sábado, 21 de enero de 2017

El muro: soluciones medievales para problemas globales

Macbeth no caerá vencido hasta el día
 en que contra él el bosque de Birnam
suba a Dunsiname”

William Shakespeare. Aparición en Macbeth

¿Cuánto tiempo duró la construcción de la muralla china? Entre el siglo V a.c. y el XVI d.c. se construyeron un poco más de 21 mil kilómetros para impedir la entrada de los bárbaros en la frontera norte de China. El imperio protegía su territorio. Sucesivos emperadores continuaron la obra para detener el paso de mongoles y nómadas, considerados “bárbaros”.

Fue en vano.

Hoy el “Emperator” del mundo pretende levantar una muralla entre el norte y el sur, entre América del norte y América Latina. Después vigilará los mares para que musulmanes, iraníes, africanos no desembarquen. Para que los pies mojados se queden donde les corresponde: en el sur empobrecido, en el oriente saqueado.

Los mexicanos están dentro, no fuera de las fronteras. Y están allá, entre otras razones, porque en 1846-48, Estados Unidos invadió México en una guerra injusta, cruel y despiadada. Negociaron el territorio pero no vieron a los habitantes y sus raíces. Están allá, también porque cuando los Estados Unidos necesitaron mano de obra, los mexicanos fueron contratados para sostener la economía. Pidieron mano de obra, pero llegaron seres humanos.

Hoy, el autoengaño colectivo de los gringos, ese derivado del militarismo imperial, pretende establecer un esplendor para Norteamérica, así en abstracto. Sólo existe capitalismo global con sus leyes crudas: se genera pobreza donde hay riqueza, se genera desigualdad donde había comunalidades. Ningún esplendor se generará sin su contraparte.

¿El muro, es un muro contra los mexicanos? Es un muro para verse a sí mismos, para regocijarse en su mismidad. Puede ser que Trump confunda a todos los latinos con mexicanos. El concepto de persona está moldeado por su experiencia como dueño de esclavos hoy denominados empleados. Esa es su justicia, la única justicia que conoce desde el espejismo narcisista en que se contempla y la ruindad moral. Su candidatura se volvió popular por su abierto mensaje de rehacer la grandeza americana, porque la bravuconería sustituye los argumentos, porque presenta un yo furibundo, un yo todopoderoso, pero siempre, un yo. Porque convirtió a los mexicanos en los causantes de todos los males existentes.

En México, nos empantanamos en las vanidades de la clase política, la incapacidad de respuesta de los dueños del capital, la división del congreso donde los partidos políticos entienden la política como la posibilidad de minar el presupuesto, amparar delincuentes electorales, socavar la economía popular, ser cómplices de gobernadores ambiciosos. Divididos los partidos políticos, incapaces de liderear el descontento social, seguramente organizarán la quejumbre.

¿Dónde están los líderes? ¿Dónde están los Nicolás Bravo que hicieron frente a la invasión de Estados Unidos de 1847? ¿Dónde está Felipe Xicoténcatl que comandó el Heroico Batallón de San Blas en la defensa de la batalla de Cerro Gordo y murió en la defensa del Castillo de Chapultec? Los gobernantes, como López de Santana en su momento, abandonan a los líderes que defienden la patria para esconderse en sus ranchos, cabalgar en sus caballos de raza.

Pero México no somos la clase política. Somos los campesinos que abren la tierra para sembrar la vida; las comunidades indígenas y rurales en su tesón de permanencia; los habitantes de los barrios que día a día vuelven a enderezar los caminos, a troquelar las ciudades; el profesorado empeñado en enseñar, los artistas, los poetas, los jornaleros, los universitarios, los pescadores, los periodistas; las mujeres que vencen el miedo y el silencio.   

Nos queda el despliegue masivo como sinónimo de dignidad, utilizar la legalidad internacional posible,  dirigir los esfuerzos hacia el crecimiento interno, vernos a nosotros mismos. Hoy, seguramente nuestros líderes se llaman Javier Sicilia, Carmen Aristegui, Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Ibarra.

¿Trump construye un muro entre el norte y el sur? ¿Cerca su país al paso de los bárbaros? Como en la maldición de Macbeth, el bosque de Birman de los ciudadanos del mundo empobrecido, ya llegaron a su castillo.


Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, sábado 21 de 2017.

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