martes, 13 de febrero de 2024

Mi tía leía novelas de amor de Corín Tellado

Por ti, yo dejé de pensar en el mar

Por ti, yo deje de fijarme en el cielo.

Por ti me ha dado por llorar como el mar

Me he puesto a sollozar como el cielo

Me ha dado por llorar

 

Oscar Chávez

 

¿Por qué te quiero así? El doloroso ayer, Ya me llamarás, El destino viajaba en tren, son títulos de las cuatro mil novelas que escribió Corín Tellado (1927-2009), denominada la escritora del corazón.

 

Mi tía dejaba las novelas en el buró cerca de su cama, así que era fácil tomarlas cuando ella no estaba. La trama versaba, invariablemente, sobre una mujer joven y bella y un hombre atractivo. Casi siempre se conocían por casualidad, sabiendo que uno a otro se amarían, pero tendrían que superar una serie de obstáculos para lograrlo. Las jóvenes podían ser estudiantes, en busca de una superación personal, pero, finalmente, el matrimonio las atrapaba donde encontraban su verdadera felicidad.

 

Se puede criticar la novela rosa de Corín Tellado como parte de la construcción del romanticismo del siglo XX. Lo que no se puede es desconocer la influencia que tuvo en distintas generaciones de habla española. Tan solo el dato de que vendió 400 millones de novelas nos habla del alcance de sus letras. Los escenarios fueron cambiando con el transcurso del tiempo, mientras los personajes se adaptaban a las situaciones en que avanzaba el cambiante siglo.

 

¿Por qué nos atraen las historias de amor exitosas? Quizá porque tienen que ver con un deseo de que ese amor romántico sea cierto. También, porque el enamoramiento intensifica el tiempo que vivimos haciéndonos salir del tedio. Se crean espejismos amorosos porque el sentirse emocionada nos libera de lo cotidiano. De ahí que estemos dispuestas a entregarnos a ese sentimiento que le de sentido a nuestra vida.

 

¿Por qué hablamos de intensificación al referirnos a la vida amorosa? Porque ese estado provoca ver la realidad de una manera diferente, la abrillanta; abre lo que vemos a otras dimensiones que antes no veíamos, nos llena de euforia de tal manera de hacernos olvidar los lugares comunes en que vivimos. Nada es nuevo, solo que llegaste tú, dice una famosa canción, porque el otro, o la otra, le otorga nueva profundidad a las cosas.

 

Las canciones que hablan de ver el mundo color de rosa, parten de esta experiencia, donde la presencia del otro/otra se convierte en un centro desde el cual irradia luz a la vida que vivimos. Se trata de sentimientos agradables, paradisiacos, donde queremos permanecer.

 

Gabriela Mistral (poeta chilena), dice:

 

Por ti aprendí a amar la lluvia,

los días grises, el frío en la piel,

la tibieza del sol en la tarde

y el sabor del amor verdadero.

 

También la nostalgia del amor se convierte en el amor. El dolor de la ausencia nos revela la profundidad del sentimiento que teníamos y que, por la lejanía, se ha convertido en nostalgia. Como si el amor perdido, fuese un paraíso que nos perteneció y del que ahora estamos expulsadas.

 

Todas conocemos a amigas que están enamoradas del amor. De ese momento que les provoca el descubrimiento de otra persona que abre las puertas a paisajes que la vida cotidiana no les da. A veces pienso que se trata del amor propio necesitado de una causa exterior, como decía Spinoza “El amor es una alegría acompañada de la idea de una causa exterior” (Ética III).

 

El amor es darse cuenta de la alegría que provoca la otra persona. Quizá por eso, las novelas de Corín Tellado han sido tan exitosas. Nos trasmiten el relato de que el amor, ese amor que deseamos, puede colmar la vida, no importa que se trate de espejismos. Al fin y al cabo, la vida es la sucesión de espejismos.

 

Siete años pasaron, e irremediablemente, el pasado siempre vuelve”, recuerdo este final de una novela de Corín Tellado, donde la protagonista regresa al lugar donde perdió a su enamorado y, sí, como pueden pensar, lo volvió a encontrar. El amor estaba intacto; ambos lo habían conservado como un tesoro. ¡Qué bonito! ¿verdad?

 

Mi tía leía novelas de amor de Corín Tellado. Nunca se casó y no sé si alguna vez se enamoró en la vida real. Era una tía amorosa con toda la familia.

 

Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, 14 de febrero de 2024.

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco@uan.edu.mx

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