miércoles, 10 de enero de 2018

Los retos de Antonio Echevarría García

Imposible conocer el alma, los sentimientos
y el pensamiento de ningún hombre
hasta que no se haya visto en la aplicación
de las leyes y en el ejercicio del poder”.

Sófocles.  Antígona

En primer lugar, el gobernador AEG tiene que conocer el escenario político en que se encuentra, debido a que actualmente, las reglas del sistema político están cambiando. Ello se debe a una actuación diferente de los gobernadores, como el caso del gobernador de Chihuahua que ha iniciado una confrontación legal en contra de la federación. En este sentido, el reto será si el Gobernador AEG se ubicará dentro del conjunto de los gobernadores como Javier Corrales, se comportará como un gobernador de oposición al partido de la Presidencia de la República o “abrirá” su propia vía de negociaciones. Ello es vital para pulsar la relación que tendrá con la Federación.

En segundo lugar, tiene que conocer el alcance de lo que puede hacer un gobernador en la actualidad, tanto al interior del estado como fuera de él. Al interior del Estado tiene que conocer las diversas fuerzas políticas para ubicarse como el estratega a fin de conducir el rumbo, pero también para ser capaz de mediar entre esas fuerzas. El poder es un débil equilibrio entre grupos y fuerzas que tienen intereses encontrados, de ahí que el gobernador tendrá que “hilar fino” en el ámbito de lograr alianzas para conseguir resultados. Entre estas fuerzas tienen tanta importancia los grupos de poder formales como los informales, reales o ilegales. Se trata de tener el panorama completo de las diversas fuerzas que actúan en la entidad puesto que su desconocimiento traería consecuencias no deseadas. En este reconocimiento es vital entender la actuación de nuevos actores como la sociedad civil, los grupos organizados, los emergentes, las mujeres, quienes defienden derechos de todo tipo: humanos, transexuales, ecológicos, animales que, al portar nuevas demandas, también actúan en el ámbito público.

En tercer lugar, el gobernador tiene que resarcir los daños de los dos sexenios anteriores. La cuenta del desastre es de doce años, puesto que a partir del gobierno 2005-2012 se inició el deterioro de la forma de gobernar para que el ejercicio del poder público se convirtiera en poder-negocios-enriquecimiento. Los últimos seis años exhibieron la forma descarada y desconmensurada de la ausencia del oficio de gobernar, en su lugar se instaló, prácticamente, un gobierno de terror que, como todas las tiranías, condujo a un saqueo permanente de las arcas públicas, una simulación de aplicación de leyes, un vaciamiento de las instituciones y una indefensión de la ciudadanía.

En cuarto lugar, estar consciente del capital político con que cuenta. Esto es fundamental puesto que se trata de un gobernador que llega al poder con la fuerza de un voto indiscutible, el apoyo de la clase empresarial, la ovación popular y el guiño de los dioses. Esto último puede ser leído como un nuevo tipo de esperanza y de suerte. Esperanza porque efectivamente, la política es el ámbito desde el cual se dispone de recursos, de personas, del tiempo de los otros y ello puede conducir a instalar una nueva forma de gobernar. De suerte, porque los acontecimientos en el país y sobre todo, en la entidad, dieron lugar a la llegada de AEG con un perfil de no político. Es un claro mensaje de necesitar ser gobernados desde un lugar de la no política. Al menos los no políticos pueden portar una manera nueva de construir sociedad.

Puede ser que a la población en general no le importe que Nayarit no produzca ni el 1% del Producto Interno Bruto del país, o que apenas signifique algo en el padrón electoral nacional. Los grandes datos macroeconómicos no importan a la ciudadanía. Lo que sí le importan son los indicadores que tienen que ver con la proximidad: si las niñas pueden caminar seguras a la escuela, si los jóvenes tendrán posibilidad de formarse en una universidad pública, si tendremos los empleos necesarios para celebrar los cumpleaños, si podemos hacer planes para construir nuestra casa.

Por eso, el quinto reto es tener una actuación republicana: saber que el poder es la posibilidad de transformar la realidad en torno al bien común, porque esto que existe en Nayarit no puede ser para siempre. No pueden ser para siempre los feminicidios, las universidades saqueadas, los ayuntamientos quebrados, los éxodos de los migrantes, la violencia permanente, los juvenicidios, los campesinos empobrecidos. Tiene que haber otra forma de gobierno que no se llame corrupción, violación a derechos, inseguridad, indefensión.

La autora es socióloga, investigadora de la Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco_1@yahoo.com   


Publicado en Nayarit Opina, el 10 de enero de 2018.

1 comentario:

  1. Ciertamente la esperanza y la necesidad son muy altas!! Queremos creer que si se pueden cambiar las formas de actuar por las correctas, las justas y que esta administración nos ha de brindar no solo esperanza sino oportunidades para ser partícipes y buenos resultados en beneficio de la sociedad nayarita.
    Abrazo grande con mi cariño y respeto, querida Dra. Lourdes

    ResponderEliminar