jueves, 10 de agosto de 2023

¿Comunismo en los libros de Texto Gratuito?

¡-Madre, tenemos hambre,

regálanos tu pan!

Ellas no lo sabían,

 pero a partir de ese momento,

su vida cambiaría.

 

La historia de las Patronas, Libro de 6º. año

 

La educación es un territorio de disputa; así ha sido en los tiempos pasados y lo es en la actualidad: la iglesia intentaba formar cristianos para el reino de Dios. La escuela mexicana laica después de la revolución, tenía como misión formar ciudadanos para la república. Posteriormente, con el advenimiento de la sociedad industrial, la educación tenía como finalidad formar obreros y técnicos. A fines del siglo XX, el neoliberalismo pretendió formar capital humano.

 

En 1959 cuando se crea la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, también se habló de que el país se encaminaba al comunismo porque el Estado desarrollaría los contenidos educativos que serían obligatorios para todas las escuelas. Detrás de ese argumento estaban los intereses de autores y empresas, tanto nacionales como extranjeras, que editaban los libros de la educación primaria, que, al perder el mercado educativo, dejaban de tener altas ganancias.

Actualmente, la crítica de que los libros de Texto Gratuito inculcan el comunismo en estudiantes de la educación básica, es del todo falaz. El comunismo es una teoría que propugna una organización socioeconómica donde los bienes se poseen y comparten en común; todas y todos son responsables del bienestar de los otros, por lo que no es necesario el Estado y, especialmente, propone que sean las necesidades de la población las que organicen la producción. La noticia es que ¡no existe en ningún lugar del mundo!

 

En México, los puntos álgidos en los libros de texto han sido: la laicidad, la gratuidad y la sexualidad. Las dos primeras en los años cincuenta y la tercera, en la década de los noventa, ambos del siglo XX. Actualmente surgen nuevos temas de disputa: la diversidad sexual como derecho; la normalización de múltiples tipos de familias; el reconocimiento del lenguaje y cultura de pueblos originarios como cultura; la perspectiva de lo comunitario, como base de la formación individual y colectiva; entre los más importantes.

 

Los libros de la nueva familia de libros de texto gratuito lo que propugnan es una nueva forma de comprender el mundo y la sociedad en que vivimos. Los libros, dejan de ser compartimentados en disciplinas como la geografía, historia, matemáticas, a partir de la crítica de la visión positivista de la ciencia, para dar lugar a la integración de esos conocimientos en temas y problemáticas que integran los contenidos disciplinarios.

 

Para cada grado escolar se tienen cinco libros: Múltiples lenguajes, Nuestros Saberes, Proyectos Comunitarios, Proyectos de Aula y Proyectos Escolares. Cada libro se organiza a través de cuatro campos formativos 1) Lenguajes, 2) Saberes y pensamiento científico, 3) De lo humano y lo comunitario y 4) Ética, naturaleza y sociedades. A su vez, los Ejes Articuladores son: a) Inclusión, b) Pensamiento crítico, c) Interculturalidad crítica, d) Igualdad de género; e) Vida saludable, f) Apropiación de las culturas a través de la lectura y escritura, g) Artes y experiencias estéticas.

 

Los libros incorporan tecnología digital para ampliar los contenidos educativos; así en las lecciones, se tienen códigos QR que llevan a artículos donde se amplía el tema o a videos donde se encuentran ejemplos de lo que se menciona, por ejemplo: se puede acceder al video de la Danza del Venado.

 

Es cierto que el libro es el material educativo de mayor relevancia en la educación básica, por ello, el hecho de que los nuevos libros incorporen recursos digitales multimedia y entornos virtuales de aprendizaje personalizado, contribuye a descentrar el libro, lo que amplía sus posibilidades.

 

Los nuevos libros de texto proponen aprender a partir de problemas reales, de tal manera que, con los contenidos educativos, los educandos puedan reflexionar sobre su realidad y, participar del cambio. Se incorporan temáticas que antes estaban ocultadas en los libros de texto: los movimientos sociales y feministas, como formas de lograr derechos; el fraude en las urnas, la corrupción, entre otros.

 

Se ha abierto un escándalo por la explicitación de educación sexual en los nuevos libros de texto, pero se desconoce (o se quiere desconocer) que cada vez más, el inicio de las relaciones sexuales ocurre a edades más tempranas. A principios del siglo XXI la edad promedio de inicio a la sexualidad eran los 15 años de edad; diez años más tarde, esa edad se ubicaba en los 13 años. De ahí la importancia de que, desde la educación primaria, se tenga acceso a la información sobre la sexualidad y no solamente sobre las funciones del aparato reproductivo. Según cifras de CONAPO, la mitad de las mujeres de Nayarit tuvo su primera relación sexual en la adolescencia, sin utilizar métodos anticonceptivos (GEPEA, 2021). Para mayo de 2023, se calculaba la existencia de 120 niñas que habían tenido hijos de sus padres biológicos.  Entonces ¿es necesaria o no la educación sexual?

 

En cuanto al comunismo, quizá se quiera ver en los libros actuales en los temas que tratan problemas comunes porque el alumnado debe: 1) identificar problemas de su contexto y 2) proponer soluciones que beneficien a toda la comunidad. Ello es un enfoque de fortalecimiento de la comunalidad como base para resolver los problemas contemporáneos; una estrategia ante la crisis civilizatoria (económica, social, ambiental, de legitimidad) muy lejos de lo que sería un enfoque comunista. Se trata de una educación pertinente, aplicada al contexto y, en todo caso, una estrategia de resistencia, de resiliencia social y transformación colectiva.

 

Conocimiento situado que permite tomar conciencia de quien soy como persona, dentro de la colectividad en que vivo, en un territorio determinado y en el mundo contemporáneo: conocimiento que me hace consciente de mi pertenencia a una comunidad y, por lo tanto, deudora de ella.

 

Los contenidos de los libros enfatizan problemáticas que son lacerantes para la mayoría de la población mexicana como la violencia de género, la discriminación de migrantes, la situación de los pueblos indígenas, etc. Todo ello implica tomar partido por quienes han estado excluidos de las narraciones heroicas, de la literatura consagrada y del prestigio de clase. Quizá sea esa la perspectiva que se critica, una perspectiva educativa desde quienes han sido invisibilizados de los grandes logros humanos.

 

En cuanto a la diversidad de familias que reconocen los libros de texto: familia extensa, biparental, compuesta, monoparental o monomaternal, homoparental o lesboparental, de progenitores separados, adoptiva, sin hijos o hijas, debe decirse que los libros no inventan esas familias, sino que solo las reconocen porque son una realidad en la sociedad mexicana. Cualquier alumna de la educación básica podrá, entonces, reconocer a la familia que pertenece y no sentirse excluido de un solo modelo de familia: la familia nuclear, que se inventó con la industrialización y que se convirtió en la base de políticas de vivienda donde solo cabían cuatro integrantes, etc.

 

Las familias mexicanas son familias extensas. Ahí está la abuelita, el tío soltero, la prima que vino del pueblo a estudiar en la ciudad, el vecinito que su mamá se fue al norte y lo dejó “encargado”, etc. Basta con mirar las familias de donde provenimos para darnos cuenta de la diversidad de grupos familiares en que convivimos: toda una riqueza intergeneracional, apoyos para ayudarnos en la vida.

 

Desde luego que los libros tienen aspectos criticables. Uno de ellos consiste en que la Presentación se dirige a un “Estimado lector”, lo que sigue suponiendo a un estudiante varón como el sujeto educativo. Ello desconoce que desde el año 2000, las niñas son mayoría en la matrícula de la educación básica y, además, significa una contradicción con sus propios postulados, puesto que los libros tienen como eje la igualdad de género y la inclusión, pero los libros no lo aplican, o al menos, no en la Presentación.

 

También lamento la desaparición de poemas como Amor Filial de Amado Nervo: “Yo adoro a mi madre querida/yo adoro a mi padre también/ ninguno me quiere en la vida/como ellos me saben querer”; ¿En dónde tejemos la ronda? de Gabriela Mistral, “¿La haremos a orillas del mar? /El mar danzará con mil olas/haciendo una trenza de azahar”, pero ello no lleva al comunismo, sino que lleva a incorporar otras literaturas.

 

Es cierto, se trata de una transformación profunda del sistema educativo mexicano que conlleva la modificación de las escuelas formadoras de docentes; las capacitaciones para docentes en activo y, sobre todo, a la participación de la sociedad.

 

Los libros tienen errores de datos, como lo han señalado  especialistas, pero esos se pueden corregir. Lo que está en disputa es la  visión que contienen.

 

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, lpacheco@uan.edu.mx

Publicado en Meridiano de Tepic, agosto 11 de 2023




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