jueves, 1 de septiembre de 2022

El Rey Lear o la vejez

No debiste haber sido viejo hasta que fueras sabio

 

Shakespeare. El Rey Lear

 

Cuando el Rey Lear se siente viejo decide heredar su reino a sus tres hijas. Les pregunta cómo es el amor que ellas sienten por él: “Es mi firme decisión liberar mi vejez de tareas y cuidados, asignándolos a sangre más joven, mientras yo, descargado, camino hacia la muerte”.

 

Las dos hijas más grandes, exageran el amor ante el padre, quien las va dotando de extensiones de tierra. Cuando le hace la pregunta a Cordelia, la más chica, ésta le responde: “mis labios no pueden decir lo que siente mi corazón”. Ante esta enigmática respuesta, Cordelia es desterrada mientras que el reino es dividido en dos partes que son entregadas a las hijas mayores.

 

El Rey Lear pretende pasar su tiempo “en tanto camina hacia la muerte” con sus dos hijas herederas, alternando el tiempo de las estancias por turnos, pero muy pronto, estas se cansan de su presencia, por lo que le reducen los espacios donde debe habitar, lo despojan de todo poder y despiden a sus acompañantes; en síntesis, lo privan de un hogar. El Rey Lear se queda en ese entremedio, en el camino entre los dos reinos. El bufón y un acompañante leal, el duque de Kent, se refugian en una choza.

 

El bufón de Lear actúa como contrapunto, como el cuerdo irónico de las conductas humanas, aquél que puede mencionar lo que ocurre sin fingimientos y por ello, se anticipa a las desgracias, por lo que no siempre es bien visto.

 

El Rey Lear se da cuenta del error cometido: el amor de sus hijas mayores era adulación para quedarse con el reino, en tanto que Cordelia prefirió callar antes que usar el lenguaje para decir intenciones impuras. Lear no solo envejece sino también teme por su cordura, como si la vejez estuviese siempre caminando en el abismo de la lucidez-locura. El lenguaje de Lear nos da idea de su impotencia: “Oh, no me enojes, no me enojes, dulce cielo; mantenme en calma”. Se da cuenta que ya no manda en nada; que puede ser expulsado de los reinos de sus hijas, la misma noche que llega a pernoctar; tan solo el bufón que lo acompaña obedece sus órdenes.

 

Durante el transcurso de la obra, deja de llamarse a sí mismo Rey, para llamarse viejo: “Aquí estoy, soy tu esclavo -dice a la tormenta- un anciano pobre, enfermo, débil y despreciado” (Acto 3, Escena 2).

 

Mientras, las hijas mayores, Gonerilda y Regania, inician una serie de traiciones entre ellas porque cada una quiere todo el reino para sí. Cordelia acude por su padre que vaga por el bosque, pero la orden de matarla, impide que logre su propósito. La tragedia termina con el  rey Lear, llevando el cuerpo de su hija Cordelia entre sus brazos en medio de la tormenta. Finalmente, loco, muere. 

 

Shakespeare nos entrega una novela sobre la vejez, el poder, la sucesión; también sobre lo que cada quien quiere escuchar. Cuando el Rey Lear no escucha lo que dice Cordelia por tratarse de palabras sinceras, refiere la necesidad de escuchar lisonjas, para creerlas ciertas

 

El texto nos habla a quienes habitamos el siglo XXI sobre el amor filial, la autoridad del padre (como un rey), la sinceridad, los cuidados. Es la idea de la familia la que se encuentra en el centro del drama, pues es ahí donde se concibe que los y las viejas pasen la vejez, ese último umbral previo a la muerte.

 

La familia se concibe como un principio de moralidad social, donde los seres que nacen son incorporados a lo humano, son construidos como seres culturales; pero también donde envejecemos como un proceso asumido como una pérdida de energía, de poder, de prestigio, de dinero: las pérdidas del ocaso de la vida. Aunque la familia es el lugar moral para nacer y para envejecer, de acuerdo con esta obra, los viejos y viejas pueden ser expulsados de su hogar por sus propias hijas, por su propia familia

 

Por ello, todos podemos ser Lear y todas podemos reactuar a Gonerilda, a Rogania y también a Cordelia, mientras estemos en lo humano-social.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 30 de agosto de 2022.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx


No hay comentarios:

Publicar un comentario