martes, 10 de marzo de 2020

Me quedo en casa

Para Dinora Becerra y las demás

Yo daría por vivir esa hora en que las muchachas fueron arrebatadas.
Yo daría los pasos enredados con que cruzo el umbral de mi casa.
Yo daría una tierna y pensativa luna, alta y blanca.

Remaría el día hasta alcanzar el minuto donde fueron vejadas,
andaría en el allá donde tienen a las cautivas en rejas inexpugnables al ojo.

Si pudiera, al menos, andar indefinidamente. 

He visto madres buscar en la sombra de la noche,
he visto hermanas por encima de lo que contiene el mundo.
Las he visto hablar para justificar mi cara.
Su deslumbrante grito no es diferente de otros pájaros.

Me quedo en casa
en la más preciosa ocupación de extender mis manos para alcanzarlas.
Mis angostas manos no podrán devolverlas al mundo
pero al menos, miraré a todas partes desde el hueco 

El lento canje de la esperanza de quedarme en casa,
entrecerrar los ojos, mirar hacia dentro,
asaltarme a mí misma
¿qué paz puedo encontrar?
¿cómo puedo abdicar de mí?


Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco_1@yahoo.com
Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 9 marzo de 2020.

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