domingo, 7 de mayo de 2023

Las nuevas maternidades o la crianza humana

 Como todos los huéspedes mi hijo me estorbaba

ocupando un lugar que era mi lugar,

 existiendo a deshora,

 haciéndome partir en dos cada bocado.

 

Rosario Castellanos

 

Se habla de nuevas maternidades a las formas de crianza que rompen la tradición de dos adultos heterosexuales, donde la mujer se encarga del cuidado ya sea que trabaje fuera de casa o no. Las nuevas maternidades rompen con la maternidad tradicional sufriente, ejercida por una mujer a costa de su salud, su proyecto de vida, dentro de relaciones de pareja que la encasillan a la reproducción biológica y social.

 

En las nuevas maternidades las hijas y los hijos dejan de ser monopolio de la madre biológica para dar lugar a formas de intervención de otras personas. En primer lugar, cambia el papel del padre proveedor para convertirse, además en padre cuidador, afectivo y socializador. En segundo lugar, en las familias de segundas parejas, los roles de madres y padres biológicos tienen papeles diferentes que permiten atender a los infantes en sus necesidades materiales y afectivas. En tercer lugar, en las parejas compuestas por personas del mismo sexo, surgen las figuras de dos madres o de dos padres, quienes a su vez, participarán en la provisión y sobre todo, se darán la oportunidad de tener una relación amorosa con los hijos e hijas que decidan tener. En cuarto lugar, las familias de dos hogares donde el padre se encuentra en un domicilio y la madre en otro, se comparten responsabilidades diferentes en torno al crecimiento de los infantes con la finalidad de otorgar seguridad, satisfacción de necesidades y provisión de cuidados.

 

Las nuevas maternidades se alejan de la maternidad como carga total para convertirse en una actividad compartida con otras personas de la familia consanguínea o política, pero también con otras personas con las que deciden compartir la experiencia humana de la crianza. Por esta vía, personas que deciden no tener maternidad biológica, socializan a cachorros humanos en lo que pueden denominarse maternidades sociales colectivas. Con ello, se modifican los roles que tradicionalmente se otorgaba solo a las mujeres para abrir el abanico de posibilidades de intervención en la crianza humana.

 

Quizá parezca nuevo nombrar las nuevas maternidades. Sin embargo, si hacemos un recuento de cómo han ocurrido las maternidades en nuestra familia o en círculos cercanos, encontraremos estas maternidades sociales en nuestras historias: la tía que se quedó a vivir en la familia para ayudar con la crianza; el papel fundamental de las abuelas; la colaboración de la madrina; la niña socializada en una familia diferente a su familia de origen, etc.   

 

Es cierto, la familia se agranda, se va reconociendo el papel de la tribu en el cuidado de niñas y niños. Es como si toda una generación se hace cargo de la generación siguiente. ¿Se despoja a las madres biológicas de su maternidad? No, solo se transforma de una maternidad como carga, de una maternidad sufriente a una maternidad abierta, compartida con otras personas.

 

En las nuevas maternidades se es capaz de poner límites ante los propios hijos y ante la pareja. Se deja de idealizar una maternidad tóxica para colocarse en un nuevo lugar desde el cual crear a los seres humanos. Ello requiere, desde luego, nuevas paternidades: la transformación de los roles de los hombres adultos en esa crianza. Requiere, también, andamiajes normativos que permitan surgir nuevas formas de convivencia humana.

 

Las nuevas maternidades visibilizan las diferentes condiciones en que ocurren las maternidades porque se reconocen las vulnerabilidades de mujeres solas, encarceladas, migrantes, incapacitadas, extranjeras, etc. En ellas, el papel del Estado es fundamental en la elaboración de políticas y apoyos de acuerdo a estas condiciones.

 

Las nuevas maternidades abandonan el concepto de ser madre a cualquier precio; de ser madre sufriente y abnegada para convertir, la crianza humana, en una decisión festiva, en un proyecto de vida con otras y otros. Es poner sobre la mesa de discusión el reparto igualitario de los trabajos de cuidado como el gran reto de las sociedades en el siglo XXI.

 

Publicado en Meridiano de Nayarit, Tepic, Nayarit, 8 de mayo de 2023.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

 

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