sábado, 6 de abril de 2019

La codicia como motor de la historia

La conversión de los indígenas
pretendió borrar el pasado religioso
de los pueblos originarios y, consecuentemente,
apropiarse de su conciencia, de su memoria,
de sus valores, de su relación con la tierra,
de su dignidad; una conquista de las mentes 

Enrique Semo

La conquista de México estuvo lejos de ser una conquista de almas, se trató de ganar territorios y recursos para el capitalismo que en ese momento se abría paso sin nombre en los territorios descubiertos. Me imagino la dificultad que tuvieron tanto los españoles como los amerindios para dar una explicación a lo que estaba ocurriendo ¿Quién era el otro? ¿Qué eran los otros? Los españoles venían de la reconquista de sus territorios de los cuales expulsaron a judíos y musulmanes y los amerindios venían de una lógica de dominio a partir de subyugar a pueblos bajo el dominio de Tenochtitlán.

Sin la conciencia de ser España, sin la conciencia de ser amerindios, más bien, fragmentos de ambos. Pero en la batalla se fueron abriendo paso las conciencias. Los conquistadores tuvieron muy pronto, muy claro que eran los recursos lo fundamental de las tierras conquistadas. No vieron a las personas porque los amerindios no eran personas, sólo lo eran los conquistadores y no todos. Se abrieron paso con todos los mecanismos de la crueldad que pueden los seres humanos desplegar cuando lo otro lo consideran inferior. Primero, inferiorizan; después, exterminan.

Lo paradójico es el hecho de que en la Conquista participaron pocos españoles y una gran cantidad de pueblos indígenas que se aliaron con los españoles para derrocar a México-Tenochtitlán. Sólo se puede explicar la victoria de la conquista española sobre amplios territorios si se toma en cuenta que en esa expedición participaron pueblos que habían sido vasallos de los Tenochcas y que, vieron una oportunidad para derrocar a ese enemigo.

¿Nos asombra la crueldad que tuvieron los españoles sobre los pueblos amerindios? La historia puede ser contada a partir de las crueldades de quien llega sobre quienes son conquistado con tal de arrebatarles las riquezas que tienen. ¿Y Atila? ¿y Aquiles? ¿y la Inquisición? ¿y los portugueses en el Amazonas? ¿y los ingleses en Africa? ¿y los holandeses, franceses, los belgas? ¿y los Nazis? ¿y Vietnam? ¿e Hiroschima?¿y el exterminio de chinos en México? ¿y el dos de octubre? ¿y Ayotzinapa?

¿Es una más cruel que la otra? Más bien debemos preguntarnos los límites de la capacidad humana del exterminio de los otros cuando de lo que se trata es de justificar el arrebato. ¿Vinieron españoles sin cultura, expresidiarios y por eso la barbarie? Los nazis tenían una alta cultura, lo que no evitó la crueldad. No nos engañemos, es la propia miseria humana lo que aterra.

Ha sido la codicia lo que ha atravesado la historia. Quizá pudiéramos decir que la historia puede ser explicada a partir de la codicia humana, esa alrededor de la cual se articula el orgullo, el nacionalismo, la identidad, la patria, lo mío, el yo.

El sentido de la historia es la codicia.

Dioses, leyes, conocimiento se vinculan para inferiorizar a los otros/otras y en nombre de dioses, de justicia y de ciencia, se les arrebata la vida con crueldad, se asaltan sus bienes, se les somete, se les mete a redes de trata de personas, se les aniquila. Se les arroja a los basureros de la historia porque en la Historia sólo caben los Codiciosos que narran sus propias hazañas.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, lpacheco_1@yahoo.com

Publicado en Nayarit Opina, abril 2 de 2019