lunes, 17 de enero de 2022

Las izquierdas del siglo XXI


 La voz, orillada

como una lanza lejos de la contienda,

 tañido apenas sobre el fluir del tiempo, 

dialoga con la muerte.

 En cada advenimiento de dolor

 se funda.

 

Elva Macías

 

Las creencias, narrativas y principios en que se basó la sociedad mundial desde comienzos del siglo XVIII fueron ahuecadas por las nuevas realidades económicas, tecnológicas y políticas de fines del siglo XX. De esta manera, los ideales de las izquierdas conformadas como oposición al capitalismo explotador en la esfera económica y al conservadurismo de privilegios en la política, vieron cambiar los viejos mapas de la política sin tener claro a dónde navegar. 

 

No solo las izquierdas como organizaciones, sino que las personas, tanto individual como colectivamente, tuvieron que desplazar sus anhelos hacia ninguna parte.

 

¿Por qué hacia ninguna parte? Porque las narrativas basadas en un mundo futuro, denominado socialista, quedaron atrás. De ahí entonces, que las izquierdas, sin el meta relato del socialismo quedaron despojadas de horizonte hacia el cual caminar, por lo que las izquierdas ya no tienen como meta derrotar al capitalismo, pero sí  la corrección de las desviaciones del capitalismo:  lograr su “humanización”. 

 

 Ello, porque el capitalismo ha dado muestra de una gran capacidad de reorganización ante las crisis que ha tenido. La reorganización hegemónica del capitalismo mundial ocurrida a fines del siglo XX y principios del XXI abarca todas las dimensiones de la vida humana: desde la reagrupación territorial por regiones; la articulación de diversos agentes a nivel local, nacional y supranacional, hasta la construcción de subjetividades mundiales acordes a los intereses de su funcionamiento.  En ese desfile, los Estados perdieron su centralidad ante los procesos económicos, pero no los perdieron en cuanto al control político. Por ello, sigue siendo tan eficaz el control gubernamental sobre los movimientos sociales y políticos.

 

¿Dónde quedó la izquierda? En el escenario anterior, “tomar el poder” significaba la clave para la transformación, -meta y táctica- porque el Estado se consideraba el aparato reproductor de las relaciones de dominación. Sin embargo, en la actualidad, con la retirada del Estado de las decisiones clave de la economía y de la reproducción, ¿cuál es la agenda de la izquierda? 

 

En América Latina se está desplazando a los gobiernos de derecha por gobiernos de izquierda ¿Qué significa eso, hoy? Significa que a partir de procesos democráticos está ocurriendo una transformación ya que se están eligiendo representantes capaces de romper el ciclo de obediencia de los cánones de la economía neoliberal: Gabriel Boric, en Chile; Xiomara Castro, en Honduras; Alberto Fernández en Argentina y Pedro Castillo en Perú. Se trata de un giro a la izquierda, pero no tan a la izquierda como lo pretendió el chavismo en Venezuela. 

 

Es cierto, los gobiernos de izquierda hacen reaparecer el gasto social destinado a mitigar la desigualdad y la pobreza en un esquema de “salvar a los pobres”, como en México; sin pensar en nacionalizaciones heroicas porque la lectura del contexto contemporáneo no da para ello.

 

En síntesis: la agenda de la izquierda se integra con la recuperación del rol del Estado en el gasto social, disminuir la desigualdad social (aún a costa del crecimiento económico) y aumentar el espectro de derechos humanos y libertades públicas para amplios grupos. Todo ello anclado en un nuevo esquema económico, donde la economía legal se articula con la ilegal y, por lo tanto, la política también tiene su inframundo.

 

Seríamos miopes si pensamos que ahí termina la izquierda porque tenemos que mirar otro tipo de acciones políticas que no se ven en la superficie, pero hacen temblar en su centro la tierra: las resistencias indígenas a lo largo del territorio nacional; las acciones reivindicadoras de las feministas; las policías comunitarias en territorio rurales; las agrupaciones de migrantes; las organizaciones de madres que buscan a sus hijos desaparecidos. Quizá acciones hacia lo próximo, hacia lo inmediato, hacia lo que nos duele. En esta posibilidad de pasar de la resistencia a la acción solidaria y común

 

Ahí está el germen de la nueva izquierda en un dulce escepticismo del corazón que no sabe que sabe.   

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 18 de enero de 2022.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

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