

Estamos en la defensa de la Universidad que puede resurgir, literalmente, de las cenizas. Para ello pugnamos que se cumpla con la legalidad dentro de una vocación de voluntad transformadora.  Sí, necesitamos unirnos como comunidad universitaria, pero también necesitamos una reforma política estructural al interior de la UAN.

Publicado en Nayarit Opina, el 20 de febrero de 2017.



martes, 14 de febrero de 2017

No dudes jamás de que te amo


Duda que sean fuego las estrellas,
duda que el sol se mueva,
duda que la verdad sea mentira,
pero no dudes jamás de que te amo

Shakespeare, Hamlet, Acto II, escena VI

El que ama tiene la certeza del amor que siente, pero no tendrá la certeza de que el otro o la otra, tengan la misma certeza porque el amor es un sentimiento individual que no tiene retorno.

El amor, como todo en la sociedad, tiene fecha de inicio y fecha de caducidad: ni se ha amado de la misma manera en todas las épocas históricas, ni amar ha significado lo mismo.

Se idealiza el amor porque se convierte en la pequeña utopía de la que somos los héroes o las heroínas individuales. Alrededor de la mesa familiar o de la mesa de amigas, escuchamos las historias del primer encuentro, el proceso del amor y la unión de boca de abuelas, madres, tías, vecinas. En ocasiones, algún hombre participa de las narraciones sólo para asentir sobre el cúmulo de recuerdos que se vierten sobre los acontecimiento que entre más lejanos hayan sucedido, se edulcoran de acuerdo al momento presente o se amargan. Las  narraciones del amor pertenecen a las mujeres quienes conservan la memoria, en tanto que los varones se muestran ajenos al recuerdo, a la carga emocional que desatan. Sólo es algo que ocurrió.

Para las mujeres el amor es el opio que adormece la vida. O, debería decir, se supone que las mujeres deben vivir dentro de la vida erótica-amorosa convertida en el único sentido de la vida. En el matrimonio, el amor erótico deberá convertirse en un amor familiar vinculado al amor filial y así, de esta manera pasar a ser parte de los afectos con que se construye la gran estructura social.

Tampoco aman de la misma manera los hombres que las mujeres. Para las mujeres en general, el amor significa dependencia emocional, en cambio para los varones el amor significa dominio. La asimetría del amor tiene que ver con los lugares sociales en que nos encontramos los hombres y las mujeres reforzados por el conjunto de simbolismos derivado de la religión, la ley, la moral, los medios de comunicación y el sentido común. Porque el análisis de lo amoroso es un ámbito donde se puede mostrar el vínculo de la experiencia íntima con la sociabilidad y el poder.

El amor no ocurre fuera de la sociedad, por el contrario, se aprende a amar de acuerdo a los cánones que dicta cada sociedad y precisamente el amor reparte las jerarquías: las mujeres “deben dar todo por amor”; el sujeto del amor son los varones: ellos son los deseantes mientras que a las mujeres nos corresponde ser las deseadas. Convertidas en objeto del eros masculino dejamos de tener un cuerpo sintiente y un deseo propio para satisfacer el eros del varón.
No se ama en soledad ni se ama aislada o individualmente. El amor requiere una relación con el otro o con la otra ya se trate de una relación heterosexual u homosexual. En nuestra época, el amor es un ámbito de dominio: el hombre “conquista”, mientras la mujer es “conquistada”. A la mujer, como a los seres inferiores, sólo le corresponde, seducir, ese artilugio de quienes no tienen razón por lo que usan otros “poderes” para hacer sucumbir a la víctima.

Como se observa, el lenguaje mismo señala el amor como un campo de batalla.

Es cierto, somos seres de afectos, pero en la sociedad contemporánea el amor ha dado lugar a la “industria del amor”: la venta de flores, los ositos de peluche, los chocolates, las cenas “románticas”, los pasteles de fresa, etc. Desde luego que el comercio capitalista no podía dejar de mercantilizar los sentimientos, en particular éste que se convierte en la base de la cohesión familiar y social.

Mi prima vende flores, desde días antes se prepara con los arreglos para todos los gustos y precios, a algunos les agrega bombones o corazones; otros más portan pequeñas figuras de peluche. El amigo de mi sobrino tiene un hotel de paso y su experiencia es que el 14 de febrero tiene la más alta demanda: a las habitaciones les dan vuelta dos veces, dice el administrador. Amantes, amados, amadores, amasiados, amadas; es el día del eros, es el día de la libertad social para que el principio de la vida prive sobre nuestros cuerpos y vuelva a abrir la posibilidad de la imaginería amorosa.

Hamlet le dice a Ofelia que podrá dudar del movimiento del sol, pero de su amor, nunca podrá dudar. Pero Hamlet mata al padre de Ofelia accidentalmente y, ella enloquecida, se suicida. Sí, ella no debería haber dudado del amor de él.


Publicado en Nayarit Opina, el 14 de febrero, Tepic, Nayarit.

sábado, 4 de febrero de 2017

Cien años del Nayarit en que vivimos

¿Cómo irse y dejar este festejo de abandono y olvido
que el canto marino transforma en otras voces?
Siempre pasa así en el Mar; quiero irme sin saber adónde.

Miguel González Lomelí Pleamar, 2006

Mi abuela no fue nayarita sino tepiqueña puesto que nació en 1898 cuando Tepic era Territorio Federal. De entonces a la fecha se han sucedido cinco generaciones: la de mi abuela, la de mi madre, la mía y mis hermanas, la de mis hijas y la de mis nietas. Cinco generaciones familiares han poblado Nayarit durante los primeros cien años de 1917, cuando el Territorio Federal de Tepic se transformó en Entidad Federativa, a 2017.

Una mirada a los cien años de Nayarit nos revela los movimientos que han estructurado el Nayarit actual: el movimiento de los pobladores campesinos a las ciudades, sobre todo a Tepic e Ixtlán del Río en la década de los ochenta que transformó el paisaje de las ciudades: las localidades urbanas pasaron de pequeños centros históricos a núcleos urbanos con colonias de cartón, hoy de tabique, en una ciudad siempre construyéndose. Tepic se convirtió en una ciudad Estado que concentra alrededor del 30% de la población total de la Entidad. Aún así, sigue siendo una de las capitales de Estado más pequeñas del país con un poco más de 300 mil habitantes.

El movimiento por la democratización de la entidad de los años setenta del siglo XX protagonizada por Alejandro Gascón Mercado marcó un hito en el sistema político local y nacional. La posibilidad de que el socialismo, a través del Partido Popular Socialista, anclara en estas regiones tuvo su sepultura en 1973 con el golpe de estado de Chile. Alejandro Gascón Mercado, presidente socialista de Tepic de 1972 a 1975 no pudo convertirse en el primer gobernador socialista de estas tierras tropicales ubicadas a escasos kilómetros de la frontera con Estados Unidos. Pero su lucha marcó el rumbo de la izquierda del país al mostrar los límites establecidos por la cercanía con los EU.

El mundo agrario campesino y el de los pescadores ribereños fueron abandonados por las políticas gubernamentales quienes dejaron ejidos y comunidades al vaivén de lo que demandaban los negocios del capital. La agricultura y la pesquería se han convertido en negocio para las empresas sin que los esfuerzos de las colectividades tengan respaldos en las acciones estatales. Por eso hemos visto a frijoleros tirar las cosechas por las calles de Tepic en protesta por la no existencia de precio de venta. Por eso hemos visto las cosechas de chile, de tomate, de maíz, destinarse a pastura para el ganado ante el bajo precio que tiene en el mercado.  Por eso hemos visto la desbandada de los habitantes rurales en el éxodo migratorio a la frontera norte del país.

Las playas pasaron de paisajes naturales a desarrollos exclusivos para el descanso de magnates, políticos y luminarias del mundo de la farándula. Los poseedores originarios fueron expropiados a precios irrisorios en nombre de un bien nacional el cual acabó siendo apropiado por franquicias hoteleras que recorren el mundo sin rostro, con la única bandera de las utilidades

Fueron necesarios cien años para que Nayarit tuviera un millón de habitantes y el primer Sanbors. Las plazas comerciales llegaron en la década de los ochenta cuando todavía era la venta al mostrador lo que privaba en la ciudad.

Fueron necesarios cien años para que las mujeres contáramos con una base mínima de derechos humanos, leyes de igualdad y cuotas de género como medidas correctivas ante una democracia masculina que impide el acceso de las mujeres a la participación política. La violencia contra las mujeres, la persecusión de los feminicidios, la falta de acceso a la justicia es una asignatura pendiente en una cultura donde no denunciar se considera fidelidad al Estado.

Arribamos a los primeros cien años del Estado de Nayarit, un Estado que tiene su origen en la Constitución de 1917.  ¿Vemos el vaso medio lleno? Sólo el 38% de la juventud tiene acceso a un lugar en la educación superior; el municipio de El Nayar, donde habitan los nayerij (coras) se considera el municipio más pobre de todo el país; la Universidad Autónoma de Nayarit está atravesada por corrupciones propiciadas por complicidades institucionales; la cultura se entiende como espectáculo para los gobernantes en turno; la clase política tiene su propio espejo donde se refleja cada tres y seis años en luces de neón; los noventa y dos años de la Escuela de Leyes no han logrado establecer un Estado de Derecho ni que se imparta justicia.

En cien años, ninguna mujer gobernadora, ni secretaria de Estado, ni presidenta del Congreso, ni del Poder Judicial, ni rectora.

Aquí vivimos en el Nayarit de cien años donde los días transcurren celebrando el silencio, el gozo, la bienvenida. En el Nayarit que vivimos, las abuelas sostienen la vida; las amigas nos devuelven los trozos de los naufragios; los maestros y maestras se empeñan en las aulas para que estudiantes persigan sueños aunque el mundo les diga ¡fuera!; Bety sigue creando; Pedro Casant persigue la línea luminosa de las aves; el señor de los churros invade los dedos de mis nietos con la delicia de azúcar y canela; mi hermana nos regala plantas;  una mujer en Jala, convoca ángeles azules; Fabiola cura a mis hijas; unos niños cantan seducidos por la batuta de Mayo; Tere defiende lo viviente en la dimensión animal; Eduardo imagina el nombre del hijo que viene; los jóvenes de Aticama bajan a la profundidad del océano a sacar los ostiones con su pura respiración; una madre da seguridad a los pasos de su hijo extraviado; las camionetas pasan inudando el viento del aroma de las piñas, de las sandías, de los plátanos; en la montaña, las niñas indias miran sorprendidas el amanecer que se sorprende en su mirada. Mi madre cumple 91 años y mi nieto, tres.

Cien años del Nayarit en que vivimos y soñamos y exigimos derechos.


Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 4 de febrero.