lunes, 8 de julio de 2024

El primer voto de las mujeres no fue el 3 de julio… en Nayarit

No olvidéis, jamás, 

que bastará una crisis política,

económica o religiosa

para que los derechos de las mujeres

 vuelvan a ser cuestionados.

Estos derechos nunca se dan por adquiridos,

debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida

 

Simone de Bauvoir

 

Se considera el 3 de julio de 1955 como el Día de la Emisión del voto femenino porque ese día las mujeres mexicanas sufragaron por primera vez en una elección federal. Sin embargo, la primera elección en que participaron las mujeres nayaritas, después del 17 de octubre de 1953, fecha en que se reconocieron los derechos político electorales de las mujeres, fue la que ocurrió el 7 de noviembre de 1954 en la que se eligió diputado por el Primer Distrito, que comprendía los municipios de Tepic y Jalisco y presidente municipal para el Ayuntamiento de Tepic. Los candidatos, respectivamente, fueron Fernando Álvarez Rodríguez y Alberto Medina Muñoz. Sobre la participación de las mujeres en las elecciones, El Nayar del lunes 8 de noviembre dice:

 

El sector femenino, en su primera prueba ciudadana, ejerció sus derechos cívicos de manera parcial. Votaron solo las sindicalizadas, y en parte porque las empleadas del Gobierno no fueron vistas. La mujer aristócrata y de mejores recursos económicos también brilló por su ausencia… En la casilla número 1, la votación arrojó el siguiente resultado: PRI 477 y PP 1, que emitió una exigente mujer.”

 

Es interesante observar que el único voto emitido en contra fue de una “exigente mujer”. No sabemos su nombre ni las razones para votar en contra de los candidatos oficiales, pero sí quiero resaltar el hecho de que la primera vez que las mujeres votaron en Nayarit, al menos una, marcó la diferencia.

 

Un año antes, cuando se aprobaron los derechos político electorales de las mujeres, se pensaba que el derecho reconocido era solo a votar, lo cual harían las mujeres, de vez en vez.  Se tenía que argumentar que el voto no les quitaría feminidad a las mujeres, porque votar

 

“…no hará de la mujer un ser monstruoso ni mucho menos…el derecho político femenino no ha entrañado pérdida de feminidad, ni trastorno social. Han seguido siendo varones los que, por una mayor vocación social, han tenido en sus manos, y siguen teniendo, la dirección de la cosa pública…El hecho de que las mujeres vayan a votar, -lo que no ocurrirá sino muy de vez en vez- no será obstáculo para el cumplimiento de sus deberes de familia” (Carlos Alvear, “A propósito de la política”, El Nayar, 21 de octubre de 1953).

 

Después de diez años del reconocimiento del voto, se eligió a la primera diputada en Nayarit: María Isabel Herrera Lara, quien fue diputada en 1963 en el sexenio gubernamental de Julián Gascón Mercado. Un año después, en 1964, Marina Núñez Guzmán se convirtió en la primera diputada federal.

 

El ritmo de la democracia en México no permitía la participación de las mujeres en ámbitos de decisión acorde a la presencia de las mujeres en la sociedad. Por ello, a partir de la década de los 70´s se adoptaron medidas afirmativas como las cuotas primero, y la paridad, después, para acelerar la participación de las mujeres en las decisiones públicas, porque, de no hacerlo, la democracia solo representaba los intereses del colectivo masculino. Las mujeres tenían que entrar en masa a las asambleas legislativas para que su presencia fuera significativa; ello tenía su fundamento en que, de acuerdo a diversos estudios, se necesitaba una participación superior al 30% para que las mujeres tuvieran una influencia real en la toma de decisiones públicas, lo que impactaría en las medidas para la construcción de igualdad.

 

Sin embargo, la realidad suele ignorar las teorías y aún más, establecer sus propios axiomas porque es cierto que las mujeres incrementaron su presencia en los órganos de gobierno, sobre todo, en las asambleas legislativas donde establecieron agendas de género impensadas hasta esa fecha, pero de ahí a afirmar que han conseguido un mayor poder político para el colectivo de mujeres, hay una distancia considerable.

 

Lo que es innegable es que las medidas afirmativas (a través de la judicialización para lograr su cumplimiento), llevaron a las mujeres a acceder a puestos de poder; el reto hoy es lograr una real influencia en las decisiones públicas.

 

Las mujeres hoy ocupan cargos de relevancia en los tres poderes del estado mexicano, sin embargo, siempre debemos preguntarnos ¿tienen poder las mujeres en el poder? Quizá el problema sea que llegan mujeres de manera individual, cuando de lo que se trata es de conseguir poder como colectivo.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 9 de julio de 2024.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

No hay comentarios:

Publicar un comentario