Hoy se vislumbra un presente
donde las mujeres participemos
en condiciones de igualdad,
en la construcción de futuros
posibles y deseables.
Ifigenia Martínez 2024.
Cuando llegué a la UNAM en la década de los setenta, la maestra Ifigenia Martínez era ya un nombre que se tenía que respetar. Había ocupado el cargo de directora de la Escuela Nacional de Economía de 1967 a 1970, por lo que fue la primera directora de dicha escuela. En ese entonces, una mujer dirigiendo instituciones era la excepción, pero ella, sin duda, era eso: una mujer excepcional.
Era la década del crecimiento económico, o más bien dicho, de la teoría del crecimiento. La política económica del país estaba imbuida de tales argumentos por lo que las discusiones sobre el crecimiento era parte del lenguaje empleado por quienes estudiábamos economía; los términos de crecimiento y desarrollo se trasladaban a diversas esferas de la vida pública y, sobre todo, a la política. Crecimiento y desarrollo eran el binomio de la discusión.
En una conferencia, la maestra Ifigenia aseguró que, si el crecimiento no es incluyente, no se puede hablar ni de progreso ni de desarrollo. Estas tesis hacían tambalear las posturas de que el crecimiento, por sí mismo, traería el progreso de México como lo aseguraban los “desarrollistas”. La maestra Ifigenia, no solamente circulaba nuevas ideas sobre lo que se estaba implementando en el país, sino que abría una ventana para poner en tensión las tesis más caras a los gobiernos en turno.
Ifigenia Martínez no esperaba los resultados para criticarlos; su capacidad de análisis hacía que se adelantara a lo que vendría.
Es cierto, fue la primera mexicana en obtener un título de posgrado en la Universidad Harvard, pero también estuvo en la fundación de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), organismo de la ONU, caracterizado por la preocupación de un crecimiento equitativo, progreso técnico y justicia social para la región, desde un enfoque estructuralista. Desde esa organización se impulsaron las relaciones comerciales intrarregionales en América Latina
La maestra Ifigenia no se quedó solo en la vida académica, donde fue brillante, sino que trabajó en el sector público donde tuvo cargos destacados tanto en organismos relacionados con la economía como en la diplomacia.
¿De qué partido político fue la maestra Ifigenia? Se puede decir que fue una persona de izquierda, aunque esa izquierda estuviera en el PRI. Después salió de ese partido, junto con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, para ser parte de quienes fundaron el PRD.
Yo la recuerdo en la mancuerna con Rolando Cordera en diversos análisis en la UNAM o fuera de ella, pero también con Cuauhtémoc Cárdenas. Siempre segura, elegante, con las ideas muy claras, refiriéndose al presente de México en aras de lograr un futuro con mayor distribución de la riqueza. Ella aseguraba la capacidad de México de producir riqueza, pero que la desigual distribución de la misma, ocasionaba su concentración en muy pocas manos, con la consecuente pobreza galopante: en ello centraba el conflicto principal en el país.
Por eso pudo ser de izquierda en los diversos partidos en los que participó. Siguió siendo esa maestra de la UNAM que, ante el ataque de 68, por parte del Estado, defendió a su escuela y defendió a los jóvenes. Al año siguiente, en 1969 formó parte de la Corriente Democrática de izquierda en México, el primer intento para abrir la democracia en un país que se negaba a abandonar sus formas de gobierno autoritarias.
Ella estuvo en esa apertura. Su decisión de que el país tenía que cambiar y que la política es el medio para hacerlo, la llevó a ocupar altos cargos en la administración pública y a ser parte de la Asamblea Legislativa desde donde propuso iniciativas para cambiar el orden de las cosas.
Por eso, la maestra Ifigenia es parte de las mujeres que forman con el ejemplo. Académica lúcida, funcionaria de excelencia, militante comprometida. Quizá todo ello se pueda resumir en decir que mujeres como ella están en la base de los derechos que ahora tenemos las mujeres. Ella abrió camino en la academia, en la función pública, en el ámbito de la política, pero, sobre todo, sus ideas son legados para continuar la reflexión sobre el país que queremos.
Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 11 de octubre de 2024.
Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx
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