martes, 28 de julio de 2020

Dolor

Déjame reposar, 
aflojar los músculos del corazón
 y poner a dormitar el alma 
para poder hablar, 
para poder recordar estos días,
 los más largos del tiempo. 

Jaime Sabines. Algo sobre la muerte del Mayor Sabines

Si a usted le preguntan cuál es la representación del dolor, lo más probable es que la primera imagen la constituya La Llorona, esa mujer que se la pasa penando por sus hijos y que, con diversos nombres se encuentra en los imaginarios de casi todos los pueblos. Ese dolor puede ser el dolor más intenso dentro de la gramática de los sentimientos del mundo contemporáneo. De alguna manera, recuerda un dolor parecido a la Pasión de Miguel Ángel. La escultura muestra a una Virgen joven cargando en sus rodillas a su hijo muerto, porque en la intensidad del dolor, el de la madre que pierde al hijo parece ser la cúspide de lo que humanamente entendemos por dolor en la sociedad contemporánea.

Ello ocurre porque pensamos que los padres debieran morir antes que su descendencia, por lo que la muerte de los hijos se considera una muerte injusta, anticipada, una alteración del ciclo natural de la vida. Quizá por eso, Miguel Ángel expresó el dolor como dolor de una madre en esta escultura de mármol blanco.

Tenemos otras representaciones: las “Dolorosas” de la tradición católica que son otra expresión de la madre que padece el sufrimiento. Podemos recordar otras variaciones del dolor: las pinturas de Fridha Khalo o la desesperanza de Van Goh. Cada quien podrá tener una idea particular de lo que significa. 

El emoticón de la carita triste con lágrimas, de la comunicación digital, será la más universal de las representaciones actuales, sin duda alguna.

El dolor se vive de manera individual/ familiar, por la pérdida de una persona que forma parte de nuestros afectos vitales. Sin embargo, hoy experimentamos un dolor colectivo por las muertes que tocan a nuestra puerta, aún cuando sean puertas de pantalla. En México más de 40 mil muertes cimbran la fortaleza de las seguridades, mientras que, en todo el mundo, cada día, asciende el número de quienes mueren de manera anticipada por COVID. 

Mientras los países ricos protagonizan una carrera por la obtención de la vacuna, los habitantes de diversas latitudes inventan medidas de protección a su alcance: ha dado la vuelta al mundo la fotografía de una persona que usa una bolsa de plástico como cubrebocas. Generalmente se trata de población que vive al aire libre, cuya vivienda es solamente un lugar para dormir, porque la mayor parte de las actividades se realiza en el patio, en el corral, en la banqueta. El concepto de confinamiento carece de sentido cuando la vida se vive en el afuera. 

La población de la ruralidad, de la pobreza mundial, debe reinventar protecciones porque las que se difunden son las protecciones para las sociedades urbanas cuya casa cuenta con espacios diferenciados para los distintos momentos de la convivencia. En las casas de la ruralidad el mismo espacio es cocina, comedor, dormitorio, lugar de estar. 

El cerco cada vez se estrecha. Basta el estornudo de la hija o la tos de la madre para ponernos en alerta. Sabemos, cada día, de un nuevo caso, cada vez más próximo que trastoca el sentido común, el ritmo de la vida cotidiana, las certezas con las que vivíamos. Entierran a la abuela en el silencio de los deudos, la hija que la cuidó ahora está contagiada. Los duelos son duelos del silencio. 

La familia del vecino está encerrada en sus dormitorios; dentro del confinamiento, un confinamiento interior. Alguien, sin contagio, deja la comida en la puerta tres veces al día como nuevos mensajeros de la vida. Tomar signos vitales, administrar medicamentos, aprender la evolución de la enfermedad, saber leer los ciclos del virus, se convierten en habilidades que se desarrollan en la práctica. 

Así es el dolor: ver la boca de una caverna alejada del sol y retener la respiración en la entrada, en la interrogación de tener que morir en la anticipación, cual si fuera ruleta rusa sobre la que muy poco control tenemos. 

Socióloga, Universidad Autónoma de Nayarit, correo: lpacheco_1@yahoo.com
Publicado en Nayarit Opina, Tepic, Nayarit, julio 28 de 2020.

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